Creo que es la primera vez desde que tengo conciencia de qué son los premios Oscar, que a pocas semanas de la entrega de los galardones más importantes de la industria cinematográfica, tengo totalmente cumplimentado el
check-list de las obras e interpretes nominados. Hasta este año, mi lista incluía no menos de dos o tres ausencias, por lo que siempre me resistía a publicar mis vaticinios al carecer de toda la información necesaria para poder opinar en condiciones sobre las nominadas. Si no en todas las categorías, al menos sobre las seis principales, es decir, actores y actrices (protagonistas y secundarios) así como película y director.
Se pueden imaginar que con lo mucho que me gustan las listas y este tipo de cosas, he cogido al vuelo la oportunidad y, a continuación, les desgrano los que en mi encopetada y humilde opinión, merecerían levantarse al día siguiente del fiestón, con el tío Oscar instalado en la repisa de alguna de las chimeneas de sus mansiones de millones de dólares y que no son otros que los siguientes:
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Interpretando a un poste telefónico, Fassbender también lo bordaría |
Mejor actor secundario: De haber justicia en el mundo, el próximo 2 de marzo,
Michael Fassbender debería subir al escenario para recoger el premio por su interpretación del odioso Edwin Epps en
"Doce años de esclavitud". Aunque en realidad debería de estar nominado por su clase magistral en
"El consejero" y no por este
"remake" de lo que hizo Ralph Fiennes en
"La lista de Schindler", el alemán es desde mi punto de vista el tipo más versátil que hay en la industria y eso, en estos y en cualquier tiempo, merece un premio. Me da rabia no poder dárselo a un actor tan completo (y tan olvidado) como Jared Leto y su entrañable papel en la sorprendente y muy recomendable
"Dallas Buyer Club", pero, la colosal sombra de nuestro germano favorito es difícil de superar. Otra vez será.
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Yo estaría preocupada, Jenny. Tarquin dice que gano yo. |
Mejor actriz secundaria: Este va a ser el premio más cantado de la noche y, de no ser porque ya recibió uno el año pasado, yo también aplaudiría que Jennifer Lawrence obtuviera el gallifante por su exhibición de registros en
"Amercian Hustle". Sin embargo, objetivamente, me parece un exceso y poner en peligro de egocentritis aguda a una excelente actriz, demoliendo así su carrera para el futuro. Por ello y descartando a mi odiada Julia Roberts (Pretty horse woman, maravilloso hallazgo lingüístico que leí hace años en no recuerdo dónde) y su inverosímil nominación, desde esta humilde escombrera y siendo conscientes de predicar en el desierto, proponemos
sea entregada la estatuilla a mejor actriz secundaria a la excelsa
Sally Hawkins y su creación de la doliente y castigada hermana de Cate Blanchet en
"Blue Jasmine". En
"El sueño de Casandra", también del amigo Allen, ya me llamó la atención, pero aquí, sencillamente está para ponerla un piso.
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Si bebes, no conduzcas. Y menos hacia Nueva Orleans |
Mejor actor principal: Si me dejo llevar por mis simpatías personales, el premio iría directo a las manos de Leonardo DiCaprio. Mo puedo evitarlo, desde que le vi parodiarse en "Celebrity" de Woody Allen, el chaval me cayó en gracia y, además, hace suyo un papel tan duro y extremo como el del protagonista de "El lobo de Wall Street" (la escena en el barco con los agentes del FBI es para los anales- con perdón- del cine). Sin embargo y siendo justo conmigo mismo, no puedo dejar de pensar que Leo se repite más que Rubalcaba en una sesión de control parlamentario, de modo que, tras desechar a Christian Bale y a Matthew McConaughey por buscar de manera tan descarada el premio, si de mi dependiera, el británico Chiwetel Ejiofor y su intensísimo e hitchcockiano papel en la, nunca mejor dicho, descarnada "Doce años de esclavitud" sería quien se llevara a casa el galardón.
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Ya tengo uno como secundaria, Woody, ¿puedes conseguirme uno como principal? |
Mejor actriz principal: Si bien,
"American Hustle" me ha hecho reconciliarme con la sosa de
Amy Adams y también reconocer que, cuando se pone, puede dejar las plateas carbonizadas derrochando sensualidad como si la fueran a prohibir, mi voto iría sin dudarlo un segundo para
Cate Blanchett y su deslumbrante trabajo en
"Blue Jasmine" el regreso de Woody Allen a la senda de la calidad tras los horrores rodados en Roma y Paris durante los años pasados. Indudablemente, la australiana ha visto muchas veces
"Un tranvía llamado deseo" para acometer la empresa, pero, ¿desde cuando es malo inspirarse en las mejores? PD: ¿Es una sensación mía o el gran Woody ha salido ya media docena de veces en la entrada?
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¿El mejor plano del año? Sin duda. |
Mejor director: El pasado ha sido un año de grandes directores, más que de grandes películas. Cualquiera de los cinco nominados al premio en esta categoría podría llevárselo sin
que me quedara sensación de tongo o trilerismo.
Alfonso Cuaron,
Steve McQueen,
Martin Scorsese,
David O. Russell y
Alexander Payne son cineastas muy distintos, maestros artesanos que gustarán más o menos pero cuyo dominio técnico y habilidad para sacar petróleo de sus actores está fuera de toda duda. He dudado hasta el último momento, pero, finalmente, no he podido evitar decantarme (lo siento Martin) por el mejicano
Alfonso Cuarón y su labor tras la cámara en ese prodigio visual que es
"Gravity". El plano inicial, la segunda lluvia de basura cósmica o la bellísima y fetal secuencia en la ISS son monumentos cinematográficos que no deben quedar sin reconocimiento.
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Va por ti, Martin. Te lo has ganado a pulso |
Mejor película: A punto ha estado en el último momento Alexander Payne de robar el bocadillo a Scorsese, pero creo, y más tras privarle del de mejor director, que el maestro tras "Taxi driver", "After hours" o "Bandas de Nueva York", debería cerrar la velada del próximo dos de marzo subiendo sus 163 centímetros al escenario para recoger su segunda estatuilla. Tras casi cincuenta años haciendo películas, el pequeño genio italoamericano logra con la excesiva, barroca y fascinante "El lobo de Wall Street" su mejor obra desde "Uno de los nuestros", una cinta rompedora y brutal que convierte sus tres horas de metraje en un suspiro manchado de grasa, cocaína, semen y una mala baba que, tal vez, la perjudiquen e impidan, un año más, que quienes realmente lo merecen se lleven al tío de Margeret Herrick a casa. Si así ocurre, Martin, que sepas que yo te lo hubiera dado. Mucha suerte, maestro.