miércoles, 31 de enero de 2018

Mi nombre es Johnson

Buenas noches a todos menos a los que no asumen el paso del tiempo y se parapetan tras el pasado para no asumir los peligros del presente. A esos, a los que no son capaces de ver que es mejor cumplir años que no hacerlo y que debe uno envejecer con dignidad y aplomo, a esos, a esos ni agua.

Esta noche vengo a hablarles brevemente de Jean Claude Van Damme, un tipo que en eso de no retrasar el reloj para engañar al tiempo ha demostrado ser todo un modelo a seguir. La serie que protagoniza, "Jean Claude Van Johnson", cortesía de Amazon Prime es buena prueba de ello.

En mi lista de "action heroes" ochenteros, el amigo Van Damme ha luchado ferozmente desde siempre por eludir el descenso. Como actor, el belga deja (muy) mucho que desear y los productos en los que participó no gozan ni de mi respeto ni de mi cariño. Se pueden imaginar que enterarme de que protagonizaba una serie y que además era buena me sumió holgadamente en el estupor. Comprobar que los comentarios no erraban y que "Jean Claude Van Johnson" es, a día de hoy, una de las marcianadas nás refrescantes del panorama televisivo, ha sido una caida de escamas oculares al más puro estilo Saulo de Tarso. 

¿Y que cuenta "Jean Claude Van Johnson" en sus a todas luces insuficientes seis capítulos? Pues básicamente, la historia de un actor acabado llamado Jean Claude Van Damme, que vive de sus recuerdos y que, por amor, retoma su carrera para rodar una versión de "Las aventuras de Huckleberry Finn" que más parece una secuela de  "El Señor de los anillos" que una fiel traslación de la novela de Mark Twain. ¿Y vuelve sólo por amor? No, no solo por amor. Van Damme es, en realidad, el agente Van Johnson, un espía que ha aprovechado todos los rodajes de las películas que ha protagonizado en sus muchos años de carrera para cumplir las misiones que una oscura agencia gubernamental le ha encargado aprovechando sus innatos dones para el mamporro y la patada voladora. Y este rodaje no será una excepción. Pero el tiempo... ¡Ay, el tiempo es cruel, las piruetas de ayer son los trastazos de hoy y los villanos no respetan ni las canas, ni la artrosis!

Damas y caballeros, Tom Van Sawyer

 Es un placer ver al señor Van Damme aprovechar cualquier resquicio para apalizar a la que da sombra al botijo y contar las virtudes de sus trabajos en "Blanco Humano" o "Time Cop" (tronchantes sus eternos guiños a "Looper"), mostrarse a pecho descubierto como un tipo con pocas luces, un poco sonado, abarquillado por lo años, incapaz de las hazañas de entonces pero encantado de poder intentarlo de nuevo, de no reverdecer sus laureles pero de llevarlos con dignidad. Los secundarios son sicotrónicos (ese director Timburtoniano), el humor, negro como el ánimo de Puigdemont y las  secuencias de acción (que las hay, por supuesto, el que tuvo, retuvo), brillantes, hechas a su medida (la pelea multitudinaria del primer capítulo es sobresaliente).

Me reconcilio con este hombre, su disparatada serie me ha ganado para la causa y admiro enormemente su capacidad para parodiarse sin perder la dignidad. Ojala todos sus coetáneos tomaran nota y no sepultaran en rubor sus logros pasados. No se pierdan "Jean Claude Van Johnson". Es una propuesta honesta, sincera, irreverente, divertida y emocionante. Para durar solo tres horas, creo que ya es meritorio.

2 comentarios:

Mister Lombreeze dijo...

WTF... Anotada...

Tarquin Winot dijo...

Jejejeje... Ya me contará. Maese Lombreeze.