miércoles, 28 de marzo de 2012

Paréntesis (4ª parte)



Desde hace ya varios años vengo diciendo aquí que el que quiera ver buen cine ya sólo le queda ver la televisión. Pasan los meses y por las pantallas de medio mundo se pasean lángidas y previsibles las socorridas secuelas, las abominables comedias románticas de Jennifer Anniston o Rachel Adams, los cuentos para niños en estado embrionario o algún thriller comatoso y sediento de taquilla que confunde violencia con acción o poderío visual con incontinencia fotográfica. No hay más que echar un ojo a las obras nominadas a los Oscar de este año para comprobar que el reto era elegir una que no fuera fallida, patética o, simplemente estúpida. Sin embargo, en el mundo de las series, las cosas pintan bien distintas

Y no es sólo que cada año aparezcan productos excelentes (incluso en nuestro país, donde Canal Plus, parece empeñada en remover las aguas televisivas, gracias a ideas sumamente interesantes como "¿Qué fue de Jorge Sanz?" y "Crematorio", de la que hablo más adelante) sino que las ya existentes mantienen el nivel o, en ocasiones, superan el elevado listón de años anteriores y nos regalan maravillas como la tercera temporada de "Justified" o la divertidísima séptima entrega de "How i met your mother" por poner dos ejemplos.

Uno no acaba nunca de descubrir tesoros y cuando piensas que te has puesto al día, alguien aparece y te recomienda "Boss" o "The fades". O te invita a recuperar "The wire" o a descubrir las maravillas de "Modern family" o "Weeds". Un no parar, la verdad. En cualquier caso, por lo que a mi corresponde, no tendría reparo alguno en recomendaros encarecidamente que os acercarais a las cinco grandes series que conforman mis descubrimientos del año pasado y que paso a comentar.



BREAKING BAD: la maravillosa "A dos metros bajo tierra" ha sido siempre la reina de mi palacio televisivo. Nadie jamás ha logrado hacer sombra a la familia Fisher y su funeraria: ni Jack Bauer, ni los tarados de "Perdidos" ni ningún otro han logrado provocar otra cosa que pequeños temblores en su trono. Sin embargo, este año, con la aparición de "Breaking bad" a punto ha estado de ser destronada como cabeza de cartel. Tal vez, por tanto, las desquiciadas desventuras del profesor Walter White como caballero de las drogas sobrevenido (Bryan Cranston, a un nivel interpretativo estratosférico) y de su escudero e improbable camello, Jesse Pinkman (Aaron Paul) no conformen la mejor serie de la historia de la televisión, pero andan muy cerca. En cualquier caso, nos encontramos, sin la menor duda, con lo mejor que uno puede ver hoy en televisión. Sumamente dura y cruel en ocasiones, moralmente discutible en todo momento, negrísimamente divertida de modo esporádico, plagada de secundarios deslumbrantes (el gran Hank, el no menos imprescindible Saul Goodman), trabajada e hilvanada hasta el último detalle en sus guiones, propietaria de dos de los mejores villanos de la historia (cuyas identidades me callo por no dar pistas a quien no conozca la serie). No lo duden, damas y caballeros, si no conocen "Breaking bad", pónganse a ello de inmediato: la quinta y última temporada está a punto de empezar y tengo a los Fisher temblando de inquietud: su trono peligra más que nunca.


LIGHTS OUT: No alcanzó los niveles de audiencia necesarios y la caída, auge y algo más del boxeador Patrick Leary (impresionante Holt Mc Canally) no disfrutará de una segunda temporada. Tal vez, sus admiradores estemos de enhorabuena y gracias a esa necesidad de dejar todo atado y bien atado no hemos asistido al lento desvanecimiento de la principal virtud de la serie creada por Justin Zackham: el magnifico trabajo realizado a la hora de diseñar a sus personajes. Y es que, a pesar del obvio y necesario componente físico de "Lights out" (teniendo en cuenta la temática, no descubro nada si doy fe de que se reparte leña a manos llenas) el gran acierto de la serie descansa sobre la química existente entre los numerosos personajes de la trama. Hasta el punto de que, desde este modesta tribuna solicito la inmediata inclusión de Patrick "Lights" Leary y su esposa Theresa (la bella, atmosférica y fenomenal actriz Catherine Mc Cormack) en el panteón de parejas más creíbles de la historia de la televisión. El resto del reparto brilla con fuerza (el muy oxidado Stacy Keach se repite como las sardinas en aceite, pero pocos como él dan el papel de mentor espinoso con buen fondo.), pero las escenas entre ambos parecen vídeos caseros y rezuman naturalidad. De no haber aparecido en mi vida Walter White, sin la menor duda, la mejor serie del año a eones de distancia.

 

HOMELAND: A priori, esta historia acerca de la investigación llevada a cabo por la CIA para determinar si un soldado desaparecido en Irak y milagrosamente recuperado años después es o no un agente doble, sólo tenía en contra la presencia de una actriz tan sosa y poco interesante como Claire Daines. Pero en "Homeland" todo se mueve de manera tan precisa que incluso la muchacha brilla con fuerza en pantalla, hasta el punto de haberse llevado el Globo de Oro en la edición del año pasado. Salvado el obstáculo, sobra decir que la primera temporada de la serie ha sido de órdago, con una trama espesa y plagada de sorpresas y giros de guión, un protagonista que rezuma carisma (el gran Damian Lewis se come la pantalla con su creación del ambiguo sargento Brody y la quimica con Claire Daine es eléctrica.) y un ritmo endiablado que te deja los nudillos en carne viva hasta la llegada del próximo episodio. Me da un poco de miedo la segunda temporada: con su altísima calidad, las alabanzas de la crítica y sus muy respetables audiencias era inevitable dejar abierta la trama a nuevas aventuras, pero me temo que la bobina dispone ya de poco hilo y se van a necesitar extensiones que pueden cargarse el tapiz. Me consuela que dije algo parecido de monumentos como "Damages" y "Justified" y sus segundas temporadas fueron aún mejores que sus predecesoras. Seamos optimistas.


CREMATORIO: Parece mentira a la vista de artefactos como "El barco", "Aida" o "Mi gitana", pero, he comentado antes, en España también se hacen series de calidad y es perfectamente posible captar el interés del público y el aprecio de la crítica sin recurrir a Resines ni convertir por comparación a Los Morancos en el paradigma del humor sutil. ¿El truco? Tomar en serio al espectador y asumir que es capaz de asumir cierto esfuerzo de concentración si la idea merece la pena. Conscientes de ello, los responsables de "Crematorio" han tomado la novela homónima de Rafael Chirbes (excelente, al parecer y sumamente difícil de adaptar por lo que comentan al desarrollarse a través de monólogos interiores) la han troceado en ocho espléndidos y adictivos capítulos y han logrado la que es, sin duda, la mejor serie española de los últimos veinte años. La intensidad y cercanía de la trama (los últimos coletazos de la corrupción urbanística en muestro país), las magistrales interpretaciones de sus protagonistas (José Sancho y Juana Acosta están para empezar a aplaudir y no parar) y unos diálogos de inverosímil calidad para lo que solemos hacer en esta tierra nuestra, conforman un modelo a seguir y un hito en la historia de nuestra televisión del que se hablará durante muchos años. O tal vez haya suerte, cunda el ejemplo y en breve otros productos de igual o mayor calidad tomen el relevo Ruben Bartomeu y su extraña familia de crápulas, estafadores y pendencieros hijos de perra.


LIFE'S TOO SHORT: No conecto con las series de Ricky Gervais. Sí con él y con su humor irreverente y cáustico (sus monólogos hielan la sangre por su terrible incorrección política y su enorme ingenio), pero algo hay en "The office" o en "Extras", por poner dos ejemplos, que me impiden entrar en su desarrollo y que me divierten solo a medias. Tal vez sea el agotador patetismo de todos los personajes o la continuada presencia de Gervais en pantalla, no logro decidirme. Sin embargo, con las andanzas del enano más odioso del universo, el actor Warwick Davies ( conocido por "Willow" o "El retorno del Jedi" e interpretando en la serie por ..... Warwick Davies), la pareja Gervais/ Merchant, han logrado encandilarme por completo y no veo el momento de que se estrene la segunda temporada. Para empezar, que durante toda la serie, el enano sufra en sus carnes todas las humillaciones morales y físicas que uno pueda imaginar (algunas inflingidas por gente como Sting o Liam Nesson, interpretándose a si mismos) y eso resulte tronchante ya es de nota. Pero que, este ser petulante, codicioso, egoísta, patético y despreciable, que es capaz de rechazar a una mujer por ser enana o de pedir dinero a su único fan por una foto dedicada sabiendo que se está muriendo de cáncer, que este ser, como decía, pueda llegar a resultar entrañable y el espectador sufra con sus desventuras, eso, damas y caballeros, eso sólo está al alcance de un genio.

viernes, 23 de marzo de 2012

Ya sabía yo que era... (II)


EL PROTEGIDO, DE M. NIGHT SHYMALAN (2000)

Tras el éxito descomunal de "El sexto sentido", el controvertido M. Night Shyamalan rindió tributo al mundo del comic con "El protegido" y, como se diría en el ámbito taurino, hubo "división de opiniones". Desde la perspectiva de quien esto, firma, la película es excelente en todos sus aspectos y si algo acredita el director norteamericano es que los tebeos de Spiderman, Superman y demás amigos superheróicos no le son ajenos y la relación entre Elijah Price (un sólido Samuel L. Jackson que salva como puede el estrafalario pelucón con el que ameniza la velada) y David Dunn (Bruce Willis, que repite con Shymalan tras "El sexto sentido" y, como entonces, confunde la intensidad con el estreñimiento) bebe, directamente de las historias iniciáticas que manan de Marvel y DC.

Desde entonces la carrera de Shymalan no levantó cabeza y a experimentos interesantes pero fallidos como "Señales" o "El bosque" le siguieron bufonadas como "La joven del agua", "El incidente" (que, tras unos quince minutos iniciales de matrícula de honor se hunde en lo ridículo hasta el punto de poder renombrarla como "Lo indecente" y no desentonar.) o esa payasada mayúscula que resultó ser "Airbender" y que me fue imposible concluir. Al menos en todas ellas, como también ocurrió con las anteriormente mencionadas, las partituras de sus espléndidas bandas sonoras salieron de la mente de James Newton Howard, cuya simbiosis con Shymalan es absoluta y que en "El protegido", la melodía de esta semana, alcanzó cotas deslumbrantes.

El actual letargo creativo del director de origen indio- a día de hoy, el realizador prepara una cinta con Will Smith que podría devolverle el favor del público y de la crítica pero poco se sabe aún de la misma-  no puede borrar de la memoria la maestría en el ritmo y en los encuadres que Shymalan demostró en la película del niño que veía muertos ni, especialmente, en la del hombre que no podía romperse que, pueden considerarse, sin rubor, auténticas cimas del séptimo arte más reciente.

En esta edición, los siete puntos han encontrado dueño y han volado directamente al casillero del maestro Lughnasad que se corona líder del concurso en solitario. Con cinco puntos han cerrado la semana las mentes privilegiadas de Azid Phreak y Fiona, mientras que Athena amasa cuatro y no pierde el paso. Acaban la jornada con dos puntos, Daniel y Mike Lee, mientras que Möbius acumula uno en su casillero.

Esto es todo, damas y caballeros. El pelotón se estira pero aún no hay, ni mucho menos, nada decidido. Disfruten del fin de semana y hasta la próxima edición del concurso, permanezcan atentos al ladrillo.

miércoles, 21 de marzo de 2012

La melodía escurridiza 2.0 (II)


Segunda entre del concurso y nueva piedra en el zapato para todos los que os animéis a recorrer la senda hasta la respuesta del próximo viernes. En esta ocasión, creo que la dificultad es menor que la de la melodía escogida para inagurar el concurso, pero, aviso a navegantes, tampoco es un tocinito de cielo. En cualquier caso, yo creo que los seis puntos están algo más cerca que hace un par de semanas. 

Os recuerdo que el objetivo del concurso es determinar la película a la que corresponden unos pocos segundos de su banda sonora a los que se puede acceder, pulsando en el reproductor que aparece al pie de la entrada. Hay de plazo hasta el viernes para participar y hasta entonces, la entrada tendrá moderados los comentarios para mantener la intriga y para que quienes hayan dado en hueso en su primer intento puedan seguir intentándolo.

Habrá seis puntos para quien acierte primero y cinco para todos aquellos que acierten posteriormente y antes de la primera pista que saldrá, más o menos, a media tarde de hoy. Esta misma noche saldrá la segunda y, a partir de ese momento, serán cuatro los puntos que obtengan los que acierten. La tercera saldrá en la mañana del jueves que supondrá una bajada a tres puntos y la cuarta a eso de mediodía, que dejará en dos los puntos a embolsarse. La quinta y última tomará lugar en la noche del jueves y quien acierte a partir de ese momento no se irá de vacío y, al menos un puntito encontrará hueco en su casillero.
 
Mucha atención a la imagen que acompaña la entrada, ya que está íntimamente unida a la película misteriosa, bien por tratarse de un fotograma, un elemento de capital importancia en la cinta, un fragmento de su cartel publicitario, un detalle del rostro de sus protagonistas, etc. La primera pista, de hecho, consistirá en fijar a qué corresponde la imagen. Ánimo y mucha suerte.
 
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viernes, 16 de marzo de 2012

La otra reina de New Orleans

En 1983, tardé más de una semana en averiguar que el tema que reventaba los altavoces durante los títulos finales de "Christine"- por aquel entonces no tenia la costumbre de quedarme en la sala hasta ver el nombre del que enfría el botijo en el rodaje- era el "Bad to the bone" de George Thorogood and The Destroyers. Tarareos infames en tiendas de discos, consultas a los compañeros de sesión- en mi adolescencia, cuando íbamos al cine, íbamos por docenas- , audiencias informativas con mis mayores.... En definitiva, una paliza monumental cuyo único y desinteresado objeto era dar a conocer a los autores de semejante delicia musical  y predicar su palabra por el mundo- al menos por el más cercano- con devoción de converso, lo que, dicho sea de paso, también requería de un tiempo y un esfuerzo muy considerable.

Hoy, lo que son las cosas y como cambian en un pestañeo, he tardado menos de cinco minutos en averiguar que la maravillosa canción que vertebra el segundo capítulo de esa serie desquiciada y pastillera llamada "Black mirror" es "Anyone Who Knows What Love Is (Will Understand)" y que quien envuelve con sus cálidas y sedosas  cuerdas vocales al oyente es la cantante norteamericana Irma Thomas, de cuyas muchas virtudes voy a ponerles hoy al día y, además, a tono con los tiempos que vivimos, mejorando en mucho la marca que alcancé entonces polinizando a mis semejantes con los guitarreos incendiarios de George y sus amigos destructivos.


Y lo primero que debo reconocer es que, hasta hoy, no tenía la menor idea de quien era Irma Thomas y me atrevería a decir, incluso, que nunca había escuchado una canción suya hasta que "Anyone..." tomo al asalto mis oídos.Al parecer, ese aire de invitado de piedra, de mujer en la sombra, de eterna secundaria, en definitiva, es uno de los rasgos que más definen a la hoy septuagenaria intérprete norteamericana a la hora de colocarla en la historia de la música.

La información que existe sobre ella en la red es escasa (apenas un millón y medio de referencias en Google, la mayor parte con enlaces a sus temas) y tremendamente fragmentada (breves reseñas de sus discos, entrevistas jurásicas que se copian el contenido mutuamente, semblanzas telegráficas...). Sus canciones, excelentes la mayoría, gozan de una difusión escasa y su popularidad no admite comparación con los grandes temas del soul y del blues que cualquiera canturrea en sus tiempos muertos. De hecho, su propio nombre artístico, "The soul queen of New Orleans", tiene un aire provinciano y local que tumba de espaldas, además de encasillar a una cantante que, destacando como lo hace en el género de la que es "reina", muestra sus mejores galas cuando rasga su garganta cantando "If I Had Any Sense I'd Go Back Home", "Early in the morning" y otros monumentos al blues de los que Irma Thomas extrae hasta el tuétano.


En cierto modo, lo que ocurre con Irma Thomas podría explicarse con una analogía cinematográfica. "Deliverance", la excelente película de John Boorman rodada en 1972, tuvo la mala fortuna de acudir a la entrega de los Oscar en compañía de "La huella", "Cabaret" y "El Padrino". Como es de imaginar, los responsables de la cinta se volvieron a sus mansiones sin una triste estatuilla que colocar, pero, no conviene olvidar que a Burt Reynolds y Ned Beatty les toco bailar con tres de las mejores películas que se hayan rodado jamás. Muy probablemente, en otro contexto temporal, el cuento hubiera tenido un final muy distinto.


En el caso de Irma Thomas pasa algo parecido. Aunque te muevas en el soul y el blues como pez en el agua, aunque tus cuerdas vocales se derritan cantando "Time is on my side" o aunque en tu repertorio existan temas tan redondos como "He's my guy", "Ruler of my heart" o ese generador de energía positiva que es "Moments to remember", poco puedes hacer cuando el destino te la juega y te hace contemporanea de Aretha Franklin, Etta James y Dionne Warwick. Uno es más o menos guapo según el canon de belleza de los que te rodean y a la bella Irma le toco bailar con las tres Venus de la música negra norteamericana. Con semejante muralla alrededor no es difícil entender las razones que explican su inmerecido ostracismo.



Gracias a su mencionada aparición en la banda sonora de "Black mirror", parece existir un ligero repunte de su popularidad, pero, en cualquier caso, me da que, a estas alturas de su vida, a la gran Irma este asunto le trae sin cuidado: con más de setenta años a sus espaldas, la mujer parece feliz apareciendo cada año en el Festival de Jazz de New Orleans, cuidando a los clientes de su club "The lion's den" y abandonando esporádicamente su Louisiana natal para, de tarde en tarde, publicar algún disco, como "Simply grand", el excelente acústico que grabó en 2008 y que es su última y muy recomendable obra. Pero, en fin, aunque en nada la ayude a recuperar su puesto en la historia de la música, por mi que no quede y vaya esta entrada en su honor. Si con ella puedo ayudar a que algunos descubran a esta maravillosa cantante o resucitarla en su memoria, me doy por satisfecho.

viernes, 9 de marzo de 2012

Ya sabía yo que era ........ (I)


EL TREN DEL INFIERNO, DE ANDREI KONCHALOVSKY (1985)

Menahem Golan y Yoran Goblus produjeron en los ochenta a través del mítico sello Cannon un buen montón de entrañable basura violenta, xenófoba y fascista. Películas como "Cobra", "Desaparecido en combate" o "Yo soy la justicia", nacidas en dicha factoría no resisten a día de hoy ni el visionado más piadoso y el tiempo ha pasado por ellas como una bomba de neutrones, convirtiéndolas en páramos de celuloide. Mentiría como un perro si no dijera que, en mi adolescencia, he tumbado cajas enteras de palomitas palmoteando como una foca feliz en los cines donde proyectaban "Delta force" o "Yo, el halcón". Pero también faltaría a la verdad si no reconozco que, en la actualidad, el mítico sello de Cannon al principio de una película me produce urticaria. Aunque siempre hay excepciones. Y la excelente "El tren del infierno" que nace del mismo seno materno que las anteriores es un ejemplo claro.

Y es que no es lo mismo contar con un actor de categoría en tu película que tener que padecer a Chuck Norris. Y si un buen guión inspirado por Akira Kurosawa lo dejas en las mano de alguien tan capaz como Andrei Konchalovsky, las posibilidades de tener algo grande entre manos se multiplican. Y así fue. La espectacular huida de una cárcel de máxima seguridad en Alaska lleva a dos presos tan poco recomendables como un asesino desquiciado (John Voight, espectácular) y un violador (Eric Roberts, hermano de Julia.) a las tripas de un tren descontrolado en el que su libertad vuelve a quedar encerrada. Lo que esta nueva prisión supone para ambos alcanza el nivel de la epifanía y convierte "El tren del infierno" en dos excelentes películas completamente distintas pero igualmente logradas que mereció varias nominaciones a los Oscar incluyendo mejor montaje y mejor actor (John Voight y Eric Roberts). El potentísimo tema central de su banda sonora, cortesía de Trevor Jones, no fue suficiente para que el compositor sudafricano se llevara nominación ni, por supuesto premio.

Y la nueva edición empieza como acabó la anterior, con Athena demostrando que es el gran rival a batir. A pesar de la durísma batalla de esta semana- que ha visto volar los seis y los cinco puntos sin que nadie lograra cazarlos- la ganadora del año pasado toma el cetro de cuatro puntos y pone el primer clavo para apuntalar triplete. Con los mismos puntos acaba la jornada el cántabro de oro, Mister Azid Phreak y con tres se colocan la bella Fiona y el maestro Lughnasad. Algo más tarde y con la consiguiente bajada de puntos a dos, acertaron el enigma Daniel y Mike Lee. 

Nada más, damas y caballeros. Espero que, a pesar de la dureza de la prueba hayáis disfrutado del juego y que las novedades de este año hayan calado. En quince días volvemos y, a lo mejor, sólo a lo mejor, relajamos la exigencia, aunque no podría asegurarlo. Hasta entonces, permanezcan atentos al ladrillo.

miércoles, 7 de marzo de 2012

La melodía escurridiza 2.0 (I)


Damas y caballeros, es un inmenso placer darles la bienvenida a "La melodía escurridiza 2.0", la segunda edición del concurso cinéfilo musical más famoso de cuantos tienen lugar en este hemisferio (ventajas de ser un humilde rinconcito de la blogosfera, que nadie vendrá a enmendarme la plana por arrogarme méritos indemostrables). Espero que la disfruten tanto participando como ya organizándola. Para aquellos que hayan caído aquí hoy por casualidad y no sepan de qué estoy hablando y para quienes sabiéndolo necesitan refrescar las ideas, no sería mala idea que visitaran la presentación de "La melodía escurridiza 2.0" que hice aquí hará un par de semanas

Os recuerdo que el objetivo del concurso es determinar la película a la que corresponden unos pocos segundos de su banda sonora a los que se puede acceder, pulsando en el reproductor que aparece al pie de la entrada. Hay de plazo hasta el viernes para participar y hasta entonces, la entrada tendrá moderados los comentarios para mantener la intriga y para que quienes hayan dado en hueso en su primer intento puedan seguir intentándolo.

Habrá seis puntos para quien acierte primero y cinco para todos aquellos que acierten posteriormente y antes de la primera pista que saldrá, más o menos, a media tarde de hoy. Esta misma noche saldrá la segunda y, a partir de ese momento, serán cuatro los puntos que obtengan los que acierten. La tercera saldrá en la mañana del jueves que supondrá una bajada a tres puntos y la cuarta a eso de mediodía, que dejará en dos los puntos a embolsarse. La quinta y última tomará lugar en la noche del jueves y quien acierte a partir de ese momento no se irá de vacío y, al menos un puntito encontrará hueco en su casillero.
 
Como ya comenté en la presentación de esta nueva temporada, mucha atención a la imagen que acompaña la entrada, ya que está íntimamente unida a la película misteriosa, bien por tratarse de un fotograma, un elemento de capital importancia en la cinta, un fragmento de su cartel publicitario, un detalle del rostro de sus protagonistas, etc. La primera pista, de hecho, consistirá en fijar a qué corresponde la imagen. Mucha suerte a todos. La van a necesitar.


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