Votar en blanco es, probablemente, la opción más honesta que uno puede adoptar cuando las piezas del rompecabezas político no acaban (o apenas empiezan) a encajar. En las pasadas elecciones generales, más de medio millón de personas depositaron un voto en blanco. Puede parecer poca cosa, pero la cifra adquiere otra dimensión cuando comprobamos que Izquierda Unida obtuvo apenas 600.000 votos más (1,2 millones de votos) y que un elemento tan, desgraciadamente, crucial como Esquerra Republicana apenas superó al voto en blanco en 150.000 sufragios. Partidos tan relevantes en esta legislatura como PNV o BNG se encuentran muy por debajo de los mencionados votos blancos.
Dejando a un lado las estupideces que se dicen acerca del beneficio que proporcionan al que está en el poder (generalmente, dichas por los miembros o simpatizantes del partido que no es el del que acusa) o sobre el muro que genera alrededor de quien lo emite y que, al parecer, lo invalida para opinar sobre todo lo que ocurra (siempre culpa de quien votando en blanco, no apoyó al partido que ellos quieren y no de la impericia de sus votados no ganadores), el voto en blanco es el único modo que hoy existe para que quien no se sienta representado por partido alguno de los que se presentan a la convocatoria, no deban verse empujados a entregar su mancillada confianza al primer bobo solemne que, por el hecho de llevar colgadas una siglas conocidas, reconocibles y de histórica relevancia, se crea en el derecho de vivir de rentas pasadas y atemorizarnos con sombríos parajes de yugos y flechas. Igualmente, habilita al ciudadano o no tener que confiar en personajes grises y desmesurados que llenan sus barbudas bocazas de ilimitados reproches, infundados cornetazos de guerra y niñas cursis llenas de lazos y falsas bondades.
Votar en blanco es votar no a la estupidez, a la falta de principios, a la mentira torva y rastrera. Es entender que nadie es capaz de hacerlo todo mal y que quién así lo proclama jamás reconocerá error o dislate por muy patente que resulte. Votar en blanco es decir sí a un sistema que, aun torpe y renqueante es susceptible de mejorar, que nadie asoma desde el Infierno y que el Cielo no existe. Un voto en blanco, en el fondo es un voto de esperanza, un apoyo cierto y firme que proclama la supremacía del todo sobre las partes y que transmite una profunda confianza en el sistema que, ojala, pudiera desplegarse sobre quienes lo vertebran.
Decir que el voto en blanco no es democrático o que transmite una falta de compromiso con la sociedad es tan estúpido como pensar que el hecho de que una persona no quiera acostarse con otra implica obligatoriamente que no hace el amor o carece de pulsión sexual. Sencillamente, prefieriría morirse antes de hacerlo contigo. Y punto.
21 comentarios:
Jopé, Tarquin, con esa frase final me he imaginado pretendida por los dos candidatos y se me han puesto los pelitos de punta.
El caso, amigo Tarquin, es que en éstas estamos por aquí. Trato de comparar PP/PSOE y no hay manera de que gane ninguno de los dos mi voto. Las dos izquierdas (republican y unida) sencillamente no me las tomo en serio. Nacionalistas, ni de lejos... en fin...
Sí, yo también me enervo con las leyendas urbanas sobre el voto en blanco. Nuestro sistema de recuento es imperfecto, como todo; pero de ahí a decir alguna barbaridad de las que se cuentan... tela...
Los Natillas creemos en el uso práctico de la democracia.
Si una opción política merece nuestra favorable acogida, parece razonable votarla. Si ninguna la merece, o no lo mereciese lo suficiente, es lógico abstenerse de dar tu voto a una opción respecto de la que no estás convencido.
Lo que a los Natillas nos parece próximo al absurdo es participar de manera inútil de la democracia, puesto que se nos antoja lo mismo que abonar una entrada para ver un partido de baloncesto y una vez acomodados, vendarnos la vista.
Si cualquiera de los Natillas acudimos a una reunión de trabajo,adoptamos decisiones o no adoptamos ninguna en absoluto. Lo que parece huérfano de lógica es acudir a una reunión de trabajo para decidir que no decidiremos nada.
Aquilino Natillas
(Me dice un amigo despechado que tooooma Moreeeeno, pero con cariño)
El voto en blanco significa: Sois todos lo peor.
Pero en el fondo, ¡da igual, si no hay crisis, es todo mentira!
Yo he acabado votando en todas las elecciones desde que puedo, pero el voto en blanco siempre es una tentación. No, no es comprar una entrada y vendarse los ojos para no ver el partido. Es ver el partido, porque te gusta el baloncesto, sin ir a favor de ninguno de los equipos, que es diferente. Es decir que te importa lo público y no quieres una dictadura, que quieres DECIDIR quién te gobierna, pero no te gusta ninguno de los que te quieren gobernar. Eso hay que poder comunicarlo en democracia también. Y, si alguna vez el voto en blanco fuera mayoritario, debería ser leído como una serísima advertencia para los partidos, porque significaría que no satisfacen a una inmensa mayoría de los ciudadanos.
Lo reconozco, es un peligro. Por eso siempre he acabado votando a un partido. Pero entiendo y respeto el voto en blanco. Y no me parece una actitud pasiva ni que te quite el derecho a exigir. Al contrario. En el fondo lo que significa es que eres un ciudadano exigente.
¡Uf! ¡Menudo speech político me ha salido! Culpa tuya, Tarquin...
Sólo imaginar a los dos albarcazas mayoritarios acosando tu humanidad de sangre azul me produce mareos. Entiendo la indecisión. Yo, finalmente, he logrado encontrar mi opción, pero ha costado un largo trecho.
La verdad, amigo Aquilino es que, como ha matizado Mar con ojo de lince, no has estado fino con el ejemplo del baloncesto. En el fondo, me da la impresión de que confundes la abstención con el voto blanco, al menos en su intencionalidad. Las veces que he votado en blanco he intentando dar mi voto particular a una sentencia cuyos fundamentos no comparto en su totalidad o que no creo los adecuados sin, por ello, dejar de creer, en el sistema judicial como modo de administrar justicia, defectos incluidos.
Tendré mucho gusto en atender a su amigo sin pechos. Dígale que pase a vernos.
Como imaginarás, querida Mar, suscribo cada palabra de tu discurso. Cuandolo que se dice es interesante, el tamaño no importa.
Sinceramente yo era un opositor acérrimo del voto en blanco allá cuando tenía 18 años. Encima en Argentina, votar en blanco, significaba que lo eliminaban del porcentaje de votos, por lo que se beneficiaba al que ganaba, ¡que era justamante lo que no quería que pasara por nada del mundo! Con los años eso fue cambiando y ahora si uno vota en blanco, se contabiliza como tal, y no se beneficia a otro, por lo cual no solo estoy de acuerdo, sino que es una opción más que valedera cuando ningún partido o candidato convence.
Saludos, Jorge.
Por una vez, y sin que sirva de precedente, creo estar en línea con el paterfamilias de los Natillas.
Yo voto, o no voto; pero no voto algo inútil aunque reconozca que es muy fashion hacerlo y tirarse el pisto de salvapatrias, que queda muy cool.
JM
Apoyo totalmente tu entrada Tarquin, no hay nada peor que no ir a votar.
Ir a un partido de baloncesto y vendarse los ojos para mí es abstenerse pero ir a un partido, verlo y no quedarte afónico animando a un equipo u otro porque ninguno de ellos te da la confianza o te hace vibrar, es voto en blanco.
Este año es el año en el que estoy dudando muy muy mucho y en la balanza de momento vence el voto en blanco, realmente y como dice princesa mi decisión está entre PP y PSOE pues el resto no me han dado ninguna confianza.
Ya veremos…. De aquí al día 9 me quedan días de meditación.
Por cierto, y voy a ser grosera; como algún político de peso vuelva a recurrir a lo de "las dos españas" y los bandos de la guerra civil y los rojos y los fachas, y todas estas cosas: me voy a vivir a Andorra y que les den mucho por culo a todos.
Mi opcion ha sido siempre votar al que me parecía menos malo, porque nunca me ha convencido ningún político. El voto blanco me parece una opción muy respetable, aunque en ocasiones hay que mojarse.
Creo en la alternancia política, en que cada partido tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, que no hay verdades absolutas y que los ideales quedan muy bien en los libros, pero lo que cuenta es el día a día.
Me molesta tanto "ruido", tantas acusaciones de unos y de otros, tanta mala leche. ¡Señores, basta de tanto grito y póngase a currar!
Estoy en un mar de dudas, pero votaré.
La diferencia entre voto en blanco y abstención me deja perplejo,mientras la primera opción no sea computable ambas me parecen semejantes.
La abstención,en democracia,es una alternativa como cualquier otra y cuando es mayoritaria o importante ya supone (o debería suponer)por sí misma un buen tirón de orejas a los políticos.Pero ellos la desacreditan por descomprometida cuando tiene más de desconfiada y nosotros caemos de bruces en sus argumentos cuando algunos incluso la desean y conviene en su cábalas,y cuanto más abultada mejor.
Votar en blanco es volver a un restaurante donde te atendieron mal y comiste peor para sentarte en una mesa,lanzar tus improperios y largarte sin probar bocado.... ¿quién hace eso?.Siempre te quedarán más establecimientos y si ninguno te satisface optarás por comer en casa,abstenerse no equivale a suicidio por desnutrición.
En mi caso en las pasadas legislativas y en las inmediatas he optado por votar "a la contra",y eso me parece una perversión y un descrédito más grave que la abstención para la democracia...
Reflexionen ustedes porque yo ya no tengo remedio.
La abstención goza de inmerecida y exagerada mala fama, pero, no creo que sea intercambiable con votar en blanco.
La naturaleza censora del voto en blanco no es clara en la abstención, porque quien, el día de las elecciones no acude a depositar su papeleta puede hacerlo por muchos motivos. Uno, sin duda, puede ser trasladar a los partidos políticos un mensaje de censura y de rechazo. Pero también es posible que, entre ir a votar o a comer chuletas al campo, el ciudadano se haya decantado por esto último y no esté en su mente idea beligerante alguna.
Tampoco está claro en quien se abstiene si está o no a favor del sistema, es decir, si unas elecciones democráticas son, en su opinión, el mejor sistema para eelegir a quienes nos administran el día a día o, por el contrario, consideran otras opciones.
Por el contrario, en el voto en blanco no cabe esta duda. La idea de quien así actua es clara e indiscutible: confío en el sistema. Con sus defectos y, a pesar de necesitar ajustes de base, considero que es el mejor posible. Con gusto elegiría alguna de las opciones que me son ofrecidas, pero, lamentablemente, ninguna me merece el suficiente repeto como para, en conciencia, entregarle mi confianza. Creo que es necesario un cambio en la actitud de los partidos y que revisen sus prioridades. Mientras la situación se mantenga, conmigo que no cuenten para apoyarles, pero sigamos intentándolo.
Totalmente a tu favor, Tarquin.
Yo no me puedo permitir el lujo de no ir a votar, porque tenemos el privilegio de hacerlo. Y cuando voy, pienso en todos los ciudadanos del mundo que no les dejan ni la posibilidad de votar en blanco.
A estas alturas de la película, no tengo ni idea de a quién voy a votar, pero desde luego lo que es una certeza absoluta es que votaré.
Yo también votaré a UPyD. Votaba en blanco desde que se fue Anguita. un abrazo.
Hoy todos a votar. En recuerdo de Isaias, en recuerdo de todos los muertos que nunca deberían haber sido. Porque aunque parezca que la democracia es algo de toda la vida, los viejos y no tan viejos sabemos que no es así y con solo volver la cabeza ante nuestros ojos aparecerán escenas en blanco y negro de esa España que para que no se repita no debemos olvidar. Y porque todo el mundo democrático tiene que demostrar a los regímenes autoritarios, que, si bien, posiblemente la democracia no es buen sistema político, de lo que estoy absolutamente seguro es de que es el menos malo.
Así que amigo navegante, a votar.
Yo también opino que hay que ir a votar. Tengo un doble motivo para hacerlo: como ciudadana creo que tengo la obligación de demostrar que confío en el sistema y que no quiero que instauren una dictadura y me impongan a una persona que decida por mi. Luego ya, si voto a unos a otros o en blanco es otra cuestión. Siempre he votado desde que he podido y además mi voto cambia según me convencen unos más que otros o según está la situación del país. Creo que el voto no se da, se presta y si en los 4 años siguientes no lo utilizan bien hay que cambiar.
Por otra parte como mujer tengo que votar. Demasiado costó que tuviéramos derecho a hacerlo como para no ejercer este derecho hoy.
yo no ire a votar. me pienso quedar en casita tocandome el pene, que me gusta a mi mucho
O_o
Ahora me visto y voy a votar...
...en media hora empiezo...
(qué mala es la pereza, buf)
¿Cómo se les ocurre poner elecciones en un domingo soleado?
Alta participación, sensacional retroceso nacionalista y un escaño para UPD con más de 300.000 votos. No es mala cosecha, la verdad.
Lo peor es que, con 300 votos menos que el partido de Rosa Díez,PNV obtiene seis escaños, mientras que UPD debe conformarse con uno, cortesía de nuestra esquizofrénica, injusta y bochornosa ley electoral. Una pena.
Sí, es de esas cosas que te ponen un poco de mala milk. En fin...
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