lunes, 24 de febrero de 2014

And the Oscar should go to.....

Creo que es la primera vez desde que tengo conciencia de qué son los premios Oscar, que a pocas semanas de la entrega de los galardones más importantes de la industria cinematográfica, tengo totalmente cumplimentado el check-list de las obras e interpretes nominados. Hasta este año, mi lista incluía no menos de dos o tres ausencias, por lo que siempre me resistía a publicar mis vaticinios al carecer de toda la información necesaria para poder opinar en condiciones sobre las nominadas. Si no en todas las categorías, al menos sobre las seis principales, es decir, actores y actrices (protagonistas y secundarios) así como película y director. 

Se pueden imaginar que con lo mucho que me gustan las listas y este tipo de cosas, he cogido al vuelo la oportunidad y, a continuación, les desgrano los que en mi encopetada y humilde opinión, merecerían levantarse al día siguiente del fiestón, con el tío Oscar instalado en la repisa de alguna de las chimeneas de sus mansiones de millones de dólares y que no son otros que los siguientes:
 
Interpretando a un poste telefónico, Fassbender también lo bordaría

Mejor actor secundario: De haber justicia en el mundo, el próximo 2 de marzo, Michael Fassbender debería subir al escenario para recoger el premio por su interpretación del odioso Edwin Epps en "Doce años de esclavitud". Aunque en realidad debería de estar nominado por su clase magistral en "El consejero" y no por este "remake" de lo que hizo Ralph Fiennes en "La lista de Schindler", el alemán es desde mi punto de vista el tipo más versátil que hay en la industria y eso, en estos y en cualquier tiempo, merece un premio. Me da rabia no poder dárselo a un actor tan completo (y tan olvidado) como Jared Leto y su entrañable papel en la sorprendente y muy recomendable "Dallas Buyer Club", pero, la colosal sombra de nuestro germano favorito es difícil de superar. Otra vez será.

Yo estaría preocupada, Jenny. Tarquin dice que gano yo.

Mejor actriz secundaria: Este va a ser el premio más cantado de la noche y, de no ser porque ya recibió uno el año pasado, yo también aplaudiría que Jennifer Lawrence obtuviera el gallifante por su exhibición de registros en "Amercian Hustle". Sin embargo, objetivamente, me parece un exceso y poner en peligro de egocentritis aguda a una excelente actriz, demoliendo así su carrera para el futuro. Por ello y descartando a mi odiada Julia Roberts (Pretty horse woman, maravilloso hallazgo lingüístico que leí hace años en no recuerdo dónde) y su inverosímil nominación, desde esta humilde escombrera y siendo conscientes de predicar en el desierto, proponemos sea entregada la estatuilla a mejor actriz secundaria a la excelsa Sally Hawkins y su creación de la doliente y castigada hermana de Cate Blanchet en "Blue Jasmine". En "El sueño de Casandra", también del amigo Allen, ya me llamó la atención, pero aquí, sencillamente está para ponerla un piso.
Si bebes, no conduzcas. Y menos hacia Nueva Orleans

Mejor actor principal: Si me dejo llevar por mis simpatías personales, el premio iría directo a las manos de Leonardo DiCaprio. Mo puedo evitarlo, desde que le vi parodiarse en "Celebrity" de Woody Allen, el chaval me cayó en gracia y, además, hace suyo un papel tan duro y extremo como el del protagonista de "El lobo de Wall Street" (la escena en el barco con los agentes del FBI es para los anales- con perdón- del cine). Sin embargo y siendo justo conmigo mismo, no puedo dejar de pensar que Leo se repite más que Rubalcaba en una sesión de control parlamentario, de modo que, tras desechar a Christian Bale y a Matthew McConaughey por buscar de manera tan descarada el premio, si de mi dependiera, el británico Chiwetel Ejiofor y su intensísimo e hitchcockiano papel en la, nunca mejor dicho, descarnada "Doce años de esclavitud" sería quien se llevara a casa el galardón.

Ya tengo uno como secundaria, Woody, ¿puedes conseguirme uno como principal?
 
Mejor actriz principal: Si bien, "American Hustle" me ha hecho reconciliarme con la sosa de Amy Adams y también reconocer que, cuando se pone, puede dejar las plateas carbonizadas derrochando sensualidad como si la fueran a prohibir, mi voto iría sin dudarlo un segundo para Cate Blanchett y su deslumbrante trabajo en "Blue Jasmine" el regreso de Woody Allen a la senda de la calidad tras los horrores rodados en Roma y Paris durante los años pasados. Indudablemente, la australiana ha visto muchas veces "Un tranvía llamado deseo" para acometer la empresa, pero, ¿desde cuando es malo inspirarse en las mejores? PD: ¿Es una sensación mía o el gran Woody ha salido ya media docena de veces en la entrada?

¿El mejor plano del año? Sin duda.

Mejor director: El pasado ha sido un año de grandes directores, más que de grandes películas. Cualquiera de los cinco nominados al premio en esta categoría podría llevárselo sin que me quedara sensación de tongo o trilerismo. Alfonso Cuaron, Steve McQueen, Martin Scorsese, David O. Russell y Alexander Payne son cineastas muy distintos, maestros artesanos que gustarán más o menos pero cuyo dominio técnico y habilidad para sacar petróleo de sus actores está fuera de toda duda. He dudado hasta el último momento, pero, finalmente, no he podido evitar decantarme (lo siento Martin)  por el mejicano Alfonso Cuarón y su labor tras la cámara en ese prodigio visual que es "Gravity". El plano inicial, la segunda lluvia de basura cósmica o la bellísima y fetal secuencia en la ISS son monumentos cinematográficos que no deben quedar sin reconocimiento.

Va por ti, Martin. Te lo has ganado a pulso

Mejor película: A punto ha estado en el último momento Alexander Payne de robar el bocadillo a Scorsese, pero creo, y más tras privarle del de mejor director, que el maestro tras "Taxi driver", "After hours" o "Bandas de Nueva York", debería cerrar la velada del próximo dos de marzo subiendo sus 163 centímetros al escenario para recoger su segunda estatuilla. Tras casi cincuenta años haciendo películas, el pequeño genio italoamericano logra con la excesiva, barroca y fascinante "El lobo de Wall Street" su mejor obra desde "Uno de los nuestros", una cinta rompedora y brutal que convierte sus tres horas de metraje en un suspiro manchado de grasa, cocaína, semen y una mala baba que, tal vez, la perjudiquen e impidan, un año más, que quienes realmente lo merecen se lleven al tío de Margeret Herrick a casa. Si así ocurre, Martin, que sepas que yo te lo hubiera dado. Mucha suerte, maestro.

lunes, 10 de febrero de 2014

Feliz cumpleaños, Frank

En febrero de 1974, hacía aparición en el mercado, el número 129 de The Amazing Spiderman, la cabecera principal de nuestro trepamuros favorito. A los lápices, Ross Andru, quien un par de años después dibujaría el mítico "Superman vs the amazing Spiderman". A la máquina de escribir, Gerry Conway, el asesino de Gwen Stacy. En el interior, la primera aparición de quien, con el tiempo, se convertiría en uno de los personajes más populares del mundo del comic, el señor Frank Castle o, como se le conoce en el mundillo, The Punisher y que, junto al mencionado cabeza de red y Daredevil, componen la Santísima Trinidad de superhéroes de quien esto escribe. 

Y eso que, inicialmente, el propietario de la camiseta más chula de todo el Universo Marvel (esa calavera.... Puro glamour, cortesía de John Romita Sr), nació con marchamo de maldad y con la sucinta misión de dar el paseillo al amistoso Spiderman a través de una ensalada de tiros y violencia como pocas veces se había visto antes en el comic. Cierto es que el personaje, sin demorarse mucho, enfila hacía horizontes más nobles, pero lo cierto es que el bueno de Frank siempre ha tenido un acomodo difícil en este mundo de leotardos y máscaras donde lo políticamente correcto es moneda de cambio habitual.

Para los héroes, Punisher es un engranaje desajustado, una perversión, el lado oscuro de su propia existencia, el abismo al que pueden precipitarse si se dejan llevar por sus instintos más básicos. Para los villanos, la blanca calavera de su uniforme es sinónimo de problemas serios, mortalmente serios. Frank no los va a dejar colgando de una tela de araña para la policía sino de una soga para que se retuerzan hasta morir o, en el mejor de los casos, cosidos a balazos. Ni con unos, ni con otros, ni al lado de la ley ni a su sombra, como diría aquel, en el mismo centro de la contradicción.

A Frank no le sobran los amigos en el Universo Marvel.

Cuando Frank se enfunda su camiseta negra y da inicio a su cruzada contra el crimen, Charles Bronson acaba de reventar las taquillas de medio mundo con su película "Death wish", la primera encarnación de Paul Kersey, el hombre que resuelve sus problemas con los criminales a base de pistoletazos, administrando una justicia primigenia, pero, indudablemente, eficaz que adquiere en Estados Unidos carácter de deporte nacional. Marvel, siempre atenta a las mareas, encuentra en la figura de Frank Castle el canal perfecto para subirse al carro: un veterano de Vietnam que ve como su familia es asesinada por unos mafiosos, aprovecha su extraordinaria formación militar para hacer pagar por sus crímenes a los asesinos de su mujer y de sus hijos sellándoles la garantía con plomo. No contento con ello, para evitar que más personas pasen por su mismo trance, da inicio a una cruzada contra el crimen en la que actúa de juez, jurado y ejecutor. Ponganse en situación ¿Como resistirse al personaje? Ya les digo que de ninguna manera.

Desde entonces, Punisher ha dejado un body count que ni la Gran Muralla China, ha disfrutado de hasta tres series simultaneas y ha gozado de una versión "para adultos" en el sello Max, creado ad hoc por Marvel que, de la mano del irlandés Garth Ennis se coloca como uno de los hitos del comic de los últimos años. También le ha dado tiempo a morir un par de veces, ser un angel vengador (palabrita, no es broma) e, incluso, a homenajear a Mary W. Shelley y su mítica criatura en la delirante etapa en la que Rick Remender movía los hilos del personaje. Ha tenido un par de cruces con Batman, se ha partido los morros con casi todos los superhéroes de la casa e, incluso ha llegado a formar parte de los Thunderbolts, repartiendo leña en compañía de Elektra, Masacre o Veneno. El bueno de Frank, incluso, ha tenido sus momentos de gloria en la gran pantalla con tres encarnaciones que, sin ser nada del otro mundo han permitido al amigo Frank escalar en el ranking hasta convertirlo en uno de los tipos más respetados del mercado y, sin duda, de los más populares.

Frankencastle, una de las genialidades de Rick Remender durante su etapa con nuestro hombre.
Ahora que se cumplen 40 años de esa primera y espectacular aparición del torturado Punisher- o Castigador, como le conocimos los que ya peinamos canas y leíamos comics en elos ochenta, el personaje vive una época de transición y anda dando bandazos tras el final de la memorable etapa en Jason Aaron y Steve Dillón para el sello Max y el muy digno colofón que Greg Rurka ha puesto a la serie regular. Se anuncian cambios para Frank e, incluso, un nuevo proyecto cinematográfico que podría sacar a sus admiradores el mal sabor de boca que su paso por la pantalla les ha dejado (¿una idea, amigos de Marvel Studios? Aquí tienen una inmejorable) Ojalá sea así, y tengamos Punisher para muchos años más, porque en buenas manos, el gatillo más fácil de Marvel es un excelente caballo ganador. Muchas felicidades, Frank y bienvenido a los cuarenta.