miércoles, 30 de noviembre de 2011

La melodía escurridiza (XXIII)



Como os anuncié hace un par de semanas, comienza el tramo final del concurso y los tres obstáculos que quedan por delante prometen hacerlo sumamente interesante. Si alguien ganara las tres melodías que faltan sumaría cinco puntos adicionales en forma de triplete, por lo que, en realidad, quedan aún veinte puntos por disputar. Esto convierte la carrera por el segundo y tercer puesto en una noria que aún debe de dar muchas vueltas.

Para empezar, esta semana triunfa mi lado más oscuro y os presento una melodía que, más que escurridiza, es equívoca. Muy equívoca, en realidad, verdadero trilerismo musical. Estuve a punto de incluirla a mitad de concurso, como una broma, pero, finalmente, he decidido colocarla como primera muralla de la trilogía final del mismo y experimento para premiar a quien lea la entrada antes de precipitarse sobre el reproductor (son pocas lineas pero las escribe uno con mucho cariño- jejejejeje.....). Mucho ojo ya que parece lo que no es y, tal vez, no sea beneficioso fiarse de la primera impresión. Parece muy conocida, pero puede no serlo tanto.

Os recuerdo que el objetivo del concurso es averiguar a qué película corresponden los pocos segundos que, cada miércoles incluyo del tema principal de su banda sonora. Hay de plazo hasta el viernes para participar y hasta entonces, la entrada tendrá moderados los comentarios para mantener la intriga y para que quienes hayan dado en hueso en su primer intento puedan seguir intentándolo. Por tanto, sólo aparecerán publicados los comentarios incorrectos: si el tuyo no aparece, sólo te falta saber los puntos que te llevas. El primero en dar con la respuesta correcta obtendrá cinco puntos, el segundo, tres y el tercero, dos, quedando con un punto los demás acertantes.

No perdamos tiempo: la dificultad es elevada, pero el premio también lo es, de modo que suerte y a por ella.
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miércoles, 23 de noviembre de 2011

Sin cariño ni respeto.

 
Un buen amigo acostumbra a cerrar sus comentarios más cáusticos y mordaces con una coletilla que se ha instaurado como hasthag entre nosotros y que es patrimonio de todos aquellos que lo conocemos y tratamos. "Desde el cariño y el respeto" es la frase que suele poner el capuchón a diatribas contra una determinada forma de pensar, una película que provoca urticaria o unas zapatillas que no cumplen los mínimos requisitos que dicta el estilo y el buen gusto. Con ella, quien la coloca detrás de un litro de vitriolo verbal, manifiesta su disconformidad frente a algo hecho, dicho o perpetrado sin, por ello, perder la perspectiva de que quien es sujeto activo de tales comportamiento no deja de ser un buen amigo o una persona digna de confianza o estima. 

Teniendo en cuenta estas circunstancias y que esta entrada pretende servir de anhelado punto y final,a las muchas y muy críticas que en los últimos años un servidor ha dedicado al presidente saliente de este país en ruina creo que nadie se va a sorprender si digo que no existe posibilidad alguna de utilizar la conocida frase al final de este texto.

No hay cariño a pesar de que lo hubo al principio. Confieso que las primeras decisiones del presidente, especialmente la salida de Irak, me parecieron sumamente coherentes con cuanto anunció en la campaña electoral. Recuerdo escuchar a Jiménez Losantos recomendar a Rajoy tras la primera entrevista concedida por el presidente ( a la Cope... casi nada) que no lo subestimara y que le diera el peso específico de un contrincante formidable. Aquello me gustaba, me generaba ilusión y me hacía reverdecer la confianza en las siglas que dejaron de representarme durante los últimos años de Felipe González. Pero pronto empezó el carnaval y el cariño se tornó en sorpresa (la baraja de los estatutos de autonomía), la sorpresa en la incredulidad (la negociación con ETA) y la incredulidad en indignación (la crisis y su tratamiento,o, por mejor decir, la falta del mismo).

Y tampoco hay respeto porque el presidente ha traicionado lo único que nunca debe traicionar un político y que no es otra cosa que la confianza. "España no se merece un gobierno que mienta" anunció Rubalcaba hace ya varios años y Aznar salió por la puerta que atraviesan quienes mancillan la verdad con embustes y artimañas innobles. Ahora le ha tocado el turno al presidente, que ha convertido la mentira en la insignia de una legislatura en la que con burdo e inverosímil cinismo se ha faltado a la verdad de todas las formas posibles: negando la evidencia, haciendo trampas en las cuentas o, sencillamente, acusando de falsarios y saboteadores a quienes nos negábamos a creer las inconcebibles sandeces con las que se nos pretendía hacer comulgar. Lo ha hecho de manera directa, siendo a la vez artífice y emisor de la patraña, pero tampoco ha dudado en utilizar a otros (mediocres y sectarios en su amplia mayoría, botarates diplomados atentos a la consigna de turno para estrechar el círculo y acercarse al líder. De estos, el presidente ha dispuesto en abundancia) para esparcir los mensajes engañosos y falsarios con los que ha sembrado estos casi ocho años de suplicio que, afortunadamente han tenido su fin hace unos días.

Hace unos meses se anunció el descubrimiento de los neutrinos, unas partículas que además de poner en tela de juicio la propia Teoría de la Relatividad, amparaban, al menos desde un punto de vista teórico, los viajes temporales. Ojalá avanzaran en esta investigación y fuera posible retroceder en el tiempo para borrar de la historia al presidente, su pandilla de mendaces palmeros y el bardal ruinoso en el que dejan el sistema político, el empleo y la economía del país. Sé que no es posible, que me adentro en la ciencia ficción y que este deseo no es más que un sueño, pero reconozco que me alivia. Al menos, soñar, ha sobrevivido al naufragio.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Y la respuesta es...... (XXII)


BLADE RUNNER, DE RIDLEY SCOTT (1982)

Poco se puede decir de esta película que no se haya dicho ya: el visionario diseño de producción, su marcado carácter alegórico lleno de referencias filosóficas y religiosas, las inolvidables secuencias finales, sus múltiples montajes y remontajes.

Como les pasó a muchos, cegados por un trailer excelente pero tramposo, recuerdo salir del cine tras ver la cinta de Ridley Scott con cara de paisaje (Imana dixit) al encontrarme una presunta película de acción sin límites, plagada de diálogos farragosos, enormes lagunas de ritmo entre persecución y persecución y un trasfondo de solida materia gris que por entonces me dejó con un sabor de boca ciertamente amargo.

No fue hasta su primer "director's cut" que volví a retomar la historia de Deckar (excelente, Harrison Ford) y su peculiar cruzada interna y externa contra los replicantes capitaneados por el inquietante Roy Batty (Rutger Hauer, mucho antes de dejar de ser un excelente actor). Entonces sí que me enganchó por completo el guión que escribieran Hampton Fancher y David Peoples con base en la ya célebre novela de Philip K. Dick, "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?" y me entusiasme con la habilidad de Scott para filmar la acción sin dejar de lado la delicadeza de la que hace gala en los momentos de intensidad emocional más poderosa (la escena final en la azotea entre Roy y Deckard, una referencia desde hace casi treinta años). Una película que gana cada vez que uno tiene la oportunidad de verla, una referencia para la ciencia ficción, una joya de valor incalculable. Una cita anual.

Ahora que se anuncia su temible secuela (o precuela, para el caso, lo mismo da) me ha parecido un buen momento para recuperar aquí su excelente banda sonora, cortesía de Evángelos Odiseas Papathanassiou, o, por no tener que fabricar los discos compactos más grandes, Vangelis.

Esta semana, ha sido el maestro Lughnasad de Zentolos quien se ha alzado con el oro y los cinco puntos que lleva aparejado el primer puesto. La única, imparable e incombustible Athena sigue empeñada en llegar a los 100 puntos y esta semana ha reducido la distancia en tres puntos como consecuencia de su segundo puesto y el concursante revelación del torneo, el inenarrable Tripi sigue escalando posiciones y añade dos puntos más a su casillero. Con un muesca más en sus respectivos revólveres acaban la semana Mike Lee, Mister Lombreeze, Daniel, Michel y Azid Phreak.

Como ya avisé el miércoles, empieza el tramo final del concurso y no va a ser fácil. Los dos puestos que quedan libres pueden cambiar de dueño en cualquier momento y el que los ocupe va a tener que sudar tinta en estas cuatro entregas que faltan. La emoción está asegurada.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

La melodía escurridiza (XXII)


En 1984, las emisoras de radio de todo el planeta saturaron los oídos de sus oyentes con el pegadizo tema que Ray Parker Jr creara para la película "Ghostbusters". Lo curioso del asunto es que cuando uno pasaba por taquilla y acudía al cine para verla, temiendo pasar los noventa minutos de metraje con la cancioncilla de marras sobrevolándolo todo, se encontraba con la sorpresa de que sólo en los minutos finales la voz de Ray Parker hacía acto de presencia. Eso no evitó que por siempre jamás, la banda sonora de esta cinta quedara ineludiblemente vinculada a la canción en detrimento de la espléndida partitura que Elmer Bernstein creara para la ocasión. Con la melodía de esta semana, pasa algo parecido, si bien hay que aclarar que todos los temas de la banda sonora son del mismo compositor.

Al igual que ocurría con la película de Ivan Reitman, la popularidad de la música que cerraba la obra se hizo tan grande que el muy superior e infinitamente más interesante tema principal de la banda sonora quedó enterrado por el peso colosal de la música que adornaba los títulos de crédito. Dado que las melodías que han aparecido durante todo el concurso han sido los "Main theme", he creido oportuno matizar que lo de esta semana es un "End tittles" como un piano.

Os recuerdo que el objetivo del concurso es averiguar a qué película corresponden los pocos segundos que, cada miércoles incluyo del tema principal de su banda sonora. Hay de plazo hasta el viernes para participar y hasta entonces, la entrada tendrá moderados los comentarios para mantener la intriga y para que quienes hayan dado en hueso en su primer intento puedan seguir intentándolo. Por tanto, sólo aparecerán publicados los comentarios incorrectos: si el tuyo no aparece, sólo te falta saber los puntos que te llevas. El primero en dar con la respuesta correcta obtendrá cinco puntos, el segundo, tres y el tercero, dos, quedando con un punto los demás acertantes.

Disfrutad de estas dos últimas y muy sencillas ediciones del concurso, ya que,a partir de ahora, la trilogía que tengo en mente os va a hacer sudar la gota gorda. Los puntos que quedan en juego son aún muchos, cualquier cosa puede pasar y va a haber que lucharlos con tesón. Suerte a todos.



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miércoles, 9 de noviembre de 2011

El rugido de Camille


Mi primer recuerdo cinematográfico permanece ligado inevitablemente al "King Kong" que John Guillermin rodara a mediados de los setenta. Tal vez hubiera entrado antes en un cine, pero en mi mente son los bramidos aterradores de la bestia que creara Stan Winston para la ocasión los que dotan de banda sonora a mi bautismo cinematográfico. Fue la primera vez y, tal vez, la más breve (como por otra parte suele pasar siempre en "las primeras veces") ya que tan pronto hizo acto de presencia en pantalla el colosal primate, servidor tuvo casi que ser sacado en camilla para no fallecer de la impresión dentro de sala. Acerca de lo adecuado que fue llevar a un infante de apenas seis años a una película de estas características, prefiero correr un velo de silencio por devoción paternofilial.

En lo que a música clásica se refiere, este carácter iniciático, de llave maestra, corresponde al francés Camille Saint- Saëns (1835- 1921) cuya "Danza Macabra" abrió para un servidor el mundo inflamado y vertiginoso de los pentagramas y las batutas.

El compositor francés apareció en mi vida por pura casualidad, como esqueleto musical sepultado bajo algún disco ochentero de Duran Duran o Spandau Ballet que alguien había grabado en una "cassette" sin el menor respeto a su vida o a su obra y que salió a la superficie como un muerto viviente en los minutos finales de la cinta con una melodía hipnótica e inquietante que se introdujo en mi cabeza y se negó a salir.

Me acerqué a una de las míticas tiendas de discos MF, donde los dependientes, a diferencia de lo que ocurre hoy en día, sabían de lo que hablaban y en unos pocos minutos de audición, aquel pozo de ciencia me ubicó acerca de lo que tenía entre manos y que no era sino la ya mencionada "Danza macabra". Salí de allí sumamente satisfecho, muy bien asesorado y con su tercera sinfonía y una recopilación de música orquestal en el bolsillo.

La música de Saint Saëns exige relativamente poco del oyente "entra con facilidad" que diría Javier Elzo y eso le ha servido a un amplio sector de la crítica para ningunear el descomunal talento melódico del compositor de, entre otras, "El carnaval de los animales". De hecho, algunos de sus coetáneos como Debussy o Franck pulieron las primeras columnas de su mausoleo criticándolo con dureza por no abrir la mente a las nuevas tendencias y atrincherarse en lo que conocía sin tampoco realizar la más mínima aportación novedosa. También he leído en algún lado que su inteligencia superlativa (leía y escribía con total corrección cuando apenas contaba con tres inviernos en su haber y además de compositor fue un excelente pianista, prestigioso escritor y un matemático y astrónomo que debatía con los mejores especialistas europeos) lastra sus composiciones con una corrección formal tan irrefutable como gélida.

Las revoluciones (en cualquier ámbito. También, por supuesto, en la música) se producen de generación en generación y a quienes les toca vivir entre una y otra les corresponde llevar a cabo la importante aunque no siempre reconocida tarea de los zapadores, es decir, preparar el terreno y fijar los cimientos sobre los que los genios del futuro puedan proclamar su grandeza. Por esta razón, devaluar un legado musical tan extenso, rico y variado como el de Saint Saëns por no aportar novedad o no ser "punta de lanza" es tan inapropiado y falto de criterio como no disfrutar de una sabrosa, esponjosa y delicada tortilla de patatas por no suponer un avance de la vanguardia culinaria.

Si alguien busca una nueva forma de expresión musical, un sonido desconocido para el oído humano o la cuadratura del círculo, es mejor que no se acerque a la obra de Saint Saëns y gaste sus zapatos en otros senderos. Por el contrario, quienes disfruten con bellas melodías, quienes tengan una vena romántica y lírica destacada o quienes, sencillamente, sepan embriagarse con la belleza sin reparar en lo que pueda o no aportar a la historia, ahí tiene su música concertante (especialmente para violín y piano), sus obras de cámara (atención a sus sonatas para instrumentos de viento: una verdadero manjar) y por supuesto la racial e incandescente "Sansón y Dalila", extraordinaria aportación al repertorio operístico del compositor parisino. No saldrán defraudados. Mucho menos si es su "primera vez".

viernes, 4 de noviembre de 2011

Y la respuesta es...... (XXI)

INSTINTO BÁSICO, DE PAUL VERHOEVEN (1992)

A pesar de tener más trampas que la contabilidad pública griega, el guión de "Instinto básico" que escribiera Joe Eszterhas por la módica cantidad de tres millones de dolares (por entonces el precio más alto jamás pagado a un guionista) logró un descomunal éxito en las taquillas de todo el mundo gracias a su explícita violencia, sus muñecas rusas argumentales, sus ingentes cantidades de sexo y la química incandescente existente entre Sharon Stone y Michael Douglas, la pareja protagonista que se revolcaba con mucho garbo a los compases que creara Jerry Goldsmith para su banda sonora y a los que hemos recordado en la melodía de esta semana.

El director holandés Paul Verhoven, conocido amigo de lo extremo y polémico fue la acertada elección para trasladar a la pantalla esta historia de policías perturbados, escritoras con picores y asesinos con debilidad por los picahielos. Nada se puede reprochar a su labor en un espectáculo para adultos lleno de ritmo y emoción que sirvió para convertir a Sharon Stone en el mito erótico de los noventa por excelencia (ese inolvidable cruce de piernas, esa secuencia con espejo horizontal incluido....) y que, incluso, conoció una deplorable secuela que, por pudor me niego a comentar.

Nunca sabremos qué hubiera pasado de no haberse producido el cambio horario, pero, una vez presentadas las correspondientes disculpas al respetable (Lughnasad dixit) y formulado el necesario proposito de enmienda, podemos dar la enhorabuena a Tripi que, en esta ocasión se ha llevado los cinco puntos del primer puesto por madrugador intensivo. Athena, la virtual ganadora del concurso (virtual porque no me he puesto a calcular Si me pongo seguro que se convertirá en real) recoge los tres puntos de la medalla de plata y el gran Lughnasad araña dos puntos más poniendo el podium en un puño. Con un punto acaban hoy la semana Kinski, Mike Lee, Michel y Azid Phreak.

No se olviden de pasar hoy por "Zentolos", la nueva entrega de "Esto suena a cine" dará inicio a las diez de la noche...... si el cambio horario no lo impide. Saludos y permanezcan atentos al ladrillo.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

La melodía escurridiza (XXI)


Tripi, que siempre aprovecha para meterse conmigo, va a tener pocos motivos en esta ocasión para arremeter contra mi encopetada testa. Y es que uno, que viene de disfrutar de un puentecito de esos tan españoles en compañia de la bella señora Winot y las dos herederas, se encuentra de tan buen humor y con el nivel de angustia en tan paupérrimas marcas que nada mejor que compartir con vosotros tan deseable y poco habitual estado mental a través de una melodía cuyo misterio reside en si se batirá o no el record de aciertos que, por el momento, mantiene "Desafío Total".

Os recuerdo que el objetivo del concurso es averiguar a qué película corresponden los pocos segundos que, cada miércoles incluyo del tema principal de su banda sonora. Hay de plazo hasta el viernes para participar y hasta entonces, la entrada tendrá moderados los comentarios para mantener la intriga y para que quienes hayan dado en hueso en su primer intento puedan seguir intentándolo. Por tanto, sólo aparecerán publicados los comentarios incorrectos: si el tuyo no aparece, sólo te falta saber los puntos que te llevas. El primero en dar con la respuesta correcta obtendrá cinco puntos, el segundo, tres y el tercero, dos, quedando con un punto los demás acertantes.

Con el primer puesto ya muy claro, la segunda y tercera plaza se antoja un balancín en el que varios de vosotros tendreis que luchar con vuestras mejores armas para no caer en el último minuto. La respuesta al enigma de esta semana, en un par de días. Mucha suerte.

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