Desde hace ya varios años vengo diciendo aquí que el que quiera ver buen cine ya sólo le queda ver la televisión. Pasan los meses y por las pantallas de medio mundo se pasean lángidas y previsibles las socorridas secuelas, las abominables comedias románticas de Jennifer Anniston o Rachel Adams, los cuentos para niños en estado embrionario o algún thriller comatoso y sediento de taquilla que confunde violencia con acción o poderío visual con incontinencia fotográfica. No hay más que echar un ojo a las obras nominadas a los Oscar de este año para comprobar que el reto era elegir una que no fuera fallida, patética o, simplemente estúpida. Sin embargo, en el mundo de las series, las cosas pintan bien distintas
Y no es sólo que cada año aparezcan productos excelentes (incluso en nuestro país, donde Canal Plus, parece empeñada en remover las aguas televisivas, gracias a ideas sumamente interesantes como "¿Qué fue de Jorge Sanz?" y "Crematorio", de la que hablo más adelante) sino que las ya existentes mantienen el nivel o, en ocasiones, superan el elevado listón de años anteriores y nos regalan maravillas como la tercera temporada de "Justified" o la divertidísima séptima entrega de "How i met your mother" por poner dos ejemplos.
Uno no acaba nunca de descubrir tesoros y cuando piensas que te has puesto al día, alguien aparece y te recomienda "Boss" o "The fades". O te invita a recuperar "The wire" o a descubrir las maravillas de "Modern family" o "Weeds". Un no parar, la verdad. En cualquier caso, por lo que a mi corresponde, no tendría reparo alguno en recomendaros encarecidamente que os acercarais a las cinco grandes series que conforman mis descubrimientos del año pasado y que paso a comentar.
BREAKING BAD: la maravillosa "A dos metros bajo tierra" ha sido siempre la reina de mi palacio televisivo. Nadie jamás ha logrado hacer sombra a la familia Fisher y su funeraria: ni Jack Bauer, ni los tarados de "Perdidos" ni ningún otro han logrado provocar otra cosa que pequeños temblores en su trono. Sin embargo, este año, con la aparición de "Breaking bad" a punto ha estado de ser destronada como cabeza de cartel. Tal vez, por tanto, las desquiciadas desventuras del profesor Walter White como caballero de las drogas sobrevenido (Bryan Cranston, a un nivel interpretativo estratosférico) y de su escudero e improbable camello, Jesse Pinkman (Aaron Paul) no conformen la mejor serie de la historia de la televisión, pero andan muy cerca. En cualquier caso, nos encontramos, sin la menor duda, con lo mejor que uno puede ver hoy en televisión. Sumamente dura y cruel en ocasiones, moralmente discutible en todo momento, negrísimamente divertida de modo esporádico, plagada de secundarios deslumbrantes (el gran Hank, el no menos imprescindible Saul Goodman), trabajada e hilvanada hasta el último detalle en sus guiones, propietaria de dos de los mejores villanos de la historia (cuyas identidades me callo por no dar pistas a quien no conozca la serie). No lo duden, damas y caballeros, si no conocen "Breaking bad", pónganse a ello de inmediato: la quinta y última temporada está a punto de empezar y tengo a los Fisher temblando de inquietud: su trono peligra más que nunca.
LIGHTS OUT: No alcanzó los niveles de audiencia necesarios y la caída, auge y algo más del boxeador Patrick Leary (impresionante Holt Mc Canally) no disfrutará de una segunda temporada. Tal vez, sus admiradores estemos de enhorabuena y gracias a esa necesidad de dejar todo atado y bien atado no hemos asistido al lento desvanecimiento de la principal virtud de la serie creada por Justin Zackham: el magnifico trabajo realizado a la hora de diseñar a sus personajes. Y es que, a pesar del obvio y necesario componente físico de "Lights out"
(teniendo en cuenta la temática, no descubro nada si doy fe de que se
reparte leña a manos llenas) el gran acierto de la serie descansa sobre
la química existente entre los numerosos personajes de la trama. Hasta el punto de que, desde este modesta tribuna solicito la inmediata inclusión de Patrick "Lights" Leary y su esposa Theresa (la bella, atmosférica y fenomenal actriz Catherine Mc Cormack) en el panteón de parejas más creíbles de la historia de la televisión. El resto del reparto brilla con fuerza (el muy oxidado Stacy Keach se repite como las sardinas en aceite, pero pocos como él dan el papel de mentor espinoso con buen fondo.), pero las escenas entre ambos parecen vídeos caseros y rezuman naturalidad. De no haber aparecido en mi vida Walter White, sin la menor duda, la mejor serie del año a eones de distancia.
HOMELAND: A priori, esta historia acerca de la investigación llevada a cabo por la CIA para determinar si un soldado desaparecido en Irak y milagrosamente recuperado años después es o no un agente doble, sólo tenía en contra la presencia de una actriz tan sosa y poco interesante como Claire Daines. Pero en "Homeland" todo se mueve de manera tan precisa que incluso la muchacha brilla con fuerza en pantalla, hasta el punto de haberse llevado el Globo de Oro en la edición del año pasado. Salvado el obstáculo, sobra decir que la primera temporada de la serie ha sido de órdago, con una trama espesa y plagada de sorpresas y giros de guión, un protagonista que rezuma carisma (el gran Damian Lewis se come la pantalla con su creación del ambiguo sargento Brody y la quimica con Claire Daine es eléctrica.) y un ritmo endiablado que te deja los nudillos en carne viva hasta la llegada del próximo episodio. Me da un poco de miedo la segunda temporada: con su altísima calidad, las alabanzas de la crítica y sus muy respetables audiencias era inevitable dejar abierta la trama a nuevas aventuras, pero me temo que la bobina dispone ya de poco hilo y se van a necesitar extensiones que pueden cargarse el tapiz. Me consuela que dije algo parecido de monumentos como "Damages" y "Justified" y sus segundas temporadas fueron aún mejores que sus predecesoras. Seamos optimistas.
CREMATORIO: Parece mentira a la vista de artefactos como "El barco", "Aida" o "Mi gitana", pero, he comentado antes, en España también se hacen series de calidad y es perfectamente posible captar el interés del público y el aprecio de la crítica sin recurrir a Resines ni convertir por comparación a Los Morancos en el paradigma del humor sutil. ¿El truco? Tomar en serio al espectador y asumir que es capaz de asumir cierto esfuerzo de concentración si la idea merece la pena. Conscientes de ello, los responsables de "Crematorio" han tomado la novela homónima de Rafael Chirbes (excelente, al parecer y sumamente difícil de adaptar por lo que comentan al desarrollarse a través de monólogos interiores) la han troceado en ocho espléndidos y adictivos capítulos y han logrado la que es, sin duda, la mejor serie española de los últimos veinte años. La intensidad y cercanía de la trama (los últimos coletazos de la corrupción urbanística en muestro país), las magistrales interpretaciones de sus protagonistas (José Sancho y Juana Acosta están para empezar a aplaudir y no parar) y unos diálogos de inverosímil calidad para lo que solemos hacer en esta tierra nuestra, conforman un modelo a seguir y un hito en la historia de nuestra televisión del que se hablará durante muchos años. O tal vez haya suerte, cunda el ejemplo y en breve otros productos de igual o mayor calidad tomen el relevo Ruben Bartomeu y su extraña familia de crápulas, estafadores y pendencieros hijos de perra.
LIFE'S TOO SHORT: No conecto con las series de Ricky Gervais. Sí con él y con su humor irreverente y cáustico (sus monólogos hielan la sangre por su terrible incorrección política y su enorme ingenio), pero algo hay en "The office" o en "Extras", por poner dos ejemplos, que me impiden entrar en su desarrollo y que me divierten solo a medias. Tal vez sea el agotador patetismo de todos los personajes o la continuada presencia de Gervais en pantalla, no logro decidirme. Sin embargo, con las andanzas del enano más odioso del universo, el actor Warwick Davies ( conocido por "Willow" o "El retorno del Jedi" e interpretando en la serie por ..... Warwick Davies), la pareja Gervais/ Merchant, han logrado encandilarme por completo y no veo el momento de que se estrene la segunda temporada. Para empezar, que durante toda la serie, el enano sufra en sus carnes todas las humillaciones morales y físicas que uno pueda imaginar (algunas inflingidas por gente como Sting o Liam Nesson, interpretándose a si mismos) y eso resulte tronchante ya es de nota. Pero que, este ser petulante, codicioso, egoísta, patético y despreciable, que es capaz de rechazar a una mujer por ser enana o de pedir dinero a su único fan por una foto dedicada sabiendo que se está muriendo de cáncer, que este ser, como decía, pueda llegar a resultar entrañable y el espectador sufra con sus desventuras, eso, damas y caballeros, eso sólo está al alcance de un genio.
7 comentarios:
Como dices, uno no termina de descubrir las sorpresas del panorama televisivo actual.
Tengo muchas ganas de ver Breaking Bad y Homeland, me han hablado muy bien de las dos; y por mi parte recomiendo Hell on Wheels, con una primera temporada muy entretenida y una ambientación lograda.
¡Saludos!
Seguí tu consejo de ver Damages. Y he de reconocer que es una serie que me ha fascinado.
De Breaking bad me han hablado muy bien, y cuando termine con las que tengo empezadas le hincaré el diente.
Por cierto, que me he leído críticas muy buenas de Roma y Dowtown Abbey.
Y me alegra que te haya gustado Modern Family.
Lo de Crematorio tiene mérito desde luego. Y BB es enoorme.
Homeland de momento no me llama, lo reconozco. ¡A ver si encuentro hueco para las otras dos! No me sonaban de nada.
saludos
Es lo que comentaba en la entrada, Mike, ahora ya tengo que empezar a buscar "Hell on wheels"... esto es un no parar :-DD.
Me alegra que te gustara "Damages", María. Su cuarta temporada aún aguarda turno en mi reserva.
Yo empezaría por la de Gervais, Möbius: en total son menos de tres horas.
ok lo tendré en cuenta!
Acabo de terminar de ver Lights Out hace poco y la he visto gracias a este post que, aunque lejano en el tiempo, permanecía en mi memoria.
Me ha gustado mucho,así que gracias.
Me alegra ver que algo te puedo ir devolviendo en materia de buenas recomendaciones, amigo Lombreeze. La diferencia a tu favor es aún enorme, pero por algo se empieza.
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