miércoles, 10 de enero de 2018

Nuevos aires

Buenas noches a todos menos a los que van de Machos Alfa y gustan de rebuznar que la lágrima o el nudo en la garganta ante una melodía hermosa o un texto desgarrado no es cosa de hombres. A esos, a los que se construyen muros de testosterona para intentar defender su vacío interior y se dan codazos cómplices en las almenas de su burbuja, a esos, ni agua.

Esta noche vengo a hablarles muy brevemente de la decimoprimera temporada del ladrillo. Como puede ver hay cambios importantes en el diseño y mi intención es que también los haya en los contenidos. Me he aventurado por otras redes sociales en estos últimos meses y he llegado a la conclusión de que la actualidad anda a tal velocidad que cuando uno termina de escribir, nadie sabe ya de qué le están hablando. La influencia de Twitter es, por tanto, muy evidente. Es muy posible que esto me lleve a espaciar mis interminables y clásicas peroratas en favor de una mayor cercanía, pero lo que pierda la calidad (que tampoco ha sido mucha nunca, para qué engañarnos) lo va a ganar la cantidad y, sobre todo, la variedad, ya que, se lo garantizo, la aleatoriedad de los contenidos va a dejar pocos colores de la paleta sin usar.

Sin ir más lejos, hoy, para inagurar esta etapa un poco anárquica que me propongo llevar a cabo y creo que por primera vez en estos once años de historia , les voy a reproducir un poema que he leído hoy mismo citado en un libro maravilloso ("Noches azules", de Joan Didion. Una obra maestra. Terrible, pero una obra maestra. No se la pierdan) y que me ha hecho secar dos lágrimas como dos perlas mallorquinas mientras lo leía esta tarde. Lo escribió hace más de 70 años un caballero de nombre Wystan Hugh Auden, se llama "Funeral Blues" y dice así:

Parad todos los relojes, cortad el teléfono,
Prevenid el ladrido del perro con un jugoso hueso.
Silenciad los pianos y, con apagados timbales,
Traed el ataud, dejad pasar a los dolientes.
Que los aviones nos sobrevuelen en círculos luctuosos
Escribiendo en el cielo las palabras: Él ha Muerto.
Poned crespones negros a las palomas públicas
Que los guardias de tráfico lleven oscuros guantes de algodón.
Él era mi Norte, mi Sur, mi Este y mi Oeste,
Mi semana de trabajo y mi descanso dominical.
Mi mediodía, mi medianoche, mi paseo, mi canción.
Pensé que el amor duraría para siempre: cometí un error.
No quiero estrellas, apagadlas todas.
Empaquetad la luna y desmantelad el sol.
Vaciad los océanos y talad los bosques
Porque ya nada puede volver a ser como antes.

Les dejo también el original en inglés porque la traducción que le acabo de enseñar es muy hermosa, pero también muy libre.

"Stop all the clocks, cut off the telephone,
Prevent the dog from barking with a juicy bone,
Silence the pianos and with muffled drum
Bring out the coffin, let the mourners come.

Let aeroplanes circle moaning overhead
Scribbling on the sky the message 'He is Dead'.
Put crepe bows round the white necks of the public doves,
Let the traffic policemen wear black cotton gloves.

He was my North, my South, my East and West,
My working week and my Sunday rest,
My noon, my midnight, my talk, my song;
I thought that love would last forever: I was wrong.

The stars are not wanted now; put out every one,
Pack up the moon and dismantle the sun,
Pour away the ocean and sweep up the wood;
For nothing now can ever come to any good."

6 comentarios:

dvd dijo...

Auden... Maravilloso.
... ¿Y para cuándo el tiempo de los machos Beta?...

Tarquin Winot dijo...

Jajajaja... Pues llegará, DVD, llegará si no lo tenemos ya encima. En realidad depende de hacia donde mire uno. Sí, señor, Auden es maravilloso. Lo ignoraba todo de él y ha resultado ser un tipo de lo más interesante.

Gonzalo Aróstegui Lasarte dijo...

Qué pasada de poema, Tarquin. La tercera estrofa (poderosísima, no digamos ya en el inglés original) me ha dejado pasmado. Me apunto también el libro. Por cierto, Joan Didier es Joan Didion, ¿no?

Abrazos y feliz año.

Tarquin Winot dijo...

Me quedo con la cuarta, pero todas son magistrales, amigo Gonzalo. Efectivamente es Didion y no Didier. Se me lenguó la traba... Gracias por el aviso.

Juan Herrezuelo dijo...

El poema merece las dos lágrimas, sobre todo en la sonoridad del original inglés, que te agradezco que reproduzcas también. Estaremos atentos estos aires nuevos. Por lo demás, los machos alfa son más de twitter que de Didion, sus burbujas están a salvo.

Tarquin Winot dijo...

Un gusto tenerle por aquí, Don Juan. Le estaremos esperando en los próximos aires.