sábado, 11 de junio de 2011

La taberna de Asunción


Lo que diferencia a un buen cocinero de un ensuciasartenes es el control del tiempo. Una patata cocida durante un minuto menos del debido se convierte en piedra pómez y si lo que hacemos es dormirnos durante sesenta segundos tras el punto exacto de cocción, el resultado es un amasijo incomestible. Y esto no sucede solo en la cocina.

En los deportes, en los negocios y en la política, entre otras muchas disciplinas, quien domina el tiempo tiene muchas opciones de lograr su objetivo y los proyectos más nobles e interesantes pueden ser momentos para recordar o comida para perros según la posición de las manecillas de un reloj. El tiempo, con la inestimable ayuda de una considerable candidez es lo que ha condenado al fracaso un movimiento como el que desde hace semanas se estanca en la Puerta del Sol del Madrid.

Inicialmente la toma del centro de la capital por un numeroso grupo de personas el pasado 15 de mayo me produjo un rechazo fulminante. Más por la apatía de los responsables a la hora de impedir la ocupación (Ni pensar quiero en lo que habría pasado de ser las impolutas huestes de Génova las que tomaran la plaza) que por los sujetos mismos. También es cierto que su autoproclamación como "indignados" a colación del panfletillo de Stéphane Hessel así como el marcado carácter "progresista" en su sentido más peyorativo de sus primeras consignas y declaraciones no ayudaron precisamente a que su imagen mejorara ante mis ojos.

Sin embargo, pasado el primer impulso, comencé a sentir cierta simpatía por ellos. Para empezar por el hecho en si mismo: tan acostumbrados como estamos a mirarnos el ombligo (servidor el primero), es ilusionante ver que hay límites, al menos en algunos, a la hora de digerir ruedas de molino. Respecto a los mensajes, si bien en su manifiesto se conservan paridas recurrentes tales como recortar el gasto del Ministerio de Defensa o la obligatoriedad de que los políticos hagan un informe de con cuanto entran en cargo público y con cuanto salen, no es menos cierto, que la reforma de la Ley Electoral, que los directivos de las entidades financieras no huelan un euro más del que les corresponde sin antes devolver el pastizal que hayan podido obtener del Estado o la extirpación de la política del cuerpo judicial son planteamientos sumamente razonables y muy necesarios.

No es que augurara futuro alguno al movimiento tal cual fue concebido, no soy tan cándido, pero reconozco que llegó a parecerme una iniciativa con un importante factor aglutinador que, de poder estructurarse adecuadamente, abría de devenir en una opción electoral a tomar en cuenta. Sin embargo, como ya he mencionado antes, la candidez y el buenismo de los acampados de Sol ha terminado por costarles el cuello.

Si bien, sus planteamientos son serios y razonables, no es menos cierto que ya hay partidos políticos, como UPD que defienden esas posturas y otras similares. Tirar de artillería poética y proclamas a pie de calle no deja de tener un sesgo tan humanista como inútil. Si lo que se pretende es cambiar el sistema, o se ataca desde fuera con algo más sólido que minutos de silencio o aplausos mudos o, lo que es más razonable, se intenta el cambio desde dentro. Si una vez terminada la jornada electoral, con medio mundo atento a la pantalla, la popularidad por las nubes y el prestigio intacto se hubieran retirado a estructurar sus planteamientos para presentar una opción política alternativa de peso, no estaríamos asistiendo al lento e inexorable desmoronamiento de todo lo bueno que de allí pudo surgir.

El tiempo, el implacable reloj de arena que domina la actualidad y que convierte las cosas en noticias, en recuerdos o, en el peor de los casos en la propia arena que lo nutre, ha terminado por arrasar estos principios no por evidentes e indiscutibles. A día de hoy, las consignas políticas más interesantes apenas tienen peso específico y las estupideces más asombrosas campan a sus anchas por un campamento que se ha convertido en un zoco lleno de comités, directorios, asambleas, consejos y demás quincalla burocrática. Además, la organización ha perdido por completo los papeles y los laberintos de lonas se ven ocupados por una horda de maleantes y pordioseros que, sin tener nada que ver, muy probablemente con la organización, se han puesto de zapadores en el desfile sin que nadie haya sabido sacarlos por la puerta de atrás o desmarcarse de ellos.

Mañana, tras largas, tediosas e innecesarias asambleas, parece que el grupo de indignados de la Puerta del Sol abandona su campamento y marcha a los cuarteles para decidir sus próximos movimientos. Me temo que es demasiado tarde, que el tiempo ha cumplido su parte del trato y que lo que podría haber sido un buen vino se ha convertido en lo que el chascarrillo dice acerca de los caldos que servía una tal Asunción en su taberna: que ni son blancos, ni tintos, ni tienen color.

9 comentarios:

Jose Ramon Santana Vazquez dijo...

...traigo
sangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...


desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ


COMPARTIENDO ILUSION
TARQUIN

CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...




ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE CARROS DE FUEGO, MEMORIAS DE AFRICA , CHAPLIN MONOCULO NOMBRE DE LA ROSA, ALBATROS GLADIATOR, ACEBO CUMBRES BORRASCOSAS, ENEMIGO A LAS PUERTAS, CACHORRO, FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER ,CHOCOLATE Y CREPUSCULO 1 Y2.

José
Ramón...

Bakarne dijo...

Esto escribí en mi propio y privado blog de recuerdos hace un par de semanas:

"Llevan unos días los medios de comunicación que no caben en si de felicidad. Hay noticia. Los jóvenes de toda España están en pie de guerra. De guerra pacífica, pero de guerra.¿Qué ha pasado? ¿Cómo ha podido ser? Sea quien fuere al que se le ocurrio la idea de montar la manifestación el pasado domingo de 'democracia real ya' tuvo una idea que seguro le ha desbordado. Hoy, seis días después, en el día de la jornada de reflexión, la Puerta del Sol está inundada de jóvenes, y a veces no tan jóvenes, hartos de este capitalismo que nos devora, reinventado para no cambiar después del crac de hace unos pocos años, del casi 50% de paro juvenil, de la imposibilidad de irte de casa porque a ver quien es el guapo que compra un piso con estos precios y con estos sueldos. Hartos de que los que se llevan la pasta de las ayudas son los que han provocado en gran medida esta gran crisis: los bancos.

Tal es la dimensión del asunto que aunque la junta electoral central ha declarado ilegales estas concentraciones que a lo largo de toda España se han repetido a imagen y semejanza de La Puerta del Sol, Rubalcaba, nuestro ministro de interior, se ha acojonado y se va a pasar por el arco del triunfo esa decisión y no va a tomar cartas en el asunto. Reconozco que tiene un papelón.

Y aunque creo que una gran parte de España ve con simpatía y cierta concordancia de ideas, por lo menos en lo mal que está todo y que los políticos no van a solucionar nada porque venga lo que venga va a ser más de lo mismo, yo soy de la opinión que nada va a cambiar. Yo soy escéptico.

¿Qué queréis que os diga? De joven vi a los obreros de los astilleros de Euskalduna luchar día y noche contra la policía. Incluso llegó a morir una persona. Aquello si fue una lucha con dos cojones. Los astilleros desaparecieron. Reconozco que aquello se me quedó grabado, quizás demasiado. Uso este ejemplo porque cuando el sistema dice que hay que ir por allí... por allí se va.

Y el sistema no es el gobierno de ZP, ni siquiera el seguro de Rajoy que va a ganar las elecciones nacionales del año que viene. El sistema es ese ente virtual, ese gran ojo que todo lo ve pero que nosotros no vemos. La economía mueve el mundo. Y a la economía, que manda sobre Rajoy, ZP y sobre todos los demás, se la trae floja que cuatro imberbes en un caso y melenudos en el otro estén una semana bajo carpas de las plazas españolas o un año. (Y uso el número 'cuatro' porque no nos olvidemos de que seguramente todas las personas acampadas en Madrid y Barcelona juntas caben en el Nou Camp)

Y no me refiero a la caída de un sistema político de un país como Túnez o Egipto. Eso es fácil. Sólo tiene que quererlo el hermano fortachón del barrio o en su defecto que el tan culto como lascivo hermano mayor lo desee y entonces pida ayuda a su hernamo fortachón. Entonces se pondrán en su uniforme militar la estrella de cuatro puntas de la OTAN o en su defecto la de la ONU y ... a por ellos que son pocos y cobardes. No no, yo me refiero a cambiar todo un sistema. Porque que no se piensen los tunecinos que ya están en el Edén por no tener dictadura. A ver, han avanzado la ostia, es verdad, como nosotros en su momento. Y económicamente hablando ¿Dónde hemos caído? Pues en las garras de ese sistema del que hablo. Ese sistema al que se rinde Europa y prácticamente el mundo entero porque son tantos los hilos de interconexión, tantas las alianzas, deudas, dependencias... que es impsible echarlo abajo con unas sentaditas en las plazas españolas.

El barco gigantesco se mueve por inercia y lleva una velocidad tal que por mucho que gires el timón, para cuando responde ha pasado ya el tiempo en el que tenía sentido ese giro y ya estaremos embarcado en otro movimiento de timón. (Que apenas si servirá de algo)

Ahora sólo me queda la curiosidad por ver como acaba todo esto".

Ahora ya sé como va a acabar esto. Con el SUMA limpiando la Puerta del Sol.
Perdón por la extensión.

María dijo...

Lo único que comparto con los indignados es lo de la reforma de la Ley Electoral. Me parece un sin sentido que partidos como ERC, PNV o similares, con 60.000 votos (por poner un ejemplo) tenga más diputados que otros que han conseguido el doble. Tampoco me parece justo que la tercera fuerza política que ha salido en un Ayuntamiento, pacte con el segundo y que le quiten la alcaldía al partido que más votos ha conseguido.
Lo que les quita toda la razón es su comportamiento con los medios de televisión. Porque no pueden pedir libertad de expresión o les manden a los portavoces (estos últimos tampoco es que digan nada) y luego, cuando va una televisión, radio o periódico a preguntar se les tache alegremente de manipuladores o, si conectan en directo, les llamen de todo menos guapo.
Tampoco comparto que hayan acampado en la plaza de Sol ahí con toda la alegría del mundo. Porque no han valorado que los comercios de la zona puedan perder dinero como lo han perdido porque estén ahí día y noche.

Tarquin Winot dijo...

Pues muchas gracias, José Ramón. La verdad es que nunca me habían dejado un comentario como el tuyo. Agradecido de veras.

Si no estoy leyendo mal, Bakarne, me atrevería a decir que coincidimos bastante en el diágnóstico. Respecto a la extendión, ya te he dicho muchas veces que el ladrillo es tu casa y puedes hacer en ella lo que te plazca.

Todas esas actuaciones que mencionas, María son las que han terminado por imponerse y de ahí que la impresión que empieza a fijarse en la retina de la población es que no predican con el ejemplo cuando hablan de la mayoría de las cosas. Como ya digo en la entrada, el tiempo se los va a merendar en breve.

Lughnasad dijo...

Estamos de acuerdo en algunas cosas, en otras no. Y eso es bueno.
Sólo un pequeño comentario sobre la ley electoral.
Yo también estoy de acuerdo con el cambio, pero hay que dejar claro que a quien beneficia que la ley quede como está no es a los nacionalistas, sino a los grandes partidos PSOE y PP. Los grandes perjudicados son IU, UPyD y la mayoría de partidos nacionalistas.
¿Por qué no se cambia la ley? La respuesta es clara. El bipartidismo no quiere perder su poder.
Saludos

Lughnasad dijo...

En el comentario anterior me olvide de poner un enlace muy interesante: Las verdades y mentiras de la ley electoral

Bakarne dijo...

Sí sí. En general estoy de acuerdo con usted. Ah, y donde dije SUMA quise decir SELUR.

moncabanas dijo...

Si bien me dije !ya era hora! cuando algunos de la generación perdida posaron sus traseros en Sol, también asentí !ya esta bien! cuando empezaron sus "performances" en sedes bancarias y oficinas patronales.Solo hay dos formas de cambiar de "sistema": desde dentro o desde fuera.Desde el exterior tradicionalmente se ha hecho con un arma en la mano y generalmente siempre ha salido muy caro, muy drástico y relativamente efectivo.Si esta gente fuera capaz de aglutinar tanta indignación para dignificar la política desde dentro, con asambleas que desplazaran "líderes carismáticos" tengan por seguro que les votaría.
Un abrazo y besos para sus niñas,Tarquin.

Tarquin Winot dijo...

Muy bueno el atículo, Lughnasad. Seria bueno que uno se lo leyera antes de participar en las tertulias radiofónicas y televisivas para no hacer el payaso.

Apuntado queda, Bakarne. De acuerdo tu y yo....... Dios existe ;-DD.

El movimiento está completamente desintegrado, Monca. Los últimos días ya daban pena, pero desde la salida de Sol, definitivamente su prestigio ha quedado reducido a cenizas.