miércoles, 27 de octubre de 2010

En otras palabras: Mike Lee


La noticia de mi muerte fue muy exagerada. Esta frase de Mark Twain, enviada por telegrama al periódico que anunció erróneamente su fallecimiento, podría servir, perfectamente, como antetítulo de esta nueva entrega de la sección "En otras palabras" que me precipité a clausurar hace un par de meses.

Por si alguno lo ha olvidado y para los que puedan haberse incorporado posteriormente, bajo ese nombre he incluido varios textos de ilustres blogeros que tuvieron a bien atender mi solicitud de un escrito de temática libre y cuyo único requisito era evitar, en la medida de lo posible, la temática o el estilo habitual de sus bitácoras. El gran Azid Phreak nos ofreció el saque de honor y marcarón tantos de impecable factura, personajes de la talla de Angel "Verbal" Kint, Ramón (Cinemadreamer) y Mr. Lombreeze. Coincidiendo casi con el paréntesis vacacional, anuncié el final de la sección, en parte por falta de material, en parte por una cierta desidia en el devenir del ladrillo.

Pero tras la remodelación del blog y de la recarga de pilas obtenida de la Gran Manzana cambio el tercio, recupero la sección, invito nuevamente a todos aquellos que se sientan con ganas a participar con sus textos enviándomelos a la dirección de correo electrónico clanwinot@hotmail.com y abro la nueva temporada con el gran Mike Lee, amo y señor de "What's the rumpus?" que nos ofrece su visión de lo que a día de hoy uno tiene la suerte o la desgracia de encontrar en las pantallas de nuestros televisores. Que lo disfruten.


Tempestad televisiva

En el discurso final de la magnífica película Buenas noches y buena suerte, el actor David Strathairn, en su soberbia interpretación del célebre reportero estadounidense Edward R. Murrow, pronunciaba un discurso basado en el que en su día dio el periodista haciendo alusión a la capacidad de la televisión para enseñar, iluminar e incluso inspirar frente a las insistencias de aquellos que sólo querían divertir y aislar con tan poderoso medio.

Por mucho tiempo que haya pasado y lo que hayan cambiado las circunstancias desde el momento en que se pronunció el discurso, sus enseñanzas continúan siendo aplicables a la situación televisiva actual; lo cual resulta desalentador al ver que, en lugar de avanzar en ciertos aspectos, el medio ha involucionado en muchos otros, fenómeno que trataré de ilustrar con algunos ejemplos de la televisión española.

Por desgracia, las barreras de género aún no han sido completamente eliminadas, así que cualquier esfuerzo para terminar con ellas, por pequeño que sea, es de agradecer. Sin embargo, en televisión, sea el canal que sea, podemos apreciar el predominio de las mujeres florero en programas que van desde informativos a tertulias disparatadas. No pongo en duda su capacidad profesional, ni mucho menos, si bien considero sospechosa la casi exclusiva presencia de mujeres de “buen ver”, tal vez que con la intención de captar audiencias indiferentes al contenido pero no a la forma.

Otro alarmante caso es el enaltecimiento de tuercebotas diversos, personajillos que no han hecho nada loable a lo largo de su existencia y que aun así ocupan las franjas horarias cruciales en detrimento de programas educativos. Curiosamente, estos seres son capaces de aportar sus sesudas opiniones en cualquier tertulia, ya sea tratando la crisis económica o las compañías nocturnas de aquellos a quien ni siquiera conocen. Lamentablemente, semejantes energúmenos terminan ocupando las portadas de diversas publicaciones, además de la atención del público, mientras que personas que trabajan por el beneficio de la comunidad en distintos ámbitos ni siquiera reciben una mísera mención en los medios.

Para terminar, me gustaría comentar brevemente el maltrato que sufren las producciones extranjeras, en parte por la presencia de los detestables programas citados en el párrafo anterior. Hay que reconocer la gran cantidad de series que se estrenan hoy en día en países como Estados Unidos y Reino Unido, así como su creciente calidad en la que muchos califican de edad dorada para la ficción televisiva. Pues bien, en lugar de hacerlas accesibles para la audiencia española, las cadenas toman por tontos a los televidentes programando las citadas series en horarios imposibles (normalmente a altas horas de la madrugada), los cuales cambian constantemente sin previo aviso. Por suerte, Internet juega un papel decisivo en este contexto, permitiendo a los espectadores acceder a los contenidos de varias maneras prescindiendo de la represión de los medios.

Éstos son sólo tres de los muchos casos que prueban la decadencia y embrutecimiento de la televisión, por cientos de canales que nos ofrezca la nueva versión digital terrestre, marítima o área. Razón no le faltaba a Murrow.

martes, 19 de octubre de 2010

En castellano antiguo


La sutileza no es, obviamente, la característica que individualiza al autor de la pintada que adornaba esta mañana el escaparate de una tienda de C&A, situada muy cerca de mi lugar de trabajo. Eso, vista la foto que acompaña esta entrada no abriga sombra alguna de duda.

Pero, lo que nadie puede negar es que el autor (o autora. A la vista del mensaje, el camino queda abierto en ambas direcciones), a pesar de que maneja un lenguaje limitado, se hace entender con total claridad y suple la sobriedad de estilo con la contundencia propia de un campeón de los pesos pesados.

Imagino que de ser yo el encargado de limpiar el escaparate, ni con el sagrado Ojo de Agamotto hubiera sido capaz de ver la gracia al asunto. Pero, en lo que me concierne, debo reconocer que esta mañana he empezado la jornada con un inusitado buen humor y la media sonrisa dibujada en el rostro. Para los tiempos que corren, no es poca cosa.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Mascarada


La calle Broadway arranca en la Zona Cero (desolador, por cierto, contemplar su estado actual y compararlo con lo que allí se alzaba hace apenas unos años) y atraviesa verticalmente Manhattan hasta hasta morir en su orilla norte. Eso la convierte en la arteria más larga de la isla y, casi con toda seguridad, la más larga de Nueva York. Sin embargo, es sólo un pequeño tramo, el que discurre entre la calle 41 y la 54, el que ha dado a esta calle fama internacional, cortesía de los más de cuarenta teatros que se allí se concentran y en los que diariamente, se representan sesudas obras de autor, clásicos teatrales de todo tipo y, sobre todo, musicales, musicales y, por supuesto, musicales.

Ir a Nueva York y no ver un musical en Broadwalk se nos antojaba tan inconcebible como encontrar sentido a un discurso de Leire Pajín. Por miedo a que, una vez allí, no fuera posible hacerse con unas entradas, planeamos comprarlas anticipadamente desde España, a través de Internet. Menos mal que mientras la buscábamos tuvimos la suerte de ver algunas bitácoras en las que desaconsejaban esa maniobra y recomendaban armarse de paciencia, comprar una botella de agua, aguantar la cola correspondiente y adquirir las entradas en TKTS, una taquilla en pleno Times Square donde, era posible hacerse con excelentes entradas y con un aún más excelente descuento de hasta un 70%. Mi saturada tarjeta de crédito agradece el consejo.

Además, al final, la espera no superó los tres cuartos de hora y, a pesar del calor y del piloso reventa que intentaba vendernos unas entradas para ver "Billy Elliot", cubrimos la cola con aceptable rapidez mientras comprobabamos que en Times Square no solo se anuncian espectáculos y compañías multinacionales, sino que, con la suficiente paciencia uno puede localizar consignas de todo tipo, incluida una diatriba contra el presidente de Irán, ciertamente curiosa. Ojito al detalle.

La oferta era enorme, pero, finalmente, optamos por el clásico entre los clásicos y nos hicimos con sendas butacas para "El fantasma de la ópera", el musical de Andrew Lloyd Webber que lleva más de veinticinco años de representación ininterrumpida en el teatro Majestic y al que nos dirigimos no sin antes rendir tributo a la pesadilla de todo diabético que es la tienda que M&M tiene muy cerca de TKTS y de la que salimos bien provistos para amenizar la velada teatral.

Tras pasar un control a las puertas del teatro que rivalizaba en minuciosidad con el del aeropuerto de Londres (mirada censora a la bolsa de M&M incluida), los Winot y otros mil turistas nos adentramos en las entrañas del teatro para recibir las robotizadas indicaciones de los empleados (es lo que tiene llevar 25 años con la misma obra en cartel) hasta aposentar nuestros traseros en unas butacas a las que Torquemada hubiera sacado todo su jugo hace unas centurias. Una vez adecuadamente sentados y tras ser avisados de que hacer fotografías durante la representación supondría la inmediata expulsión del recinto (en teoría, sin violencia, aunque por el tono del speaker, existía duda razonable), dio inicio el espectáculo y, con ella, un infierno gélido, cortesía del aire acondicionado más potente de Occidente. Afortunadamente, la orquesta (constreñida en un diminuto foso de inconcebibles dimensiones) y los intérpretes le echaron ganas y, a pesar del castañeteo generalizado de dientes, fue posible seguir la obra con interés e, incluso con emoción (ese "point of no return"....) entre escalofrío oseo y tiritona jamaicana.

Sobra decir que, según salimos del teatro, nos arrepentimos de inmediato de habernos decantado por esta obra un poco trasnochada y ochentera y haber perdido la oportunidad de ver al gran Kelsey Grammer (Fraisier Crane, para los amigos) interpretando "Una jaula de grillos" o "Wicked", que, por lo que he oido es lo mejor que se representa hoy en Broadway. Pero, soy consciente de que, en el caso, de haber optado por cualquiera de éstas, nos hubiéramos tirado de los pelos por haber visitado Nueva York y no haber visto "El fantasma de la Ópera" en el mítico Majestic . Es lo que tiene esta ciudad, que nunca se tiene suficiente y saciarse es misión imposible.

lunes, 4 de octubre de 2010

Silogismos





Primera premisa:

" El mayor activo del secretario general del PSM, Tomás Gómez, es haber dicho que 'no' a Zapatero"

Alfredo Pérez Rubalcaba, Ministro del Interior
25-08-2010

Segunda premisa
"Tomás Gómez vence en las primarias del PSOE con el 51,8 % de los votos"

Cualquier periódico de ámbito nacional, rojo, azul, verde o multicolor
04-10-2010

Conclusión

"El PSOE y por extensión, la mayoría simple (con perdón), de los madrileños le dicen "no" a Zapatero. Ya era hora, pardiez"

Tarquin Winot. "En ladrillo visto"
04-10-2010