El lenguaje evoluciona en paralelo a la realidad que le toca vivir. Las distintas situaciones mutan las palabras y los conceptos y nunca cesan en su labor creativa y camaleónica. De un modo u otro a todo hay que poner nombre y, si bien, la palabra novedosa y sin raíces está completamente extinguida, no así lo está la que surge de términos ya existentes que alcanzan nuevos significados al vincularse a otros aparentemente ajenos.
Así, por ejemplo, los acontecimientos vinculados a la solicitud de protección judicial para su intimidad, formulada por Telma Ortiz, hermana de la Princesa de Asturias y que ha sido considerada una "declaración de guerra" por los medios de comunicación contra la que se dirigía , ha generado una nueva figura a la que podríamos denominar, siguiendo la terminología bélica apuntada por la prensa, como "famoso colateral".
Podríamos definir la fama colateral como el suplicio innecesario al que la carroña perfumada de la prensa rosa somete a aquellas personas que, por parentesco, amistad o cercanía a una persona famosa, han caído, por casualidad ante algún foco, micrófono o cámara de televisión con ocasión de un hecho específico y puntual. El famoso colateral queda desde ese instante, atrapado en el fuego cruzado entre prensa y famoso y al igual que ocurre con las víctimas colaterales en los conflictos bélicos, lo que era hogar e intimidad pasa a ser territorio enemigo y ya no es posible ir a la compra o llevar a los niños a la escuela sin sentir el aliento de un francotirador en el cogote.
Ojala un grupo de desconocidos estúpidos, maleducados y provocadores empezaran a seguir a todas partes al hermano de María Patiño o a la madre de Jesús Mariñas, enarbolando sus micrófonos y pervirtiendo la presunción de inocencia, obligándola a demostrar que no ha hecho esto o aquello o que no son ciertos los rumores que apuntan a la presencia de golondrinos vaginales en su cuerpo. Me gustaría entonces ver a toda esa panda de violadores de derechos que despellejan diariamente a quienes se cruzan en el camino de sus pueriles e insignificantes vidas, golpeándose el pecho y enarbolando el derecho a la libertad de expresión y el derecho a la información.
Porque si famoso es quien sale en los medios de comunicación, ellos también cumplen ese requisito y, aplicando el mismo criterio, serían igualmente susceptibles de acoso y derribo. Pero no, ellos no funcionan del mismo modo porque en una asombrosa presunción, la basura rosa se siente investida de una grandeza trascendente que les hace ser cruzados con un objetivo más solemne y respetable que es el deber de informar. Los acosados y vejados son la otra parte de la ecuación, el objeto de tan sagrada obligación y, en consecuencia, son imposibles titulares de los mismos derechos, como si, por alguna extraña razón, una persona popular careciera de la legitimidad necesaria para rodear de alambradas su vida, por mucho que en momentos concretos y por voluntad propia, hayan decidido renunciar de manera parcial y temporal a su derecho a la intimidad, mostrando parcelas concretas de su existencia y cobrando por ello lo que a otros, no lo olvidemos, les ha parecido oportuno pagar. Mucho menos si, como es el caso, en la fama de Telma Ortiz (cinéfila referencia, sinónimo de lucha y espíritu batallador) ni un euro ha cambiado de mano.
7 comentarios:
Muy buen informe.
No tengo conocimiento exacto del tema específico del que hablas, pero para dar mi opinión sobre el periodismo y su daño colateral sobre parientes de gente famosa, debo aclarar que estoy completamente de acuerdo contigo.
En Argentina es un infierno, no se como será aquí en España, pero el sensacionalismo que se vive en mi país por parte del periodismo da miedo.
Recuerdo muchos casos, por ejemplo el secuestro del padre de Pablo Echarri (Actor), quien tuvo que salir a decirles a los periodistas que se vayan de su casa porque entorpecían la entrega sana y salva de su padre (Esto era cierto, ya que se demoró la entrega de su padre por culpa de la misma prensa). Y a la familia la volvieron loca durante varios días, fue increible!
Puedo decirte sin lugar a dudas que el periodismo cumple dos funciones muy marcadas (por lo menos en mi país) una es informar lo que sucede de la manera más correcta posible. Y la otra y lamentable, es arruinarle la vida a la gente.
Excelente informe, Saludos.
Creo que con esta decisión judicial hemos sobrepasado el límite, poniendo por encima de todo el "derecho a la información" (que ya me dirás que información tan relevante ver como la susodicha va a la peluquería para ponerse mechas tono caoba-327)
Por encima incluso de los derechos individuales de cada persona, del derecho a la vida (que muchos inocentes pierden al entrar en este mundillo pastel) del derecho a la intimidad, hemos puesto el derecho a la información. Y ahí tenemos a un grupo de paladines sin oficio (que si beneficio) encabezados por las patiños y mariñas de turno, enarbolando la bandera de "la libertad", combatiendo con sus trípodes y teleobjetivos en nombre de la justicia...
Que pena que, como propones, no se volvierna las tornas y fueran ellos alguna vez objetivo de las cámaras y despellejados por ese nido de víboras que, simplemente por el hecho de estar sentados en corro, se hacen llamar contertulios.
Que pena de mundo
Esta gente da mucho asquito.
Una cosa es la crónica rosa en plan "y lucía un modelito de Yves Saint Nosequé" y otra es "declaraciones del primer tío que metió mano a Britney en un portal"
Che que les den.
Esta es un cuestión básicamente de definición de términos jurídicos: intimidad versus información.La primera está fuera de toda confusión,es un coto reservado y los límites los decides tú,por tanto el que quiera enseñar sus vergüenzas es libre de bajarse los pantalones dinero mediante o no,allá cada cual.Pero la información se presta a interpretaciones tanto más confusas cuando mayor es el interés de una sola parte.Una especificación legislativa más acotada de lo que concierne al mínimo y relevante interés general cortaría la lengua y los micros a hienas y buitres,y es que si un señor se acuesta con la oveja Dolly me parece que únicamente le concierne a él y el interés que suscite a cualquiera tiene más que ver con la chafardería y la chismorrería que con lo otro.
De todas formas,la decisión del juez afecta a una medida cautelar solicitada por la hermanísima,no canten victoria los cotillas,el juicio sigue su curso hasta el dictamen y los recursos,que la afectada no se rendirá ni en Estrasburgo.Y si le fuera favorable la sentencia no quiero pensar en los precedentes que sentaría para según que político corrupto,vamos a poner por caso.
Sin duda es de los platos más enrevesados que he comido en tu mesa,Tarquin... ¿cuchara o tenedor?
!Dejad de hablar de mí!
Yo propongo un ejercicio de campo. Si te encuentras en Madrid prueba a sacarle una foto a la Torre Picasso. Si no te andas con ojo aparecera un señor guarda jurado que te indicara muy poco amablemente que o bien guardas la camara o te la comes, porque el edificio es privado.. ¡En plena calle!
Pero para las personas del 'mundo real' la legalidad esta bien clara tanto para un fotografo como para un camara: No se le puede sacar una foto a alguien si no te lo permite, porque es considerado invasion de la intimidad.
Increible la supuesta indignacion que muestran los supuestos buitres rastreros e hipocritas, mal llamados periodistas de la prensa rosa, que se sienten indignados que una señorita les demande a todos.. (Olé su huevos por hacerlo..). Y para mas inri, los buitres rastreros e hipocritas -supuestos- creen que estan en su derecho de meterle el objetivo a cualquiera por donde quieran.. Donde vamos a llegar..
Recomiendo el programa de La Sexta 'Se Lo Que Hicisteis', en la que los presentadores Patricia Conde y Angel Martin machacan a programas y supuestos periodistas del corazon sin piedad. Imagino que Patricia Conde tendra experiencia en que le invadan la intimidad, pero se defiende muy bien humillando a esta gentuza con su propia medicina..
RequetePatri.. un beso..
Un saludo al resto ;)
Por lo que comentas, Jorge, se trata de un mal universal. De la libertad de prensa se ha pasado al libertinaje de un modo injustificado.
Tienes toda la razón, Sach. De repente, parece que no hay derecho que merezca mayor defensa que el de la libertad de expresión, sin darse cuenta de que todo derecho acaba donde empieza otro ajeno y limítrofe. Una pena, la verdad.
Esta gentuza ha logrado que "El caso", aquel infame periódico de hace un par de décadas (y del que nada conocerás, princesa dada tu jovial y pizpireta juventud) que fue el colmo del sensacionalismo, pase, hoy en día, por un prodigio de objetividad y sentido común.
Mucho me temo que aún llegando a Estrasburgo, no la darán la razón, MOncabanas. ¿Imaginas que así fuera? Muchos iban a quedarse sin trabajo y se perderían miles de millones de euros. ¿Piensas que lo van a permitir? El poder de la prensa, hoy en dia, es casi absoluto y nadie les va a cerrar la boca. La prensa sería apoyará siempre a la más ligera y repugnante, aunque sea con la boca pequeña para, de ese modo, tener coartada en las ocasiones en las que sean ellos los que salten las alambradas. Ojalá la tenaz Telma cumpla su sueño, pero me temo que no lo verán nuestros ojos, aunque tenga más razón que un santo.
Dos palabritas más, Telma. En seguida te dejamos en paz.
Esta panda de puercos rosas piensan que por hablar una vez ante un micrófono ya les perteneces. Tan grandes defensores de la libertad y tan criminales en su uso. Vomitiva paradoja, ¿no te parece Moriarty?
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