Suelo desconfiar de los libros en cuyas portadas o contraportadas se amontonan los comentarios elogiosos sobre su contenido. Tanto si la obra está a la altura de las alabanzas como si no. Si el libro es merecedor de lo que del mismo se dice, la expectativa creada siempre conseguirá disminuir el efecto beneficioso que hubiera producido el libro de haberse visto privado de sus medallas. Si por el contrario, el contenido queda por debajo de los halagos impresos, el autor del panegírico, generalmente, un autor de éxito o una revista prestigiosa, perderá muchos puntos por habernos hecho perder tiempo y dinero.
Por todo ello, acogí con recelo la voluminosa novela del norteamericano Don Winslow, "El poder del perro", cuya contraportada parecía la pechera condecorada de un general de éxito. Adulación, coba y bombo sin medida. ¿Es exagerada, como suele ser habitual, por otra parte, tanta expectación? En esta ocasión y sin que sirva de precedente, no. Abróchense los cinturones por que "El poder del perro" produce, como la droga que corre a borbotones por sus páginas, una adicción irrefrenable que roba tiempo al sueño, a la familia y, si me apuran, al trabajo con el que uno se gana el pan.
En sus setecientas fascinantes y arrebatadas páginas, "El poder del perro" comprime los treinta años de enfrentamiento entre el agente de la DEA norteamericana (Drug Enforcement Administration), Arthur Keller y la poderosa Familia Barrera, que controla a través de la "Federación" los carteles mejicanos de la droga que tienen en Estados Unidos su mercado más fiel y lucrativo. Por el fuego cruzado entre ambos contendientes se mueven prostitutas de buen corazón que se enamoran de hombres equivocados, sicópatas irlandeses con sus católicas almas en permanente trifulca espiritual, mafiosos con predileción por los melocotones, sacerdotes sin fe que llegan a cardenales, políticos que financian genocidios o policías que llaman "esposa" al arma con el que hieren, matan o acribillan.
Muchos de estos personajes no sobreviven a los "cuernos de chivo" que escupen las ametralladoras y ni ellos ni los que logran salir más o menos ilesos de la guerra entre Arthur Keller y los Barrera son fáciles de olvidar. De ello, no solo debemos dar las gracias a la maestría de Winslow a la hora de diseñar personajes sugestivos sino también a la cuidada tela de araña argumental diseñada por el norteamericano que logra convertir el destino de sus criaturas en una incógnita sin despejar que aparece y desaparece mediante vínculos y rupturas perfectamente estudiadas que arrastran al lector sin posibilidad de escape hasta que una bala, la redención, el perdón, el amor o una sierra mecánica resuelven la ecuación.
Además de una excelsa novela de personajes, "El poder del perro" es un torrente imparable de acción y tensión que se ajusta al estilo aspero y violento de Winslow como una bala en el cargador de una treintayocho. Buena prueba de ello son momentos sublimes como el tiroteo en la discoteca "La sirena", el atentado en el aeropuerto, el interrogatorio de Ernie Hidalgo o esa obra magna que es el aterrizaje del primer avión que la familia Barrera envía cargado de drogas a suelo norteamericano. Dado que no es posible morderse las uñas por la ansiedad, las páginas del libro sufren las consecuencias.
Otro detalle para tener en cuenta es el modo en el que la guerra de Keller y los Barrera aparece encajada en la historia real de los dos países implicados. El uso de personajes y hechos históricos, como piezas vinculadas de modo más o menos directo en la despiadada partida entre Keller y la "Federación" introduce un elemento de realismo que difuma por completo los límites entre este mundo y el de ficción, lo que convierte gran parte de la obra de Winslow en lo que podría ser un expediente secreto de cualquier cuerpo de inteligencia de los implicados en la "guerra contra la droga" que se desarrolla a uno y otro lado de la frontera. Como el escritor Rodrigo Fresan cita en la nota previa a la obra, "si el diez por ciento de "El poder del perro" fuera verdad, sería horripilante. Que el noventa por ciento pueda ser cierto, resulta casi insoportable".
Sueño con ver algún día a Arthur Keller con los rasgos de Edward Norton y me muerdo las uñas de impaciencia imaginando a Benicio del Toro en la piel del implacable Raúl Barrera y a Adrian Brody como su hermano Adan. No me cuesta esfuerzo alguno ver en el rostro del torturado Sean Callan a Viggo Mortensen vaciando su cargador en plena operación "niebla roja" para luego reunirse con la belleza hipnótica de una Nora Hayden con los rasgos de Naomi Watts. Espero que este sueño se haga realidad en algún momento. Mientras tanto, señoras y señores, no duden en dejarse una veintena de euros en esta novela memorable. Seguro que me lo agradecen.
11 comentarios:
¡Qué casualidad, es la segunda vez en dos días que leo alabanzas a este libro del que no había oído hablar jamás! Lo tendré en cuenta... por si lo veo en Círculo.
Baci e abbracci
Gracias por su recomendación, señor Winnot. Valdrá la pena leerlom, por la sinopsis que tan bien dosificada ha escrito.
Lo compraré y pondré en el monton de lectura inmediata. Un saludo
Después de leer la tregua gracias a ti me puedes recomendar lo q quieras q ya te tengo fe.
Tiene muy buena pinta.... A la lista. A mí me pasa como a meg, que tengo una pila de unos 20 libros por leer. Ahora estoy leyendo uno sobre el 23 F, y me quedan algunos como el de '1984', 'Los renglones torcidos de Dios', 'La conjura de los necios', así como los dedicados a la historia (tema que me encanta)
A mi me lo regaló mi querido amigo Otis tras oir a Carlos Boyero derretirse con él, Madame. No pierdas la ocasión.
Desde que acudo al trabajo en transporte público, Meg, yo también empiezo a acumular recomendaciones. No añoro el coche ni un tanto así.
Son planetas antagónicos, Cosmic, pero en su género, la obra de Winslow es inmejorable. Espero que también acierte esta vez con tus gustos.
"La conjura de los necios" es un clásico indiscutible, María. Ignatius Reilly es un personaje a la altura de las principales creaciones literarias de la historia. No lo demores.
hola! he visto tu comentario en mi blog y me he pasado por aquí, veo que tú también comentas libros, así que te invito, si te apetece, a escribir algo para mi blog. para cualquier cosa, te dejo mi dirección, un saludo.
pd.- tienes un blog muy interesante :)
libreiaorpheus@gmail.com
Gracias, Cristina. Recojo el guante. Mucha suerte con el proyecto del que hablas en el blog.
No me de más trabajo con los libros amigo...que tengo una montaña por leer!!!
gracias por la recomendación
Siento el retraso en contestarte, amigo Angel. Ahora voy mucho en metro, por lo que me temo que las reseñas sobre libros van a experimentar un crecimiento geométrico importante :-DD.
Leyendo en este momento ya la nombrada novela, The power of the dog. No se como la han traducido en espa;ol, pero en ingles es impresionante, sobre todo ver los juegos de palabras en los dos idiomas y el slang mexicano. Como a Callan veo a Ewan McGregor.
Saludos
Imagino, Nona, que muchos juegos de palabras se habrán perdido por el camino de la traducción, pero, ese aire "Tex mex", perdura. Espero que te guste.
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