martes, 13 de enero de 2009

La promesa


Ni siquiera llamaron a la puerta. Se presentaron como funcionarios internacionales y usando una llave maestra, penetraron en nuestro hogar, arrinconándonos a todos en la cocina, mientras docenas de desconocidos tomaban posesión de nuestro salón y comenzaban a depositar en él cuanto con ellos traían. Los funcionarios tenían en su poder unos documentos en virtud de los cuales, un oscuro e informe organismo internacional reconocía el derecho de aquellas personas a instalarse en el salón de nuestra casa.

Por lo que pudimos entender, los antepasados de aquéllos que empezaban a instalarse en el que hsta entonces era nuestro hogar, recibieron hace cientos de años la solemne promesa de que, algún día, la tierra donde mi familia habitaba, mi hogar, esa tierra, sería suya. La identidad de quién formuló aquella promesa se perdía en un laberinto de tiempo y palabras, pero, en realidad, carecía de importancia saber quién o qué fue el que tomó aquella determinación, ya que, obviamente, el día había llegado.

No tardaron mucho en instalarse y sin poder apenas recuperarnos, ya habían marcado fronteras y establecido reglas de convivencia de obligado cumplimiento. Elevamos nuestras quejas a las más altas esferas de la comunidad de propietarios, pero de poco valió. Algún vecino poderoso parecía tener mucho interés en mantener la situación y todas nuestras iniciativas terminaban en un callejón sin salida que sólo alimentaba un odio denso y pegajoso hacia quienes de pronto habían tomado al asalto cuanto nos era propio.

No conozco el contenido exacto de aquella sagrada promesa milenaria, pero muy pronto resultó evidente que el mismo aún no había sido íntegramente cumplido. La cocina, la habitación de mis hijos, la sala de estar. Cuando quisimos reaccionar habíamos quedado reducidos al mínimo indispensable para vivir hacinados, aislados de todo y de todos, sintiendo lo propio evaporarse entre nuestras manos o, lo que es peor, convirtiéndose en ajeno y desconocido.

Por supuesto, no nos resignamos a terminar nuestros días como invitados en nuestra propia casa. A pesar de que el diálogo con la comunidad de propietarios era cada vez más un dialogo de sordos, no cesamos en reclamar una salida al conflicto. La maraña burocrática y la frontal oposición que encontramos en ciertos vecinos a cualquier tipo de concesión a nuestras pretensiones, así como una arrogancia creciente por parte de aquellos acreedores milenarios fue cerrando todas las vías de acuerdo.

Fue inevitable. Invadidos e invasores están condenados a ello, aunque sean cientos los años que medien. La violencia comienza como un ruido sordo, como un murmullo que, poco a poco crece en intensidad hasta que se convierte en un fragor rocoso y desbocado cuando alguien cruza la linea. No recuerdo si fueron ellos o nosotros, pero lo cierto es que en un determinado momento, todo se desbocó nos precipitamos al abismo a tan vertiginosa velocidad que fue imposible encontrar rama a la que aferrarse. Empezaron a morir nuestros hijos. Y los suyos. Y cada muerte, cada mutilación, cada trampa mortal y cada escaramuza nocturna era una gota más de sangre en un océano que nos ahogaba, annegando la mente y el alma sin que fuera ya posible levantar la cabeza para respirar otra cosa que muerte y destrucción absoluta.

Me viene a la mente una frase de Karl Popper que venía a decir que, en cualquier disputa es posible que uno lleve a razón y otro esté equivocado. O viceversa. Pero que no debemos olvidar que también existe la opción de que ambos contendientes estén equivocados. Ya es tarde para eso. Hemos hecho buena aquella máxima en virtud de la cual, una palabra más rotunda que otra no nos otorga ni un gramo de verdad. Pero tampoco sería justo olvidar que en toda disputa siempre hay alguien que inicia la refriega. Medie o no sagrada promesa.

15 comentarios:

Möbius el Crononauta dijo...

Siempre ha sido un vecindario conflictivo. Y, por desgracia, parece que así va a seguir siendo durante mucho tiempo. Quizás nuestros ojos no vean la solución. Ojalá me equivoque.

Saludos

Profesor Moriarty dijo...

Entre la multitud de noticias referentes al "problema vecinal" alucino pepinos por distintos frentes:

-Accion 1: Hamas ataca Israel con esos petardos que son bastante peligrosos pero que nunca aciertan.

-Reaccion 1: Israel bombardea todo lo que se mueve en la zona palestina, con bastante mas acierto.

-Accion 2: Estados Unidos (esa tierra de Libertades, promesas y grandes sueños) llama a la tranquilidad a ambas partes (manda cojones.. )

-Reaccion 2: Israel protesta, y lloriqueando le dice a tito Usa que han empezado ellos tirando petarditos. Y de paso invaden la zona palestina.

-Accion 3: El mundo occidental protesta ante la catastrofe humana, recordando a Israel que estan sometiendo al pueblo palestino a lo mismo que les hicieron los nazis al pueblo judio.

-Reaccion 3: Israel acusa a,
practicamente, toda Europa de anti-semita, cuando deberian decir que somos anti-sionitas.

-Entretanto: PP y PSOE se lanzan los cadaveres palestinos a la cara sin la menor vergüenza.

Profesor Moriarty dijo...

Me da igual quien empezara.. Solo quiero dejar de ver niños muertos..
¿Como se puede ser tan insolente como para querer tener la razon a costa de niños muertos?

Nos merecemos la extincion.. el instinto natural del ser humano es el de ser un hijoputa asesino sin escrupulos.

Sach dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Sach dijo...

Lo verdaderamente penoso es que esto se está convirtiendo, por asombroso que parezca, en algo tan normal que la gente ya ni presta atención cuando sale en los medios.
La vecindad se está convirtiendo en un reducto aislado, tal como pasa en las ciudades con los barrios marginales y la gente no sólo no quieren saber nada de ellos sino que además evitan pasar por allí si les es posible

Ahora que como tengamos que esperar a que nuestros 'lideres' políticos actuen (que no sobreactuen) apañaos vamos...

Hombre Profesor, tanto como merecernos la extinción no se yo... si acaso algo tipo Diluvio Universal. Pero que quede algo, que alguna que otra cosa buena tenemos

Profesor Moriarty dijo...

Es verdad, Sach, y pido disculpas por la exaltacion, pero es que estoy muy quemado con este asunto (y con algun otro de tipo crisis), y de ver que gente tan "preparada" que nos lidera demuestran que no les preocupa mas que tener el bolsillo lleno con cuanto mas poder mejor (no todos, solo la mayoria).

Anónimo dijo...

Si los palestinos quisieran a sus mujeres y a sus hijos más de lo que odian a los judíos, otro gallo cantaría.

Lo comento por aquello de rodear a los líderes de Hamas de niños y mujeres. Una curiosa táctica de la que nadie se queja.

Anónimo dijo...

¿A quien pertenece realmente Palestina?:
Hoy en día a Israel. Esta pertenencia empezó el 29 de noviembre de 1947. Entonces una votación en la ONU partió el territorio en dos, una para los árabes y otra para los judios. Las diferentes guerras, vencidas todas por los judios hicieron que la mitad de los árabes pasara a manos de los judios. Anteriormente al 47 perteneció a los ingleses que se hicieron con ella tras la primera guerra mundial y la desaparición del imperio sirio. Antes ya me pierdo y no tengo ganas de buscar por la wikipedia.

La biblia dice que Israel fue siempre la tierra prometida, y en parte, el Antiguo Testamento es historia.

Y todo este rollo para poner en duda el hecho de pensar que esa tierra pertenece a los Palestinos y que les han echado de su casa. Y que conste que yo creo que ellos tienen más derecho que otros, eh?

"- Si la votación es positiva los árabes nos harán la guerra...
- Y si es negativa nosotros seremos los que haremos la guerra a los árabes..."
"Los Santos Lugares van a sufrir largos años de guerra y la paz no reinará antes de muchas generaciones"

Del libro "Oh Jerusalén"
Larry Colins y Dominique Lapierre.

Saludos.

Anónimo dijo...

Que a fecha de hoy la religión determine estas cosas, manda cojones.

Faria dijo...

Me viene a la mente una frase de Karl Popper que venía a decir que, en cualquier disputa es posible que uno lleve a razón y otro esté equivocado. O viceversa. Pero que no debemos olvidar que también existe la opción de que ambos contendientes estén equivocados. Ya es tarde para eso. Hemos hecho buena aquella máxima en virtud de la cual, una palabra más rotunda que otra no nos otorga ni un gramo de verdad. Pero tampoco sería justo olvidar que en toda disputa siempre hay alguien que inicia la refriega. Medie o no sagrada promesa.

Amén. Y lamento responder con una palabra religiosa a más no poder, teniendo en cuenta que la religión subyace -y mucho- en este interminable y doloroso conflicto.

De cualquier modo, no quisiera verme en la piel del que está viviendo el horror en Gaza ni en la del israelí que vive a pocos metros de una batería de cohetes. Todos pierden.

Tarquin Winot dijo...

Ojalá, Möbius, pero me temo que ni mi heredera tendrá esa suerte.

Lo que dices, Profe, me suena a aquello que decía Hobbes acerca de que el hombre es un lobo para el hombre.... y no le faltaba razón, visto lo visto. No te disculpes, amigo. Si nuestros dirigentes tuvieran esa pasión, otro gallo nos cantaría.

En la linea de los que dices sobre nuestros dirigentes, Sach, el señor secretario de la ONU, acaba de hacer un ejercicio de nadería diplomática que espanta. Apañados vamos.

Mi querido anónimo, si los israelitas quisieran a los seres humanos más de lo que odian a los palestinos, otro gallo cantaría. Lo comento por aquello de bombardear con proyectiles de fósforo blanco los almacenes de ayuda humanitaria de la ONU en Gaza, poniendo en peligro la vida de decenas de miles de seres humanos (sector al que pertenecen los palestinos, aunque no lo creas). Una curiosa táctica de la que, desafortunadamente, todo el mundo se queja y nadie ataja, señor Ban- Ki- Moon incluido.

A finales del siglo XIX, cuando nace el movimiento sionista, el amigo Herzl pide la creación del estado judio en Palestina o.. ¡¡en Argentina!! Mira, Brujo. Con semejante empanada geográfica, no creo que seaa de recibo considerar que, en cuestión de derechos, ambos pueblos estén a la par. Al menos, antes de los ingleses, los palestinos ya andaban por allí, aunque, como ya he dicho, a estas alturas, ese detalle importe poco, la verdad.

Pues es verdad, Cosmic, pero en realidad, ya no está claro que mueve tanta violencia y tantos muertos.

Todos pierden. Gran verdad, Faría. Triste, pero cierto.

Mc Fly dijo...

Los musulmanes la cagaron al apollar a los alemanes en la primera guerra mundial y posterior, y los ingleses, franceses, etc se repartieron sus tierras, junta eso con que el gobierno británico permitió en gran medida la inmigración judía y ya tienes lío, los musulmanes los querían echar, prohibieron la venta de tierras a judíos, y querían prohibir la inmigración judía, por desgracia para ellos apoyar a los nazis les quitó voz y voto y la ONU decidió por ellos, y los palestinos no fueron los únicos en perder su casa, todo aquel que vivía en la zona contraria a la asiganada tubo que irse de casa, evidentemente los palestinos eran más que el resto, pero no los únicos, la mayoría de la gente que habla de estos temas parece hacerlo con un ojo tapado.

Mc Fly dijo...

Yo preferiría un análisis histórico y más imparcial como el que se hace aquí:
http://www.canariasaldia.com/noticia.php?noticia_id=115867
Donde se dan datos que abalan el razonamiento del autor.Y como él dice el conflicto viene de 2800 años atrás y no desde 1920 y menos aún desde 1948(día de la fundación de la actual Israel).

Anónimo dijo...

A ver... yo soy un aficionadillo de la historia. Simplemente he hecho una cronología inversa de las manos por las que ha pasado esa tierra. Veo que aquí hay gente que del tema está bastante más informada que yo. Ni doy ni quito razones porque no me veo con el conocimiento para ello. Simplemente quiero decir esto: No nos creamos todo lo que dice la tele ni la forma en que nos quieren dirigir. Vamos a mirar un poco más allá.

Que Israel se comporta como el chulo de la clase porque sabe que está apoyado por el primo de zumosol: está claro. Que los palestinos han jugado sus cartas mal desde muchos años atras: yo creo que también. Pero de ahí a decir que a los palestinos les han echado de su casa... pues a los de ahora sí, pero ¿hasta qué punto tienen derechos históricos los judios para reclamar esa tierra o por lo menos compartirla con los palestinos? Y cuando se votó la creación del estado de Israel, ¿el hecho de ganar las diferentes guerras y conquistar los territorios palestinos le da derecho a quedárslos? (En los Altos del Golam hay agua, no los devuelven ni p'atras) El Suricato tiene razón cuando dice que no sólo los palestinis fueron echados. Mucha más gente vivía en esa tierra. ¿Los judios también?

Por cierto, yo no estoy de acuerdo con los que decís "todos pierden". Hoy en día sólo pierden los palestinos.

Saludos

Tarquin Winot dijo...

No creo que el hecho de que más personas, además de los palestinos, fueran expulsadas de esas tierras, sea obstáculo para considerar que son los grandes afectados por una decisión adoptada por terceros. Además, la gran cagada de los musulmanes que, por cierto, desde mediados del siglo XV ya pululaban por la región, no fue apoyar a los nazis en la II guerra mundial, sino apoyar a Francia e Inglaterra en la I Guerra para luego ver como incumplían sus promesas de darles libertad y entregarles la tierra en bandeja a los judíos.

Sin duda, el conflicto viene de mucho más allá de esta época, concretamente desde aquella famosa promesa, pero, la misma sólo tuvo pie cuando empezó a verse con buenos ojos por ingleses y franceses en los albores del siglo XX.

Bienvenido, Suricato. Un placer debatir contigo.

En el artículo que menciona el Suricato se responde, mi querido Brujo a lo que comentas acerca del presunto derecho de los judíos a "compartir" la tierra con quienes allí habitaban. El espectacular "paseo de puntillas" que hace el autor sobre casi cuatro siglos de dominación musulmana continuada entre 1516 y 1917 otorga casi por prescipción un derecho preferente a quienes , insisto, vieron invadidas sus tierras con apoyo en una quimérica promesa que se diluye en el tiempo.