Desde su debut con apenas 26 años, Pavarotti demostró ser una fuerza de la naturaleza. La enorme facilidad con la que alcanzaba los más vertiginosos tonos dejó estupefactos a cuantos acudieron a presenciar su primera interpretación del que, posteriormente se convertiría en uno de sus papeles más conocidos, Rodolfo en "La bohéme", de Puccini. El romántico y soñador pintor enamorado de la inocente Mimi era un verdadero regalo para la conmovedora belleza de su voz. Desde entonces y hasta su retirada de los escenarios en 2004, el tenor italiano ha paseado su enorme talento por todos los grandes teatros de ópera del mundo fascinando a público de todo tipo con uno de los repertorios más grandes de la historia. Y ello, sin haber aprendido en toda su vida a leer una sola de las partituras que interpretó en vivo, lo que no deja de ser una genial paradoja.
Reconozco que durante un tiempo le tuve vetado por su falta de principios y su afan lucrativo al participar en varios proyectos de dudoso gusto como la payasada aquella de los Tres Tenores o sus espantosas sesiones de "Pavarotti and friends" en los que gente como Bryan Adams o Sting veían arrasadas sus vocecillas por los 175 kilos de talento musical más grandes que han pasado por este mundo. Pero lo cierto es que cuando alguien te ha proporcionado tantos momentos de música en mayúsculas, es fácil perdonarlo todo.
Como otros muchos artistas geniales, no supo retirarse a tiempo y en los últimos años, Pavarotti ha sido noticia más por sus escándalos con el fisco italiano o su matrimonio con la que fuera su secretaria que por sus triunfos artísticos. En las pocas ocasiones en las que hemos podido escucharle cantar recientemente, hemos visto a un artista en caida libre. Inmóvil en el centro de los escenarios, resollando al menor esfuerzo y limpiándose el copioso sudor con su inseparable pañuelo blanco, le hemos visto como nunca antes lo habíamos visto, sufriendo lo indecible ante las notas que antes emanaban de su prodigiosa garganta como si se deslizaran por una pendiente. En la que denominó su "Gira de despedida", Pavarotti ha cancelado sus galas a docenas aquejado de un sobrepeso agudo y un cáncer de páncreas que, finalmente, ha logrado llevárselo al otro mundo. Prefiero no recordarlo así. Prefiero apagar la luz de mi cuarto, cerrar los ojos y que, esta noche, antes de que sea mañana y todo se olvide, sean sus discos magistrales los que rindan el homenaje que el gran artista que ha fallecido hoy merece de todos y cada uno de los amantes de la música. Nessun dorma.
12 comentarios:
Pues si,la verdad es que la musica esta perdiendo a sus mas importantes simbolos.Ya no aparecen estos personajes asi por asi.
Un placer visitarte.Gracias por tu visita anterior.
Algunos tenores como Florez o Alagna (cuando se le olvidan los aire de divo en casa) prometen un relevo digno, pero grandes como Pavarotti o el octogenario Bergonzi, la verdad es que va a ser difícil sustituirlos sin un suspiro de resignacion.
Gracias por la aportación y enhorabuena por ese Visitante Nocturno tan interesante que regentas.
Una gran perdida.
Descanse en Paz.
Sin lugar a dudas una perdida irremplazable.
Reconozco que era una voz impactante por su potencia, aunque no entienda ni me guste demasiado este tipo de musica. Siempre es una pena que un artista de valor artistico desaparezca.
Un hombre que consigue emocionar a miles de personas se hace inolvidable.
Pavarotti sera eterno en la mente
Coincido con la sensación de irreparablidad que trae aparejada la pérdida de este genio vocal.
Anímate a escucharlo, Moriarty, poco a poco. Terminarás encontrándole el punto.
Gracias por el comentario y bienvenido seas, David Daniel.
Pues sí, pero me da la sensación de que el hombre era disfrutón, ¿no? Así me da menos penita que desaparezca.
La verdad es que tras tanto artista torturado y autodestructivo es bueno poder hablar de uno que paso por esta vida con sus problemas (como todos, por otra parte) pero que se las arregló para disfrutar de la vida a cada momento. Que le quiten lo bailado.
Una verdadera pena, un dolor profundo. Se va alguien de una dimensión extraordinaria. Al menos nos quedan sus discos. Saludos.
Como todavía sigo un poco tocado por su fallecimiento, he estado buscando videos suyos a través de Toutube y, durante mi periplo me he topado con grabaciones de grandes clásicos de su repertorio como "Nessun dorma" o "Una furtiva lágrima" interpretados por gente como Carreras, Alagna o Boccelli y me reafirmo en la idea central de la entrada: donde llegaba su voz, nadie llegaba. Mucho me temo que será irrepetible.
El español Alfredo Kraus (hace ya un tiempo); Pavarotti, ahora... ¿Quién relanzará, quién acercará la lírica al gran público?
Esperemos que no sea Il Divo.
Descanse en paz. Amén.
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