Muchos años después supe que no fue mi secreta y aún hoy desconocida admiradora de la adolescencia la que imaginó aquellas hermosas y evocadoras palabras que encontré sobre mi pupitre escolar una mañana perdida en el tiempo. Si bien fue ella quién las deslizó sobre aquel papel tan cuidadosamente doblado, fue la nunca suficientemente valorada Gloria Fuertes quien encontró el hilo que inspiró y otorgó contenido a estas palabras que no me resisto a transcribir:
Te vi,
se rompieron nuestras soledades,
se alborotó el instinto,
se llenaron de luz las lámparas fundidas.
Se murieron del susto, nuestros primeros padres,
y tu pena y mi pena,
se suicidaron juntas
la tarde
de nuestro encuentro
se rompieron nuestras soledades,
se alborotó el instinto,
se llenaron de luz las lámparas fundidas.
Se murieron del susto, nuestros primeros padres,
y tu pena y mi pena,
se suicidaron juntas
la tarde
de nuestro encuentro
No he podido evitar pensar en estos versos, mientras ponía doloroso punto y final a la lectura de las poco más de ciento veinte páginas que componen "La nieta del señor Linh", extraordinaria novela del escritor francés Philippe Claudel y a la que tenido acceso por cortesía del asombroso buen criterio a la hora de regalar libros de mi amiga Mar, ocasional y lúcida comentarista en este rinconcito y perpetua candidata a construirse el propio.
Con origen en algún desconocido país, presumiblemente asiático, un barco cargado de refugiados que huyen de la guerra, atraca en un puerto extranjero. Entre sus pasajeros, se encuentra el anciano señor Linh y su nieta, Sang Diu, una niña de seis semanas, que junto a una pequeña maleta en la que guarda algo de ropa, una fotografía devorada por el sol y un saquito con tierra de su país, constituyen el único asidero al que agarrarse en el nuevo hogar que le acoge con tibia cortesía. Sus esfuerzos por adaptarse a la nueva situación le llevan a deambular por los alrededores del centro donde es internado junto con otros compatriotas, con la vana esperanza de encontrar algo que le resulte familiar y le haga perder esa sensación de soledad que le atenaza el pecho.
Es entonces cuando el azar guía a esta extraña pareja hasta un parque público donde su senda y la de su nieta se cruzan con la del entrañable señor Bark, un hombre devastado por la muerte de su esposa a la que rinde diario homenaje sentándose a fumar frente al tiovivo que regentaba antes de su fallecimiento. El lenguaje no les une. Tampoco lo hacen sus costumbres o sus creencias. Y sin embargo entre estos dos personajes arrasados por el dolor surge una chispa milagrosa que logra hacer brotar, nuevamente en su vida la luz de la ilusión y la esperanza. De repente y ante la impasible presencia de la preciosa Sang Diu, ambos se convierten en faro del otro, recíproca motivación, minúsculo acicate mutuo para continuar la senda que pocos días antes amenazó con extraviarlos.
La soledad, la sensación de "nacer por segunda vez" que provoca lo desconocido, la posibilidad de encontrar la aguja en el pajar y el infinito amor entre las personas que este mundo ramplón y cruel aún no han logrado pulverizar son los ejes en torno a los que gira esta tremedamente lírica y agridulce novela llena de espacios vacios que el escritor francés colma de contenido a través de pequeños gestos y palabras sin significado que solo adquieren sentido cuando llegan a su destinatario.
El estilo con el que Claudel desgrana esta extraña relación de silencio y términos cotidianos (el habitual "buenos días" nunca volverá ser lo mismo tras leer la novela) es, sorprendentemente, frugal, directo, sin barroca ostentación. Pocas palabras, pero escogidas con exquisito mimo y cuidado, con una asombrosa capacidad para generar imágenes en el lector y con una habilidad de artesano curtido para tallar personajes que se graban en la mente por siempre jamas. El primer encuentro del anciano protagonista y su nieta con el grandioso señor Bark o la conversación sin palabras entre ambos en el puerto asombran por su desnuda emoción y la extraordinaria fuerza de la imágenes que logran evocar.
En una época rica en escritores que ambicionan escribir "la novela" por definición, confundiendo cantidad con calidad, lenguaje con literatura y popularidad con populismo, obras tan etéreas y delicadas, tan llenas de vida y esperanzadora fe en el individuo, como "La nieta del señor Linh" son especialmente bienvenidas y disfrutables, un manjar ligero y sabroso que permanece indeleble en el recuerdo y al que nadie debería dejar pasar de largo.
17 comentarios:
Apuntado queda!!!!
un saludo
A pesar de no parecer mi tipo de historia, tomo nota. Aunque hay tantos en la lista de pendientes...
no te voy a engañar soy de esas personas que les custa un mundo leer libros y tengo una lar lista a la cola, pero apunto el título poruqe libro que veo que citas, libro que veo por todas partes
O sea que durante su adolescencia, Gloria Fuertes trató de aprovecharse de usted.
Se me derrumban los mitos.
JM
No te arrepentirás, Ángel. Merece la pena.
Cada uno tiene su "tipo de historia", Sach. En cualquier caso, no te tomará mucho tiempo.
Si te cuesta leer libros, Cotu, esta es una buena oportunidad para aflojar el nudo: breve, sencillo y de calidad. ¡Anímate!
Me queda una duda, Jotaeme. El mito, ¿era Gloria o yo? XDD
Me súpermuero de ganas de leerlo. Me piro a la fnac a hallarlo y mercarlo. Que últimamente estoy vaga y sólo leo mangas y tiras cómicas, y eso no puede ser.
Yo, de Gloria Fuertes recuerdo "Coleta Payasa; ¿Qué pasa?" y "Don Pato y Don Pito" si yo leo poesía, es gracias a ella (y a Lorca, al que primero tuve muuuuucha manía para acabar rendida a sus coplillas)
De pequeña me fascinaba su forma de hablar tan característica y el hecho de que fuera vestida de señor.
Hola Tarquin!
Te escribo para informarte de que he actualizado con diversas novedades en el blog de mi corto. Espero que te gusten!
Un saludo!
Me da en la nariz que te va a encantar, princesa. Ya me contarás. De Gloria Fuertes, me quedo con "El camello cojito".... ¡Sniff, qué tiempos aquellos!
Corro a comprobar las novedades, Ramón. Gracias por el aviso.
Me apunto tu recomendación. Tu blog destila cultura y sabiduría. Un place pasar por aquí. Un abrazo.
Muchas gracias por el halago, Fernando. Espero que te guste el libro si te animas a hacerte con él. Un saludo.
Me la apunto en el papelito de "futuras compras de libros" ya que viene tan bien recomendada, pero todavia tengo que comprar y devorar (con los ojos) seis novelas.
Es que esta semana me puse a investigar sobre los premios literarios Hugo y Nebula, y me salio una pequeña lista (pero facilmente ampliable).. y me estoy dejando los ojos en gafas, y el sueldo en novelas..
Profesor Moriarty: de otra cosa no sé, pero de HUGOS y NÉBULAS pregunte Ud. lo que quiera.
Pues mira Princesa, me termine la novela Soy Leyenda porque todo Cristo decia que era excelente, y muy superior a la pelicula. Como no sabia que comprarme me pille uno que tenia por casa regalado: El Ultimo Merovingio'. Resultado: Entretenido y devorado. Y otra vez en el paro literario. Asi que me puse a investigar (un poco) sobre premios Hugo y Nebula, y unos nombres me aparecian a menudo: El Hombre En El Castillo y Los Tres Estigmas De Palmer Dietrich de Phillip K. Dick, El Juego De Ender de Orson Scott Card, American Gods de Neil Gaiman.
Me fui presto a una libreria para comprar American Gods, pero no lo tenian y antes de poder pedirlo me cai de bruces sobre Ubik, tambien de K. Dick.. una semana me a durado..
Si te has leido alguno o tienes sugerencias estoy dispuesto a ser todo oidos..
;)
Hola, yo también tomo nota y apunta porque lo que has contado me agradó demasiado. Saludos!
No conocía estos premios que mencionais, pero prometen bastante. Desde que vi la excelente adaptación cinematográfica de su novela "Stardust" tengo mucho interés en todo lo que tenga que ver con Neil Gaiman. Me apunto vuestras referencias.
Espero que te guste, Budokan. Tiene un aire a película de Patrice Leconte que, seguro, te entusiasmará. Saludos.
Ale, preparo entrada al respecto.
Ansioso me quedo. No tardes.
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