sábado, 28 de mayo de 2011

Cinco razones para leer a Fernando Aramburu


1.- Es un todoterreno temático: Afincado en Alemania desde hace más de 25 años, el donostiarra Fernando Aramburu es uno de los grandes tesoros de nuestra literatura. Además de un estilo personal y fluido, heredero en muchos aspectos del mejor Eduardo Mendoza, el autor vasco domina la práctica totalidad de las asignaturas literarias: poesía, teatro, relato corto, novela, libros para niños. Parece imposible que la misma persona que describe con maestría la asfixiante atmósfera que se respira en los pueblos de Euskadi que viven bajo el terror etarra, sea capaz con similar habilidad de convertir un libro de viajes en un relato de humor desquiciado y memorable. Su sentido del ritmo y de las proporciones hace que cada libro de Aramburu respire de un modo distinto y que uno no sepa si tras pasar la página, llorará, reirá a carcajadas o, sin más, quedará sin palabras ante el despliegue lingüístico de su autor.

2- Diseña personajes en tres dimensiones:
Del mismo modo que existen personas a las que basta observar su rostro para albergar recelo, creo firmemente que existen seres humanos a los que su escaparate facial no les traiciona, y que transmiten en alta definición una honradez y una pureza de espíritu que dista mucho de resultar hueca o inexacta sino fiel reflejo de lo que alberga su interior. Fernando Aramburu es una de esas personas y lo que transmite tiene calado en su obra. Sus personajes se pueden "tocar", respiran, son físicos, reales, parecen elevarse de la letra impresa y acompañar al lector durante su paseo por las páginas. El modo en el que se expresan, sus reacciones la manera de interconectarse; todo fluye con naturalidad y el que asiste a semejante espectáculo solo puede enmudecer asombrado y seguir leyendo.

3.- Es el autor del mejor libro del año pasado: Me atrevería a decir, incluso, que es uno de los enclaves indispensables a visitar si uno desea conocer las obras literarias más redondas de lo que llevamos de siglo, pero más vale no crear demasiadas expectativas y arriesgarse al desencanto sobrevenido. "Viaje con Clara por Alemania" es un libro de viajes en el que se explora la geografía matrimonial con el mismo detalle con el que se describe a los alemanes, a sus costumbres y a sus ciudades más emblemáticas. Además de su habitual dominio del lenguaje y la narrativa, Aramburu se revela como un maestro del humor más estrambótico, provocando una sonrisa continuada durante la lectura de sus muchas e insuficientes páginas cuando no un torrente de carcajadas. Desde que lo terminé es uno de mis regalos recurrentes y pocas de mis amistades no cuentan con un ejemplar en sus estanterías. Espero que, como poco, les haya generado tanto placer como a un servidor.

4.- Sus novelas se adaptan a la pantalla...... ¡¡y funcionan!!: No es nada habitual, en la relación entre la literatura y el cine español, pero Aramburu goza de una muy interesante versión para la gran pantalla de una de sus novelas más brillantes."Bajo las estrellas", dirigida hace unos años por Félix Viscarre, adapta muy dignamente "El trompetista de Utopía", su tercera novela. Aunque suavizando sensiblemente los aspectos más crudos de su modelo escrito, la película recoge con éxito el guante de dar carne y hueso al indescriptible protagonista de la obra, Benito Lacunza (excelente Alberto San Juan) y obtiene alta puntuación a la hora de recrear esa atmósfera a medio camino entre la tragedia y la comedia en la que Benito y su hermano se mueven tras la llegada de aquél desde su fracasada carrera musical en Madrid para hacerse cargo de la herencia del padre de ambos. Excelente novela y no menos excelente película.

5.-Lucha con las mejores armas contra el terrorismo y el nacionalismo más radical: Con el libro de cuentos "Los peces de la amargura", Aramburu aplica un foco de inusitada potencia sobre las grises y los marcadamente oscuros esquinazos de lo que significa vivir en el País Vasco y hervir junto a pistoleros y partidarios de pistoleros en el caldo del día a día. A través de una decena de relatos de los que resulta imposible quedarse sólo con uno, Aramburu ofrece una visión terrible y amarga de lo que supone en Euskadi no coincidir ni en forma ni en fondo con quienes asesinan, ni con aquellos que señalan a los que aprietan el gatillo. Como es de imaginar, Aramburu recibe pocas invitaciones para participar en los foros abertzales, pero, como también es de imaginar, esto le importa bastante poco. Han pasado ya cinco años desde la publicación de "Los peces de la amargura", pero poco ha cambiado en el pensamiento de su autor: hace un par de semanas, sin ir más lejos, preguntado acerca de su opinión sobre la situación política en el País Vasco y su aparente calma tras la legalización de Bildu, Aramburu ha seguido demostrando que se afeita la lengua a diario al responder que "nunca he visto un caimán vegetariano. Son animales que comen carne y hoy en día han decidido comer vainas y acelgas democráticas".

viernes, 27 de mayo de 2011

Y la respuesta es...... (VII)


CYRANO DE BERGERAC, DE JEAN-PAUL RAPPENEAU (1990)

La segunda adaptación al cine de la obra teatral de Edmond Rostand resultó ser un importante éxito de crítica y publico. A pesar de una dirección renqueante del amigo Rappeneau, el trabajo de Gerard Depardieu, como el torturado y fascinante Cyrano es verdaderamente brillante (ver la secuencia en el balcón o el famoso monólogo "Me habéis arrancado todos mis laureles") y sostiene una película cuya maravillosa banda sonora es cortesía del también francés Jean Calude Petit.

Nuevamente, Dickson se lleva la medalla de oro y conserva el liderato una semana más. Athena queda en segundo lugar y se guarda tres puntos más a su marcador y Mike Lee obtiene medalla de bronce y dos gallifantes más para la colección. Con un punto se van a dormir Azid Phreak, Kampanilla, Lughnasad, Kinski, Mister Lombreeze (sin pistas. Un fenómeno), Michel, Beethoven y Möbiu.

Nada más, damas y caballeros. Nos vemos en los concursos del fin de semana. Buen viernes y vayan escuchando bandas sonoras que la semana que viene los voy a dejar helados: a ver quien es el guapo que adivina la melodía sin pistas.

miércoles, 25 de mayo de 2011

La melodía escurridiza (VII)


A pesar de no lograr el triplete, Dickson sigue capitaneando la clasificación del concurso con Lughnasad resoplando en su cogote. El pelotón se estira y un primer puesto hoy de alguno de sus perseguidores más tenaces podría poner las cosas al rojo vivo.

Os recuerdo que el objetivo del concurso es averiguar a qué película corresponden los pocos segundos que, cada miércoles incluyo del tema principal de su banda sonora. Hay de plazo hasta el viernes para participar y hasta entonces, la entrada tendrá moderados los comentarios para mantener la intriga y para que quienes hayan dado en hueso en su primer intento puedan seguir intentándolo. Por tanto, sólo aparecerán publicados los comentarios incorrectos: si el tuyo no aparece, sólo te falta saber los puntos que te llevas. El primero en dar con la respuesta correcta obtendrá cinco puntos, el segundo, tres y el tercero, dos, quedando con un punto los demás acertantes.

Ojito con la (bellísima) melodía escurridiza de hoy que es un hueso duro de roer. Los puntos van a costar el hígado, pero, ¿quien dijo que este concurso fuera a ser fácil? Tendré los salvavidas a mano para ayudar a capear la tormenta. Suerte a todos.


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sábado, 21 de mayo de 2011

Desde el desvan: Rozando la perfección


Con motivo de la reciente melodía escurridiza, aprovecho para recuperar "Rozando la perfección", la entrada en la que hablaba de mi enfermiza pasión por "La huella". Se trata de una verdadera antigualla del ladrillo, con casi cuatro años de antigüedad y en esta ocasión, apenas he modificado una coma. Sólo aclarar que la premonición a la que hace referencia el último párrafo obviamente se cumplió y la revisión de la obra que realizó Kenneth Branagh resultó plomiza, risible, fallida y completamente innecesaria.

El fondo tampoco ha cambiado: sigo viendo películas y ninguna alcanza ni de lejos el grado de fascinación que la cinta de Mankiewicz me produce cada vez que la veo. Si con los ardores de la adolescencia y los excesos de la treintena no han logrado destronarla, Olivier, Mankiewicz y Caine (cuando le toque dentro de muchos, muchos años) pueden descansar tranquilos: serán reyes para siempre.

Rozando la perfección (07/08/2007)


Un gran vaso de pis. De tan escatológica y poco afortunada forma despachó Michael Caine a "Sleuth", la obra de teatro de Anthony Saffher que a principios de los setenta triunfaba en los escenarios de Londres. Ironías de la vida, pocos meses después, en 1972, el magnífico actor británico se llevaba su segunda nominación al Oscar por la adaptación cinematográfica de dicha obra de teatro que protagonizó junto a Laurence Olivier y que dirigió Joseph Leo Mankiewick.

Siento adoración por muchas películas. No pasa un año sin que revise total o parcialmente "El padrino", "Un tranvía llamado deseo", "El guateque", "L.A. Confidencial", "Sed de mal", "Cantando bajo la lluvia", "Los puentes de Madison" y un buen puñado más de indiscutibles clásicos. Me gusta recrearme con escenas, diálogos, interpretaciones, momentos estelares y siempre hay algo nuevo que no recordaba claramente o que, con el transcurso del tiempo aprecio de una manera diferente. Pero "La huella" es algo más.


Durante una época la veía entera cada mes, tenía grabado el sonido de la película en una cinta magnetofónica y la ponía como música de fondo mientras leía o mataba marcianitos en el ordenador. Su excepcional banda sonora a cargo del músico británico John Addison se ha convertido en mi Santo Grial particular y continuo mi particular cruzada en localizarla (nota de 2011: misión cumplida).Conozco cada movimiento de cámara, cada frase, cada plano, cada subida de tono. La he visto en castellano, en inglés ¡y en mejicano. En el cine y en el salón de mi casa, en DVD y en VHS. Incluso ahora, ya pasada esa etapa procuro verla, al menos dos veces al año. Dicen que no existe la perfección y yo no soy nadie para enmendarle la plana a tanto sabio que lo mantiene, pero, cinematográficamente hablando, "La huella" es lo más cercano que yo conozco a tan ideal estado.

No es bueno explicar mucho del argumento de esta película. Andrew Wyke, famoso escritor de novelas policíacas (Olivier) invita al pretencioso Milo Tindle (Caine) a pasar un fin de semana en su inmensa mansión. Al poco tiempo, descubrimos que este último, peluquero de profesión, mantiene una relación amorosa con la mujer del histriónico literato. Es el primero de los muchos y sorprendentes giros que regala el espléndido guión redactado a cuatro manos entre el autor del libreto teatral original y el director de la película, el siempre genial Mankiewicz, el cual no se limitó a teclear lo dictado por Shaffer sino que aportó algunas de las grandes ideas de la película, como el laberíntico jardín en el que se desarrollan los primeros minutos de la cinta, las habitaciones plagadas de juegos y autómatas que nos muestran el carácter infantil y perverso del personaje de Olivier o la reconstrucción del personaje de Michael Caine que pasa de ser un judío dueño de una agencia de viajes en el texto teatral original a peluquero italiano en la adaptación cinematográfica con la finalidad de darle un aire más seductor y cosmopolita.

Si el guión es una obra maestra, las interpretaciones no le andan lejos. Tanto Olivier como Caine estuvieron nominados al Oscar por sus interpretaciones y no tengo duda de que si cierto Vito Corleone no hubiera andado por allí el día en el que se dieron los premios, la estatuilla hubiera amanecido en la chimenea de uno de los dos. Como recoge Carlos F. Heredero en su obra homónima sobre Mankiewicz, al principio del rodaje, ambos actores recelaban el uno del otro por su respectivo prestigio en el teatro (Olivier) y en el cine (Caine). Además, las largas parrafadas que ambos personajes tienen durante el metraje provocó más de un dolor de cabeza y lagunas de memoria que no ayudaron , precisamente, a relajar el ambiente. Parece que, finalmente, solucionaron sus problemas, a la vista del auténtico recital que ambos actores ofrecen en las más de dos horas de películas.


Nada de esto hubiera sido posible sin la labor tras la cámara de Mankiewicz en el que fue su último trabajo como director. Con sesenta años cumplidos, el autor de "Eva al desnudo", "Cleopatra" o "La condesa descalza" hace una labor prácticamente perfecta. Nadie ha sabido rodar la palabra como lo hizo el cineasta norteamericano. En todas sus películas, el dialogo es el elemento fundamental. Los personajes se desarrollan a través de la palabra. Sus actos son únicamente consecuencia de lo dicho. Ya lo demostró con creces en sus anteriores películas, pero nunca con mayor maestría que en "La huella". Conseguir que durante más de dos horas no puedas apartar la mirada de la pantalla para seguir a tan magro plantel de actores que además apenas dejan de hablar durante todo ese tiempo, sólo está al alcance de los genios.

Se anuncia ahora una nueva versión de esta obra maestra con el aliciente principal de ver a Michael Caine en el papel que, en su momento interpretó Laurence Olivier con Jude Law retomando el de aquél y Kenneth Branagh el de Mankiewicz. En principio, la idea, aunque innecesaria parece contar con buenos mimbres. Ahora bien, dado el carácter casí sagrado que, para mí, tiene esta película, me planteo seriamente si verla o no cuando la estrenen. Sobre todo sabiendo que la perfección no existe.

viernes, 20 de mayo de 2011

Y la respuesta es...... (VI)


LA HUELLA, DE JOSEPH LEO MANKIEWICZ

"Sleuth" o "La huella", como se conoce en España, el magistral enfrentamiento entre Andrew Wyke (Laurence Olivier) y Milo Tindell (Michael Caine) por dilucidar si la humillación es el camino más corto para llegar al corazón de un hombre, además de la bendición de un director como Mankiewicz goza de una banda sonora deslumbrante cortesía de John Addison. Algunos años después, el compositor británico se haría enormemente popular poniendo música a los casos investigados por la señorita Fletcher (Angela Lansbury) en la serie "Se ha escrito un crimen".

En esta ocasión, ha sido Marguis la medalla de oro, seguida muy de cerca por Scotty y por Mike Lee que obtienen dos y tres puntos respectivamente. Tampoco vuelven a casa con las manos vacías ni Möbius, ni Athena, ni Dickson ni Lughnasad ni Sushi de Anguila (impagable seudónimo, por cierto) que engrosan sus marcadores con un punto adicional.

Nos vemos en los concursos del fin de semana de Lughnasad, Scotty, Crowley y Athenea, damas y caballeros.

miércoles, 18 de mayo de 2011

La melodía escurridiza (VI)


Importante entrega la de esta semana. Tras dos victorias consecutivas, Dickson tiene hoy la oportunidad de hacer triplete y llevarse una bonificación adicional que lo haría poner tierra de por medio con el resto. No lo va a tener fácil ya que tras dos jornadas de reflexión, una por heredera, hoy entramos ya en campaña musical y complicamos un poco el asunto.

Os recuerdo que el objetivo del concurso es averiguar a qué película corresponden los pocos segundos que, cada miércoles incluyo del tema principal de su banda sonora. Hay de plazo hasta el viernes para participar y hasta entonces, la entrada tendrá moderados los comentarios para mantener la intriga y para que quienes hayan dado en hueso en su primer intento puedan seguir intentándolo. Por tanto, sólo aparecerán publicados los comentarios incorrectos: si el tuyo no aparece, sólo te falta saber los puntos que te llevas. El primero en dar con la respuesta correcta obtendrá cinco puntos, el segundo, tres y el tercero, dos, quedando con un punto los demás acertantes.

Seguro que me hacéis quedar mal y la acertáis en un periquete, pero, en cualquier caso, suerte y a por ella.

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sábado, 14 de mayo de 2011

Y la respuesta es...... (V)


EL CABO DEL TERROR, DE J. LEE THOMPSON (1962)

El gran Bernard Herrman, que entre otras lindezas compuso los temas principales para "Ciudadano Kane", "Psicosis" o "Con la muerte en los talones" es el autor de la melodía escurridiza de esta semana. Martin Scorsese, que con "El cabo del miedo" (1991) revisó con su habitual maestría este este thriller de principios de los sesenta, utilizo esta inquientante partitura que encaja como una guante en el terrible enfrentamiento entre Max Cady (Robert Mitchum en el original, Robert de Niro en la versión de 1991) con Sam Bowden (Gregory Peck y Nick Nolte, respectivamente) el abogado que lo defendiera sin mucho éxito algunos años antes.

Con el desbarajuste que ha habido en Blogger estos dos últimos días, la verdad es que no sé si alguno habrá acertado y no habrá quedado constancia. Según cuentan, todos los mensajes que se hayan dejado terminarán por publicarse por lo que puede haber algún ligero cambio. Por el momento, lo que si queda claro es que Dickson vuelve a llevarse la medalla de oro y de resultar ganador la semana que viene, obtendría cinco puntitos más que lo separarían sensiblemente del resto. Tripi queda en segundo lugar y se guarda tres puntos más a su marcador y Lughnasad obtiene medalla de bronce y dos gallifantes más para la colección. Con un punto se van a dormir Möbius y Kinski.

La semana que viene ya les voy avisando que se lo voy a poner algo más difícil porque he tenido que pedir un préstamo de puntos y ya saben como andan los tipos de interés.

miércoles, 11 de mayo de 2011

La melodía escurridiza (V)



No vamos a llegar al extremo de la semana pasada, pero creo que la melodía que he escogido para esta quinta entrega del concurso tampoco puede decirse que sea un campo de minas. Nuevamente, la velocidad será la clave para llevarse los premios más jugosos.

Os recuerdo que el objetivo del concurso es averiguar a qué película corresponden los pocos segundos que, cada miércoles incluyo del tema principal de su banda sonora. Hay de plazo hasta el viernes para participar y hasta entonces, la entrada tendrá moderados los comentarios para mantener la intriga y para que quienes hayan dado en hueso en su primer intento puedan seguir intentándolo. Por tanto, sólo aparecerán publicados los comentarios incorrectos: si el tuyo no aparece, sólo te falta saber los puntos que te llevas. El primero en dar con la respuesta correcta obtendrá cinco puntos, el segundo, tres y el tercero, dos, quedando con un punto los demás acertantes.

Lughnasad y Dickson comparten liderato con María y Mike Lee pisándoles los talones. Algo más retrasado va el resto, pero como diría una buen amiga mía, "el concurso está en pañales". Suerte a todos.



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sábado, 7 de mayo de 2011

Y la respuesta es...... (IV)


DESAFÍO TOTAL (1990), DE PAUL VERHOEVEN

Tras el taquillazo que supuso "Robocop", el controvertido Paul Verhoeven rodó esta espectacular cinta de ciencia ficción a la que Jerry Goldsmith puso tremenda banda sonora, "inspirándose", tal vez demasiado, como apunta el amigo Lombreeze, en la música creada unos años antes por Basil Poledouris para "Conan, el barbaro". Además de ver a Schwarzenegger repartir mamporros a diestro y siniestro, los espectadores pudimos disfrutar de la breve pero intensa aparición de la bella Sharon Stone. Poco después, la actriz convertiría las plateas de medio mundo en caldo con su interpretación en "Instinto básico", también a las órdenes de Verhoeven.

Como era de imaginar dada la popularidad de la melodía de esta semana, ha acertado casi todo el mundo, pero el más rápido, una vez más, ha sido Dickson que, por consiguiente, se lleva los cinco puntos de rigor. El segundo premio pasa al casillero de Mike Lee y María obtiene medalla de bronce por un par de minutos. Enhorabuena también a Michel, Tripi, Lughnasad, Marguis, Mr Lombrezze, Javier G. Pasamón, Yorick, Möbius y Scotty que se llevan a casa un puntito.

Nos vemos en los concursos del fin de semana de Lughnasad, Scotty y Crowley, damas y caballeros.

miércoles, 4 de mayo de 2011

La melodía escurridiza (IV)


Entramos en la cuarta entrega de la melodía escurridiza y Lughnasad capitanea la clasificación, como podéis ver desde hace un par de días en el lateral del blog. La melodía de hoy es muy fácil. Demasiado, en mi opinión., pero las herederas me tienen el corazón en carne viva y me he levantado magnánimo. Esta semana la clave está en ser como el padre de Julio Iglesias, es decir, un "sputnik".

Os recuerdo que el objetivo del concurso es averiguar a qué película corresponden los pocos segundos que, cada miércoles incluyo del tema principal de su banda sonora. Hay de plazo hasta el viernes para participar y hasta entonces, la entrada tendrá moderados los comentarios para mantener la intriga y para que quienes hayan dado en hueso en su primer intento puedan seguir intentándolo. Por tanto, sólo aparecerán publicados los comentarios incorrectos: si el tuyo no aparece, sólo te falta saber los puntos que te llevas. El primero en dar con la respuesta correcta obtendrá cinco puntos, el segundo, tres y el tercero, dos, quedando con un punto los demás acertantes.

Semana para inagurar casillero, señores. Ánimo y a por ella.



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