domingo, 6 de febrero de 2011

La paradoja de Gabriel


Cuando uno siente debilidad por una expresión o por la idea que transmite es difícil no encontrarle un hueco en las conversaciones del día a día. Por eso, es muy posible que no sea la primera vez que mencione aquí la respuesta que dio el realizador norteamericano Brian de Palma a un periodista que le acusaba de plagiar en sus películas a maestros como Hitchcock o Eisenstein. Visiblemente airado, el director de "Doble cuerpo" o "Los intocables de Elliot Ness" respondió que hasta para copiar hay que tener talento. Teniendo en cuenta que el tema de esta entrada es comentar el sano ejercicio de versionar temas musicales ajenos, no me podréis negar que el testimonio de De Palma era una tentación difícil de evitar.

Además, por si fuera poco, en mi opinión, el realizador norteamericano llevaba toda la razón del mundo.Uno escucha "All my loving" en la versión perpetrada hace unos años por Los Manolos y siente la imperiosa necesidad de fusilar a sus componentes o, en su defecto, invocar el espíritu de Lennon para que ajuste cuentas con ellos y su repulsiva cancioncita.

Por el contrario, si lo que suena en los altavoces es un artista que respeta el material original sin por ello, renunciar a su propio estilo, el oyente agradecido no sólo reconoce el talento de quien versiona sino que, muy probablemente, quiera saber más de quien tuvo la brillante idea de concebir el tema original y se sumerja en su obra, provocando un efecto acumulativo y polinizador que solo puede ser positivo. En resumen, lo ideal cuando de versiones se trata es hacer bueno aquello que los geniales Martes y Trece popularizaran en los ochenta: es lo mismo, pero no es igual.

Maestros en estas artes camaleónicas de dar lo mismo de otra manera los hay por almuerzas. Entre los más añejos, siempre he sentido debilidad por el intenso Tom Jones que tan pronto arrancaba con el rock sureño de la Credence Clearwater Revival como se enredaba a convertir en propios temas de The Beatles o de sus Satánicas Majestades. Tampoco puedo dejar de mencionar a quien fuera cabeza visible de Roxy Music, el gran Bryan Ferry cuya carrera en solitario basa gran parte de su éxito en esto de las versiones. Su ultimo disco, "Dylanesque" es, de hecho, una muy correcta aproximación al mundo de Bob Dylan, de la que el artista británico sale bastante bien librado.

Imposible hablar de este tema y no dedicar unas lineas a los portentosos Dread Zeppelin que desde principios de los noventa y con el inclasificable Tortelvis a la cabeza han hecho de la versión una filosofía de vida. Su primer álbum, el espectacular "Un-led-ed" logra mezclar a Elvis con Bob Marley y con semejante equipaje entrar en los dominios de Robert Plant y Jimmy Page para ofrecernos la música de Led Zeppelin desde una perspectiva completamente novedosa. Hay, además guiños a los mitómanos del rey del rock, a las series televisivas de los sesenta y al espíritu del reggae más rockero, a lo que hay que unir la impactante imagen de Tortelvis y su banda así como su espectacular directo del que es fácil encontrar ejemplos en la red. Luego ampliaron el repertorio a otros artistas y la chispa se perdió, pero "Un-led-ed" quedará allí para generaciones venideras con mentes abiertas.

Entre los más recientes, está imperando en estos días la tendencia a que surgan bandas cuyo repertorio esta compuesto, exclusivamente, por versiones de temas ajenos. Algunos de ellos como The Lost Fingers o The Baseballs han resultado ser experimentos asombrosamente logrados en los que uno puede encontrar temas discotequeros de los ochenta interpretados por un par de guitarras y un contrabajo o volver a encontrarse con el rockabilly más intenso a través de temas de Robbie Williams o Rihanna. Las ideas empiezan a agotarse y, ante el riesgo de no aportar, hay gente que decide abrir las ventanas y refrescar el ambiente de la fiesta. Si hay un ejemplo claro de ese "es lo mismo, pero no es igual", del que antes hablábamos, es aquí donde hay buscarlo.

5 comentarios:

Mike Lee dijo...

Un fenómeno curioso y un tanto preocupante.

De los que mencionas, he escuchado hace poco a The Baseballs y su estilo rockabilly me ha encantado, aunque no puedo decir lo mismo de las letras de sus canciones.

¡Saludos!

Möbius el Crononauta dijo...

Bueno, ¡algo es algo!

Tarquin Winot dijo...

Las ideas se agotan, Mike. Eso es un hecho. Al menos, algunos saben como decir algo ya visto de una manera novedoda. Es decir......

... "algo es algo", como bien dice nuestro Crononauta favorito.

Angel "Verbal" Kint dijo...

Yo es que para escuchar a Bryan Ferry cantando cosas de Dylan...pues escucho a Dylan.
Por cierto aprovecho para recomendarte al hijo de Dylan, Jacob que en sus dos últimos ces en solitario ha hecho dos maravillas

Tarquin Winot dijo...

Sin duda, Ángel, como el original no hay nada. Luego hay que distinguir entre homenajes y fusilamientos. Tomo nota del disco de su hijo, Jacob. Gracias por la recomendación.