sábado, 18 de septiembre de 2010

En el centro del Universo

New York es una ciudad de profundos contrastres. Por una parte, su continuada exposición pública a través del cine, las noticias, los libros o las revistas, genera, desde el primer momento en quienes la visitan una sensación de "dèjá vu" que no te abandona mientras permaneces en ella. Pero, por otra parte y como dijo el gran C.S. Lewis refiriéndose a otro tema absolutamente ajeno al que nos ocupa, pero perfectamente aplicable a éste, hay cosas que "hemos visto desde tantos ángulos, bajo tantas luces (...) que todas esas impresiones, se nos enmarañan simultáneamente, dentro de la memoria y quedan confundidas en un simple borrón".

Por esta curiosa dicotomía cuando uno pasea por las calles de New York cree reconocer en un primer momento todo cuanto le rodea, pero basta una mirada más atenta para comprobar que, en realidad, todo es muy diferente a lo que hemos visto en las pantallas o en las fotografías satinadas de las revistas. Y si hay un lugar en la ciudad en el que esto se haga especialmente patente, ese es, sin duda, el bullicioso, extravagante y camaleónico Times Square.

Faltan dedos en las manos para contar las veces que hemos visto este lugar en el cine o en la televisión. Y sin embargo, una vez allí, pareces estar en un universo alternativo en el que todo cambia de forma y color a voluntad, convirtiéndose en uno y su contrario en un pestañeo. Como al resto de los edificios y paisajes de la ciudad, todo cuanto rodea Times Square da contexto a las imágenes que permanecen en nuestra memoria. Pero, si a la mencionada diversidad le añades que los mismos edificios, enmoquetados de pantallas y carteles luminosos de todo tipo y tamaño, parecen alterar sin respiro su propia apariencia, el efecto es, sencillamente, paralizante.

Además, es indiferente que sea de día o de noche, que el sol vierta lava incandescente sobre el asfalto o que las nubes descargen como si se hubiera convocado el segundo diluvio universal. A pesar de su nombre, en Times Square, el tiempo no existe. El tráfico es el mismo a las doce de la noche o a las ocho de la mañana y el maremoto humano que recorre sus aceras no parece tomar respiro. La música que atrona en cada esquina, las consignas que se acumulan en las docenas de pantallas gigantes que pueblan los muros de los edificios y las bocinas de los miles de taxis que marchan en procesión confluyen con cientos de voces que intentan (infructuosamente, en ocasiones) elevarse por encima del huracán conformando una cacofonía que, teniendo todas las papeletas para hacerse insoportable, resulta, misteriosamente, relajante e, incluso, agradable.

La casualidad hizo que nuestro hotel (el también extravagante, camaleónico y bullicioso Gershwin Hotel. Otro día hablaré de él, porque, le verdad es que merece la pena detenerse un poco en tan estrámbotico lugar) distara apenas diez minutos a pie de este indescriptible lugar, por lo que tuvimos la suerte de recorrerlo en múltiples ocasiones y fusilarlo a fotografías. Contemplándolas ahora, me reafirmo en la extraordinaria variedad de sensaciones que Times Square genera en quien lo contempla y la facilidad con la que uno cae en el hechizo de sus bombillas de colores y sus descomunales marquesinas incandescentes. Si el universo tuviera un centro, sin duda, estaría aquí.

6 comentarios:

Möbius el Crononauta dijo...

Pues sí, después de Fraguel Rock, no hay más universo que Times Sq. ¡Cómo cambia por la noche!

Tarquin Winot dijo...

Yo diría, Möbius, que, incluso, hay más ajetreo por la noche que durante el día.

María dijo...

Me encanta Times Square por la noche.

María dijo...

Señor Why not, me acabo de dar cuenta de que tiene una página del blog en el facebook. Y yo me doy cuenta ahora. Ya me he hecho fan, así que si ve a alguien que no le suena ni la foto ni el nombre (es lo que tiene conocerse por el ciberespacio y no en persona) pululando por allí, es que soy yo.

Kampanilla dijo...

Que sorpresa! Había entrado a través de Facebook y no había visto esta nueva entrada sobre NY, y parece que va a haber más!

Bs.

Tarquin Winot dijo...

Abierta, llevaba ya unas semanas, María, pero hasta hoy no había colocado la "cajita". Creo que ya te tengo localizada.

Sí, Kampa. Por suerte (o por desgracia, nunca se asabe) habrá más entradas sobre NY. De hecho, ya hay una nueva. Besos.