Lo dicen sin sonrojo, a pecho descubierto. Miran a la cámara en el plató correspondiente cada viernes o sábado noche y afirman ser periodistas. No sólo eso. Además, no les tiembla la voz a la hora de decir que el haber obtenido una foto de la Duquesa de Talycual haciendo aguas mayores en un parque u obtener las declaraciones de un individuo que dice que el famoso Pepito Pérez le ha querido petar el caca es, ni más ni menos que periodismo de investigación. Casi nada.
Cuando se me pasa la risa (o la indignación, según el día), acostumbro a ojear nuevamente "Cabeza de turco" la obra que escribió hace veinte años el, éste sí, periodista alemán Günter Wallraff y me resulta difícil resistir la tentación de enviárselo a estos menesterosos miserables para que comprendan finalmente qué es aquello a lo que se refieren tan habitualmente y con tan poca puntería.
Porque el amigo Wallraff, intentando poner de manifiesto la explotación a la que eran sometidos los inmigrantes turcos en la próspera y envidiada Alemania de los ochenta y, al mismo tiempo, denunciando los inconcebibles abusos a los que las grandes empresas multinacionales sometían a sus empleados menos beligerantes, asumió durante dos años la falsa personalidad de Alí, un inmigrante turco dispuesto a realizar cualquier tipo de trabajo y en cualquier clase de condiciones.
Ya en el prólogo, el autor deja claro lo vivido en aquellos meses. "En plena República Federal he vivido situaciones que, de hecho, sólo están descritas en los libros de historia del siglo XIX". Con Wallraff camuflado tras los rasgos de Ali, asistimos a un verdadero catálogo de los horrores en los que todo queda al descubierto: el racismo, la miseria, el integrismo católico (Alí intenta, sin éxito bautizarse en una docena de iglesias sin que encuentre sacerdote que lo acepte), el abuso inconcebible de poder por parte de las empresas (el capítulo dedicado a las viviencias de Alí en la cadena de hamburgueserías, Mc Donald's es sobrecogedor) y el escaso valor de la vida de aquellos a los que llamamos iguales, pero que hacen buena aquella máxima orwelliana de que todos somos iguales, pero algunos son más iguales que otros.
La obra es excepcional, apasionante, valiente y causó una tormenta periodística en Alemania de las que no se recuerdan. A un lado, los que vieron lo que estaba ante sus ojos y no lograban distinguir. En el otro, los que vieron sus bolsas de basura abiertas de par en par e intentaron cerrarlas para evitar que el mal causado siguiera expandiéndose. Y en el medio, un Wallraff enfermo, agotado y, sobre todo, humillado y asqueado por aquello que no parecía existir. "Aun no he llegado a saber cómo asimila un extranjero las humillaciones cotidianas, los actos de hostilidad y de odio, pero sí sé ya lo que tiene que soportar y hasta que extremos puede llegar en este país el desprecio humano."
Descatalogado desde hace años, hace poco he vuelto a verlo en la colección de Compactos de Anagrama. Si no fuera porque dudo que sepan leer y, en caso de saber, no creo que lo entiendan, se lo enviaba a todos los patiños y mariñas de la televisión para que moderen su vocabulario, amplíen sus conocimientos y aprendan de una vez por todas que para hacer periodismo de investigación, lo primero es ser periodista y no mamporrero de tercera regional.
21 comentarios:
Ahora bajo la denominación de periodista tiene cabida prácticamente cualquier cosa.
Me resulta particularmente cómico ver cómo se enojan cuando un famosillo medio analfabeto interviene en tertulias televisivas, y ponen el grito en el cielo calificándolo de intruso. Al fin y al cabo, para hacer lo que hacen ellos, basta con tener poca vergüenza y mucha verborrea. Algunos pasan por la Universidad, pero la Universidad no pasa por ellos. En fin.
PD: Me encantan el nuevo look del blog. :)
Eso es verdad, hoy en día, cualquier individuo es periodista. Saludos.
Gracias, Faria. Faltan algunos detalles pero está casi completo. Tienes toda la razón: el corporativismo de esta piara roza la xenofobia.
Más que serlo STDQSD, piensan que lo son y confunden tocino con velocidad.
Cuando iba al instituto, el profesor de Religión (¿?) nos pasó unas fotocopias con el capítulo del McDonald's, y recuerdo que me impresionó mucho.
Ahora que no estoy leyendo nada me lo cogeré de la biblioteca, que acabo de ver que está disponible.
Alberto Q.
www.lacoctelera.com/traslaspuertas
Gran texto, señor Tarquin. Vamos a ver, yo soy periodista y cada día veo que la profesión se va desprestigiando un poco más. Hay mucha gente que escribe de maravilla y no tiene un título y otra gente que salta a los medios con una facilidad pasmosa (y son muy mediocres).
Sería un largo debate y no estoy de humor hoy, jejeje.
Me alegra que vuelva ud. con la frescura de sus post.
Abrazote virtual
Cuando yo era pequeñito, mi mamá me daba de leches; ahora tengo mi propio negocio hortofrutícula, gracias.
Lo bueno se hace esperar Tarquin!
Aunque ya no te prodigues en número, veo que los artículos no han disminuido en calidad.
Respecto al tema creo que no hay mucho que debatir. Esa gente no es ni será periodista. Bastante tenemos ya que han desprestigiado dos términos: el de Tertuliano y el de Friki (porque hay unos cuantos...)
Me quedo con la descripción que les dan "La Excepción" en una de sus canciones:
Buscarruinas con bolígrafo y papeles
Creo que es de lo más acertado
Bienvenido, Gato. Curioso que fuera un profesor de religión el que te pasara esa información. Seguro que el capítulo del bautismo le pareció un poco fuera de onda.
No seas perezoso, Alberto. Polémica, diatribas.... eso es lo que anima este blog. Sobre todo si comentan los profesionales que sufren por imposible mimetismo las descalificaciones que se vierten sobre esos presuntos colegas de profesión.
De modo que domina usted el sector lacteo y el hortofrutícola. No sabe cuanto me alegro, Guadarram. Por cierto, ¿estás seguro de que tu nombre lleva tilde?
Gracias, Sach. Espero poder dedicar algo más de tiempo al blog, ahora que la nena empieza a regularse. Espléndida definición, por cierto.
No creo que la imparcialidad deba ser un requisito indispensable para ser periodista, mi fraternal cántabro. Quizás sea más necesaria la integridad, que impide los dogmas y las recetas de a duro la docena. Lo de Wallraff es, sin duda, un extremo, pero se enfrentó a propios y ajenos con el sano afan de denunciar, haciendo gala de un espíritu ciertamente admirable. Como bien dices, entre este caballero y la gentuza que pulula por los medios de comunicación, existen muchas zonas intermedias. Según el sol que les alumbre, podrán llamarse tuercebotas o periodistas de verdad (investiguen o no)
Lo verdaderamente triste es que cada vez me da más la impresión de que las noticias que llegan a un número importante de receptores están más FABRICADAS que narradas. Yo que sé, vivo apartada del mundanal ruido y no sé de quién me puedo fiar...
Qué no sabes de quien fiarte princesa?? pues de Tarquin hombre, de Tarquin...
Gracias, Tarquin, por descubrirme que está reeditado en Anagrama. Lo buscaré.
Siempre lo he dicho: Menos religion y mas etica.. Es lo que les falta a esos podridos desperdicios con forma humanoide que invaden la caja tonta con sus tonterias para vender noticias que no lo son. Pero es un circo montado por tiburones para "marujear" sobre los famosos o pseudo-famosillos. No nos equivoquemos, si existen estos programas es porque se consumen. Del mismo modo que la tonica amarga y no me entra en la cabeza como alguien se la puede tomar por gusto, la prensa rosa esta en nuestras casas en formato revista o como excremento televisivo porque la gente disfruta viendo como los personajes publicos y famosos son tambien humanos, y tienen sus problemas, sus casamientos, sus operaciones de estetica, sus prontos etc..
¿Devalua el periodismo esta gentuza? Yo creo que no. A mi este tipo de "informacion" me da risa y sistematicamente apago la tele o la cambio. Los que me cabrean son, por ejemplo, los telediarios "serios" que solo buscan carnaza, y cuanto mas sangrienta mejor.. que cuando no tiene un accidente aereo les falta como algo..
Creo que fue Sabater el que dijo que estar informado es ardua tarea. No sé de quién hay que fiarse, mi septembrina princesa (Sach dice que de mí, pero no lo veo claro.... ;-D), pero lo que es seguro es que nunca obtendremos una visión global desde una sola fuente.
Lo vi en el FNAC, en Madrid, Meg. No creo que sea complicado encontrarlo. Suerte en la búsqueda
Es un poco la mezcla de ambos estilos, Profe. La cobertura del accidente de Barajas ha sido repugnante, al mismo nivel que la basura rosa, pero, ¿tú crees que la gente lo pide? ¿Imaginas a la gente invadiendo las calles para pedir más reportajes sangrientos y pervertidos en el caso de que se hubieran limitado a informar de los hechos, dejando a un lado lo personal y sádico? No lo creo. Somos muy becerros y nos tragamos lo que nos den, lo pidamos o no.
Como licenciado en Periodismo he de decir que periodista puede ser cualquiera que sepa escribir "periodísticamente" y tenga criterio informativo, lo cual se aprendía antes leyendo periódicos, escuchando la radio y viendo la tele. Hoy ni por esas, porque el periodismo en España murió hace tiempo...
Savater, querido Tarquin, es con V de Vendetta, a no ser que te estés refiriendo a la chisposa presentadora Leticia.
Pero es que si que piden sangre, aunque no por las calles: cuando es la hora de las noticias la gente las pone, y cuando es la hora del "Esta Pasando" tambien se lo enchufan.
Un dato que he oido hoy: El 53% de la gente encuestada por la 6ª opina que se pasaron un poco con el morbo en el accidente de Barajas. Esto frente al 40% que no le parecio mal y otro tanto que no tenia opinion.
Existe gente que le gusta el morbo. Y es muchisima gente.
Es digno de un estudio profundo el conocer las razones por las que tenemos un instinto primario de conocimiento de que hay gente que las esta pasando mas putas que uno mismo.
Los periodistas explotan el filon porque hay negocio. Y cuando el follon sea mas gordo pues mejor. Las noticias que triunfan son las peores. Las veraces estan, desgraciadamente, abocadas al fracaso porque a la gente le gusta ver realitys shows reales.
Todo esta a un clic del mando, y la gente siempre acude a las mismas fuentes.
¿Y qué es escribir periodísticamente? La verdad no es un concepto que logre entender. ¿Es ser objetivo? ¿Integro? ¿Un mero informador? Entono el mea culpa con el apellido del ilustre filósofo: Sabater es Savater con una V bien gorda. Gracias, Otis.
Que haya gente a la que le haya parecido correcta la cobertura del accidente, Profe, no quiere decir que a esa misma gente no le hubiera parecido igualmente correcta otra sin pegotazos de sangre. Vemos lo que nos ponen que, a su vez, es lo que imaginan que queremos.
Bueno, si me ponen algo que me interesa en la tele yo no suelo cambiarla.. ;)
Y cuántos se llenan la boca diciendo que son periodistas!!!
a mi me encanta ojear esos programas del corazón y ver como despellejan a un invitado escudándose en que son periodistas y hacen su trabajo (algunos invitados merecen ese despellejamiento).
Si pasa por mi blog verá el último mail que me manda mi amigo HL en el que habla sobre el tema de la cobertura del accidente...
Yo por mi parte cada vez veo menos la tele...la uso para ver dvd's...y los telediarios casi ni los veo, como dice la canción del Lichis "total pa'que si ya me los se"
saludos
Y si no gustan, se obvian, Profesor. El panorama periodístico es penoso, pero no creo que sea justo culpar de eso a una sola de las partes implicadas.
Pasaré a leer al amigo HL, suele tener muy buen olfato para estas cosas.
Mw he quedado impresionada.
Gracias por descubrirme a este autor y este libro, lo buscaré y me lo leeré.
Gracias por pasarte por mi blog.
Saludos
Un placer, Eriwen. Espero que te guste. Bienvenida al blog. Espero verte habitualmente. Saludos.
Publicar un comentario