miércoles, 23 de abril de 2008

Un tipo con encanto


Siempre le odié. Las chicas que me gustaban, mi madre, incluso mi abuela, que apenas podía moverse, sacaba fuerzas de flaqueza y me apartaba a manotazos para que no le tapara la televisión cuando salía en la pantalla. Yo, con sinceridad, no le veía la gracia. Me parecía un grandullón, descompensado, pelín albarcazas y con menos entendederas que un pez de yeso, pero, había que rendirse a la adversidad y aceptar lo que era un hecho consumado: Ted Danson era un tipo con encanto.

Y, a pesar de que esta animadversión no se ha diluido con el tiempo, debo reconocer, aunque me duela, que, después de verle en "Un toque de infidelidad", la encantadora comedia romántica que rodó junto a Isabella Rosellini a finales de los ochenta bajo la batuta de Joel Schumacher, las entiendo y, si me fuera ese rollo, yo también apartaría a mandobles a quien me tapara la visión mientras está en pantalla. Y es que es imposible tener mejor carácter, ser más galante y seducir con más acierto que como lo hace el eterno Sam Malone de "Cheers" en esta película.

A grandes rasgos, todo tiene su inicio en una concurrida boda, en la que coinciden Larry y Tish Kozinski (Ted Danson y una volcánica Sean Young) con el matrimonio formado por Tom y María Hardy (una encantadora Isabella Rosellini y el televisivo William Petersen, muchos años antes de aburrir al personal en "CSI"). En un despiste, Tish y Tom desaparecen de la fiesta para retornar bastante tiempo después con la palabra infidelidad escrita en la cara. Aunque Larry y María son perfectamente conscientes de lo que ha ocurrido, deciden no optar por el reproche y pactan encender las llamas de los celos de sus infieles parejas para castigarlos, simulando una relación que, inicialmente nace del dolor que genera la pérdida de confianza en sus respectivas parejas, aunque, tanto va el cántaro a la fuente que, finalmente, caen enamorados perdidamente el uno del otro, mientras se suceden bodas, bautizos y otros acontecimientos familiares que insisten en complicar las cosas.

Nueva versión de la película francesa "Primo, prima", con "Un toque de infidelidad", el irregular Joel Schumacher borda una de las comedias románticas más frescas, ágiles y redondas de los últimos tiempos. El esplendido guión, minado de sorpresas no siempre divertidas, que firman a dos manos Stephen Metcalf y Jean Charles Tachella es tratado con delicadeza y elegancia por un Schumacher que, afortunadamente controla su tendencia al plano imposible y a la pirotecnia visual para mover la cámara con un clasicismo encomiable y ciertamente, inesperado.

La galería de personajes principales es de primera fila y, en pocas ocasiones es posible encontrar tanta química entre los actores (ver la secuencia en la estación de tren entre Larry y María o la conversación entre Tom y Tish en el centro comercial donde trabaja ésta última) como en esta película. Los secundarios no quedan a la zaga y algunos de los mejores momentos son cortesía de actores como Lloyd Bridges o la encantadora Norma Leandro que destilan complicidad y carisma en los minutos que permanecen en pantalla.

La guinda de este pastel ligero y delicioso la pone el compositor Angelo Badalamenti, habitual del cine de David Lynch y que entrega una banda sonora lírica y desgarradora que se nutre del vals, el jazz o el swing y que es, sencillamente insuperable y disco de cabecera de un servidor desde hace más de quince años.

El mundo es hostil y desagradecido, preñado de injusticias y de horrores y es labor del cine, como manifestación artística, mostrar y denunciar el deplorable estado en el que se encuentra esta sociedad en la que vivimos. Pero también es una fábrica de sueños poblada por gente con encanto que encuentra el amor y la felicidad en una realidad alternativa y luminosa y, para ello, no viene mal que de vez en cuando aparezcan películas como ésta que sin pretender engañar a nadie, nos permitan abrir una ventana para que entre el aire fresco y podamos dormirnos con una sonrisa.

12 comentarios:

sonia f dijo...

No dudo que la peli debe estar bien. De hecho, me la apunto; pero de ahí a decir que Ted Danson tiene encanto...
No sé, eh...

Angel "Verbal" Kint dijo...

Una película preciosa y totalmente de acuerdo...Ted Danson es un tipo con encanto, su Sam Malone es de lo mejor que ha dado la televisión...aún recuerdo cuando alguien le decía a Sam...como puedes llevar una camisa sin un botón y él le contestaba..no no, sino me falta el botón, es que así puedo rascarme la barriga con más facilidad...
Por otro lado tipo raro este Joel S. capaz de joyas como esta, películas interesantes como "Jóvenes ocultos" o "Un día de furia" y por otro lado tonterías horribles como los Batman...

BUDOKAN dijo...

Hola Tarquin, me ha entusiasmado mucho lo que comentas acerca de esta dura película que nos muestra un aspecto que pocas veces se ve en la vida real. Saludos!

Tarquin Winot dijo...

Lo tiene, lo tiene, princesa. Después de verle invitando a bailar a Isabella Rosellini en la última secuencia de la película, volvemos a hablar del tema.

Los Batman del señor Schumacher todavía me producen urticaria. Los actores apenas podían respirar con tanta pluma suelta por el plató.

Gracias, maestro Budokan. Lástima que no entre en el tema de tu blog, porque una reseña tuya de está película debe tener lo suyo.

sonia f dijo...

-debo confesar que el burrito ya está trabajando en la obtención del film-

Tarquin Winot dijo...

No te arrepentirás. Guárdala para una tarde romántica o en la que te sientas especialmente inocente y pizpireta. ;-)

Clara dijo...

El aire fresco creo que me está llegando a mí por la línea de ADSL después de leerle Tarquin.

Ya sé que me paso con poca frecuencia por aquí, pero siempre vuelvo ya lo sabe.

Un saludo!

Tarquin Winot dijo...

No te niego que me gustaría verte más por aquí, pero, lo importante es que nos tengas presentes. Y si generamos aire fresco, mejor que mejor.

nonasushi dijo...

Me encanta esta pelicula, siempre la disfruto mucho

Es de esas que nunca me canso de ver

Saludos

Sett dijo...

Estoy de acuerdo contigo.Ted Danson no es más que un Travoltilla limitado para hacer comedias ligeras,que tuvo la gran suerte de interpretar a Sam en Cheers,y de ahí fue aguantando.

Por cierto,la serie que hechan en Paramount Comedy en la que hace de psiquitra es aburridísima.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

A mí Ted Danson me ha dado siempre... no sé... como grimilla. No me ha llamado nunca la atención ni como galán ni como actor hasta que he visto Damages. Fans del señor Danson, bájense esa serie, que el tipo hace un papelón.

Tarquin Winot dijo...

Tres cuartos de lo mismo, Nona. hace poco salió en DVD y no pude resistir la tentación.

Te recomiendo, Sett, que hagas caso a Lpvdm y no te pierdas el Arthur Frobisser que borda el señor Danson en las serie "Damages". Dinamita pura. Vérás "Un toque de infidelidad" con otros ojos.