viernes, 30 de diciembre de 2011

Y la respuesta es....... (XXV)


LA GRAN EVASION, DE JOHN STURGES (1964)


El eficiente John Sturges recoge una historia verídica ocurrida durante la segunda Guerra Mundial- la multitudinaria huida que tuvo lugar en el campo de prisioneros de Stalag Luff III- y presenta al mundo un espéctaculo de aventuras que marca las pautas de lo que debe ser una "película de evasiones". Para ello, quien dirigiera "Los siete magníficos" se rodea de un reparto para enmarcar encabezado por Steve Mc Queen- en uno de los papeles que lo consagraron para el cine, cortesía de una pelota de beisbol y una moto- y aprieta el acelerador para que las tres horas de metraje pasen con la misma velocidad con la que los presos cavan túneles o engatusan a sus carceleros.

Cierto es que durante el primer tramo de película, la prisión parece más un jardín de infancia y que el nivel de candidez de algunos soldados alemanes rivaliza con el de Calimero (atención al modo en el que James Garner se hace con la cartera de uno de sus carceleros), pero eso no impide al espectador disfrutar como un loco con el modo en el que los prisioneros planifican y ponen en marcha su ambicioso plan de huida. Además, no hay que tener prisa por sufrir, para eso ya está la segunda parte que, sinceramente, parece otra película a juzgar por el radical cambio atmosférico de la cinta que pasa de luminoso y sin nubes a profundamente borrascoso.En cuanto a la banda sonora, enésima aparición del inconmensurable Elmer Bernstein en el concurso y, como en las anteriores ocasiones, nueva partitura maestra para un clásico indiscutible de la historia del cine.

En esta última entrega del concurso, ha sido, cómo no, Athena quien se lleva los cinco últimos puntos del año y cumple su objetivo de alcanzar la centena con su enésimo triplete. A Lughnasad le corresponde la plata y pone la guinda a un ejercicio magnífico mientras que Mike Lee con los dos puntos obtenidos esta semana consolida el podium por el que tanto ha luchado. Por último, Kinski, Michel, Tripi y María con el punto acumulado hoy presentan sus credenciales para la próxima edición de "La melodía escurridiza".

Por tanto y tras los últimos puntos repartidos, la ganadora del concurso ha sido, como era conocido desde hace meses, la inconmensurable Athena que ha hecho una campaña deslumbrante encadenando victoria tras victoria y fulminando a sus perseguidores a base de tripletes. La plata ha correspondido al maestro Lughnasad, que ha aguantado el tirón de Athena y ha podido imponerse finalmente a Dickson y a Mike Lee en su particular batalla por alcanzar el segundo puesto. Finalmente, y con emoción hasta el último instante, el artífice de What's de rumpus, el gran Mike Lee ha logrado hacerse con el bronce tras sangriento combate con Dickson y sin que la dificultad de la empresa le haya restado el ánimo en ningun momento.

Enhorabuena a todos ellos y una "standing ovation" a los ganadores y a todos los demás que habeis convertido este concurso en una experiencia de primera categoría para quien esto suscribe. Gracias a todos por participar y os recomiendo que vayais tomando energías para la edición del año que viene. Feliz 2012 para todos y no olviden permancer atentos al ladrillo.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

La melodía escurridiza (XXV)


"La melodía escurridiza" llega a su fin precisamente el mismo día que quien la creo- y quien, además regenta esta parcelita de la blogosfera- traspasa la linea de meta para las cuarenta navidades. Y como a servidor, eso de cumplir años le pone de un fantástico humor - me podéis llamar conformista, pero siempre he preferido acumular años en mi casillero antes que no llegar a hacerlo- he encerrado bajo cuarenta llaves a mi lado oscuro y la maldad con la que pensaba poner punto final al concurso ha quedado pospuesta para la inauguración de la segunda temporada (allá por marzo del año que viene, probablemente) que vendrá cargada de novedades tanto en lo que al enigma se refiere, como a las pistas y al sistema de puntuación. Ya seguiremos informando.

Os recuerdo que el objetivo del concurso es averiguar a qué película corresponden los pocos segundos que, cada miércoles incluyo del tema principal de su banda sonora. Hay de plazo hasta el viernes para participar y hasta entonces, la entrada tendrá moderados los comentarios para mantener la intriga y para que quienes hayan dado en hueso en su primer intento puedan seguir intentándolo. Por tanto, sólo aparecerán publicados los comentarios incorrectos: si el tuyo no aparece, sólo te falta saber los puntos que te llevas. El primero en dar con la respuesta correcta obtendrá cinco puntos, el segundo, tres y el tercero, dos, quedando con un punto los demás acertantes.

No más preámbulos, damas y caballeros. Con todos ustedes, la última melodía escurridiza del año que, si bien, no es complicada si la comparamos con la que estaba prevista, dista mucho de ser "para todos los públicos". Mucha suerte y nos vemos el viernes con la clasificación definitiva de esta primera edición del concurso. 

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martes, 20 de diciembre de 2011

La melodía escurridiza: premios.



Y es que andaba yo, divagando sobre la maldad con la que cerrará sus puertas esta edición del concurso, cuando he escuchado una pregunta que me ha hecho bajar de las nubes con la misma rapidez con la que baja el prestigio de las Agencias de Calificación: "Pero, ¿ya has informado a estos muchachos de lo que pueden llevarse si obtienen medalla, alma de cántaro".

Únicamente tras blasfemar en élfico, besar nuevamente los pies de la bella Señora Winot- quién si no ella podría haberse dado cuenta de este pequeño detalle- y flagelarme hasta el hueso con las obras completas de Pilar Urbano, me he dado cuenta de que, a pesar de semejante olvido, habéis seguido concursando- por amor al arte, podríamos decir- gastando vuestras energías y perforando vuestros tímpanos sin saber siquiera si el premio iba a ser un palote de caramelo, mi instrumento de flagelación o un par de babuchas. Dicen que uno solo participa en un juego si sabe lo que puede ganar. Hasta en eso, los que participáis en "La melodía escurridiza" os salís de los patrones marcados.

De modo que para agradecer esta desinteresada filiación al ladrillo, el clan Winot tira la casa por la ventana y presenta una colección de premios para los tres primeros puestos de la clasificación a la altura de sus participantes:
 
 
   
Edición 50 aniversario en Blu-ray de "Con la muerte en los talones": La película fue el enigma número IX del concurso y su grandeza sólo ha mejorado con esta edición completamente restaurada a la que se le han añadido una colección de documentales y material inédito que deja con la boca abierta.
 



  
  

John Barry. Moviola: Imprescindible disco en el que el propio Barry toma la batuta de la Royal Philarmonic Orchestra y pasa revista a sus temas más conocidos, además de presentar"Moviola",partitura creada especialmente para la ocasión. La primera entrega del concurso va a concluir y parecía pecado que este gran compositor no hicera aparición aunque fuera en los postres. 







Diccionario de bandas sonoras, de Joan Padrol: Todo lo que usted quiso saber sobre las bandas sonoras y no le apeteció buscar en internet está oculto en las páginas de esta obra del historiador barcelonés, auténtica eminencia en el tema y, por lo que se deduce de sus páginas, pozo sin fondo de cultura cinéfilo- musical. 





El orden en el que aparecen expuestos es completamente aleatorio y no obedecen al criterio de entrega de los mismos, sino al sistema de elección de los mismos, de tal modo que el primero elegira el primero, el segundo escogera entre los que queden y el tercero obtendrá el que los anteriores hayan dejado sin dueño. Una vez terminado el concurso, publicada la respuesta y consolidado el trío de ganadores de "La melodía escurridiza", deberéis mandarme un e-mail con los premios ordenados por preferencia para que pueda repartirlos correctamente entre vosotros.

Ya que, a la vista está, no habéis estado participando en el concurso por los regalos, espero que, una vez que ya los sabéis, al menos, os gusten. Feliz Navidad a todos y nos vemos en una semana.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Y la respuesta es ...... (XXIV)


EL HIJO DE LA NOVIA, DE JUAN JOSE CAMPANELLA (2001)

"El hijo de la novia" es una de las pocas películas que he visto en el cine más de una vez. Concretamente han sido tres las veces que servidor ha pasado por taquilla para disfrutar de esta maravillosa,emotiva, enternecedora y gamberra historia de amores cruzados e inmunes a la enfermedad, el trabajo o las clases sociales: la primera vez fue cautivado por los halagos desmesurados que la crítica la dedicaba, la segunda para cerciorarme de que mis sentidos no me habían enredado el pensamiento y que la película era tan brillante como me había parecido y la tercera porque la bella Señora Winot no la conocía y, si íbamos a construir algo juntos, esa carencia debía de cubrirse.

Un guión ágil, intenso, plagado de situaciones y diálogos memorables que Ricardo Darín, Hector Alterio y, sobre todo, la deslumbrante Norma Leandro, cocinan para el espectador, que no sale de su asombro. Una dirección de Juan José Campanella-  de una manera discreta, en voz baja, podríamos decir, el realizador  argentino ha construido una filmografía que debería ser la envidia de medio mundo-  delicada, que mima a los actores y los deja deslizarse por el metraje para que nos parezca contemplarlos desde el otro lado de la calle y no desde una platea. Una música sublime, de una belleza excelsa cortesía del compositor vasco Angel Illarramandi que al compás de una canción de cuna, pone corona de diamantes a esta delicia cinematográfica que no hay que dejar pasar.

Empeñada en alcanzar los cien puntos y en culminar la temporada con un triplete, nuestra amiga Athena ha sido la primera en acertar el enigma de esta semana y, en consecuencia, acumula cinco puntos más en su abultado casillero. La plata es, en esta ocasión, para el gran Mister Lombreeze que se encarama a los quince puntos mientras que Mike Lee, con los dos puntos obtenidos esta semana, da un paso muy importante hacia el tercer puesto, aunque en la última edición del año está obligado a puntuar. Finalmente, suman un gallifante más, Daniel, Michel y Lughnasad

En dos semanas, amigos míos, la jornada final del concurso. ¿Alcanzará Athena los 100 puntos? ¿Logrará Mike Lee salir victorioso de su batalla contra los fantasmas? Pocas horas antes de terminar el año, tendremos la respuesta a ésta y otras preguntas. Hasta entonces, disfruten de la vida y permanezcan atentos al ladrillo.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

La melodía escurridiza (XXIV)


El concurso está a punto de llegar a su final y aún hay mucho por decidir- salvo el primer puesto, ese está muy claro desde hace meses. Lughnasad tiene todas las papeleteas para hacerse con el segundo puesto, pero cualquier resbalón puede poner la plata a los pies de Mike Lee, el cual no debería despistarse, porque, de no estar fino y empatar con Dickson, el tercer puesto sería para nuestro Cid Campeador particular, que lo batiría por número de victorias. Tampoco conviene descartar la posibilidad de que el propio Dickson salga de su letargo y acuda a enredar la madeja en estas dos últimas jornadas. De modo que atentos, que la ruleta aún debe de dar varias vueltas más.

Os recuerdo que el objetivo del concurso es averiguar a qué película corresponden los pocos segundos que, cada miércoles incluyo del tema principal de su banda sonora. Hay de plazo hasta el viernes para participar y hasta entonces, la entrada tendrá moderados los comentarios para mantener la intriga y para que quienes hayan dado en hueso en su primer intento puedan seguir intentándolo. Por tanto, sólo aparecerán publicados los comentarios incorrectos: si el tuyo no aparece, sólo te falta saber los puntos que te llevas. El primero en dar con la respuesta correcta obtendrá cinco puntos, el segundo, tres y el tercero, dos, quedando con un punto los demás acertantes.

Seguimos en niveles altos de dificultad, pero, al menos, esta semana no hay lugar para el equívoco: la bella melodía escogida para esta semana es única e incomparable.... aunque no inconfundible, de ahí la dificultad, claro. Suerte y a por ella.

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miércoles, 7 de diciembre de 2011

En otras palabras: Beethoven

 La sección "En otras palabras" nació en marzo del año pasado ("Invitación formal") con la idea de presentar un espacio en el que los habituales comentaristas del ladrillo tuvieran la oportunidad de colocarse al otro lado del espejo a través de un texto, artículo ,entrada, post o como quiera uno llamar a lo que nutre las bitácoras de todo el mundo. Por aquel entonces, la mayor parte de quienes seguían habitualmente el blog administraban páginas ligadas directa o indirectamente al cine, de modo que, otro de los requisitos que pedía era que la temática se alejara de la que los participantes trataban en sus reino.

Pero las nuevas incorporaciones fueron ampliando el espectro y finalmente, resultó indiferente el tema a tratar ya que la mayor parte de las nuevas incorporaciones no pertenecían a un segmento concreto.Gracias a esta sección del ladrillo  pudimos descubrir facetas desconocidas de autores de la calidad de Azid Phreak, Angel, Ramón Cinemadreamer, Mister Lombreeze o Mike Lee que enriquecieron estás páginas con sus excelentes aportaciones.

Retomo hoy la sección y, simultaneamente formulo nuevamente la invitación a cuantos me regaláis vuestra presencia en la escombrera de ladrillo para colaborar en la misma a través de vuestro textos. A quien le apetezca, disponga de tiempo suficiente o no tenga suficiente con lo que escribe en el propio, puede mandar su texto a clanwinot@hotmail.com y más pronto o más tarde, tendrá la oportunidad de verlo publicado y unir su nombre a los ilustres predecesores referidos anteriormente.

Y, para empezar, tenemos la suerte de contar con una perla cortesía del gran Beethoven a quien me une un reciente, pero muy sólido lazo que se asienta, por una de esas carambolas del destino, no solo en la empatía y en los gustos comunes- las ideas políticas no, como hemos comprobado recientemente- sino en un muy curioso vínculo familiar desconocido hasta hace apenas un año y del que hablaré largo y tendido tan pronto encuentre el tiempo suficiente para dedicarle el mimo que se merece tan rocambolesca historia. Disfrútenlo porque merece la pena.



BEETHOVEN Y LA SRA. W.

Hace ya un tiempo, en una publicación de mi ciudad, publiqué (en gallego) un artículo bajo el título arriba indicado. Acogiéndome a la generosidad del Sr. Winot, que me ofrece su tribuna, retomo ahora, con algún comentario nuevo, lo que entonces escribí.

Me hacía eco, en aquel texto, que en un suplemento dominical había podido leer una entrevista con una tal Sra. Westwood, "excéntrica diseñadora de moda" (así la calificaba el periodista), de visita en el domicilio londinense de otra señora, gallega de nación, conocida como "lady F". Pero no es de esta última, muy prudente en sus intervenciones, de la que entonces nos ocupamos, sino de la primera.

Se nos decía en aquella entrevista que la Sra. W., antigua maestra, luego musa del punk y en ese momento diseñadora, había convivido con uno de los líderes del grupo punk británico Sex Pistols, que conformaron, entre otros, el vocalista Jhonny Rotten, el bajista Sid Vicious, que moriría pocos años después, víctima de una sobredosis, o Malcom McLaren, el compañero de la Sra. W. La canción más famosa de este grupo, recordarán, fue "Good Save the Queen" (la versión moderna del himno británico), en la que hacían una sátira de la reina británica, Isabel II. Pero resulta (sería consecuencia del paso de los años, o que no hay nada como que te den un título de dame) que, en la entrevista, la Sra. W. se declaraba gran admiradora de la susodicha monarca.

Supongo que nadie ignora que el punk fue aquel estilo que se caracterizaba por una llamativa imagen física y atrevida indumentaria (cortes de pelo con cresta, imperdibles y otros elementos punzantes clavados en las carnes, camisetas y pantalones rotos, adornos de cadenas, etc), y tocar una música que, en la mayor parte de los casos, consistía en perpetrar un par de acordes de guitarra y, gracias a la maravilla de la distorsión, producir mucho, mucho ruido (probablemente porque, cuanto más ruido, menos se aprecian los fallos). Pero, siendo justos, también formaron parte de este movimiento grupos, como The Clash, que realizarían discos de verdadera calidad.

Aunque pudiera parecerlo por la descripción que acabo de hacer, no tengo nada en contra del punk. Incluso puedo sentir cierta simpatía con su denuncia crítica de ciertos valores burgueses y reaccionarios, -expresada en muchas de las letras del cancionero punk-, aunque, personalmente, no me haya interesado su estética, como no me interesa, en general, el mundo de la moda. Lo que no me parece coherente, -más bien es patético- es que, luego de haber defendido ese ideal con mezcla de varios "ismos", se acabe, como le sucede a la Sra. W., totalmente integrada y deglutida por el sistema que antes criticaba y, además, queriéndonos hacer comulgar con ruedas de molino, vendiéndonos la idea de que, en el fondo, seguía (por lo menos en lo que respecta a la moda) defendiendo aquellos sueños rupturistas (aunque los referentes artísticos que citaba en la entrevista como inspiradores de su "moda" (por llamarle de alguna manera), son no solo burgueses, sino incluso los de la aristocracia más vacua del siglo XVIII, aquella que vivía en un lujo exagerado sustentado por la miseria de los trabajadores, -clase proletaria de la que, por cierto, decía proceder la Sra. W.-; lujo que representan muy bien las pinturas de Watteau y Fragonard, unos de los artistas de cámara en los que se inspiraba nuestra modista.

Después de este prolegómeno, se preguntarán ustedes a qué viene lo de “Beethoven y la Sra. W.” La explicación es la siguiente: en la citada entrevista, sentenciaba, nada más y nada menos, que era partidaria de borrar, de la historia de la cultura universal, a Beethoven. No decía que no le gustara Beethoven, no, -que sería perfectamente respetable-, sino que lo borraría porque, -afirmaba la Sra. W. toda convencida de su boutade-, el músico alemán "es kischt, terriblemente predecible, y su música me da miedo". Y continuaba: "es tan malo como los Beatles".

Supongo que saben que la traducción de kitsch sería "hortera". Es decir, según nuestra Atenea rediviva Beethoven sería un músico hortera, predecible (compositor, pues, de una música vulgar, sin ninguna originalidad), que además amedrenta (cuando menos, a las musas punk).

Tengo que confesar que soy un beethoveniano convicto y confeso, y que para mí es el músico más grande de la historia (el guardián del Templo de la Música, que dirían los esotéricos); un hombre dedicado al ideal de la libertad y la fraternidad (tan bien expresado en la Novena Sinfonía), un hombre íntegro. Un compositor cuya música es cualquier cosa menos predecible, porque se adelantó a su tiempo. Pero también amo la música de Bach, Haydn o Mozart, de Bartok y Shostakovich, de Satie y Schubert, de Brahms y Arvo Pärt, o Pink Floyd, Jimmy Hendrix, Bob Marley, Bob Dylan, Carlos Gardel, Silvio Rodríguez, Joy Division o U2..., es decir, la música en la que aprecio calidad; desde luego, también la de los Beatles. Lo que si tengo claro es que, salvo algunas excepciones, como ya cité, el punk no se caracterizó precisamente por su calidad musical (tampoco lo pretendía, creo). Sin embargo, no se me ocurriría decir que habría que borrarlos de la historia de la cultura; entre otras cosas, porque la historia no depende de nuestra opinión personal, sino de la de muchas generaciones a lo largo del tiempo. Todos sabemos que la fama puede ser efímera: hoy, por ejemplo, conocemos al violinista Kreutzer, muy célebre en su tiempo, gracias a que Beethoven le dedicó una sonata para violín y piano que el vanidoso virtuoso, sin embargo, no se dignó estrenar; pero de no ser por esa obra, nadie se acordaría de él. Y así han pasado con otros músicos, novelistas, pintores...

Será el tiempo, pues, quien decida si la música punk, o la diseñadora Sra. W., son dignos de figurar en la historia de la cultura o de sucumbir en el océano del olvido.

La única explicación que encuentro es que el oído de la Sra. W, después de tanto punk, quedase seriamente dañado.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Y la respuesta es.... (XXIII)


RE-ANIMATOR, DE STUART GORDON (1985)

Al compositor  norteamericano, Richard Band le llovieron los exabruptos, las críticas e, incluso las amenazas de muerte, por la partitura que compusiera para "Re- animator", un delirio gore dirigido por Stuart Gordon a mediados de los ochenta y que ha servido de primer acto para la coda final del concurso. Las razones de semejante avalancha de improperios es la ligereza con la que el compositor "homenajeo/ se inspiró/ copió directamente" los pentagramas que Bernard Herrman creara para la obra maestra de Alfred Hitchcock, "Psicosis". Con una flema más grande que el Cañón del Colorado, Band llegó a declarar que él no tenía la culpa de que la melodía cuadrara tan exactamente con las imágenes de la película.

Para quienes nacimos a principios de los setenta y como bien dice Lughnasad, "Re-animator" marcó nuestra juventud. La desquiciada adaptación del relato corto "Herbert West, reanimador", escrita por el gran H.P. Lovercraft, era un espectáculo tan poco habitual para la época, tan extremo y sangriento y al mismo tiempo tan divertido y apasionante que para quienes por entonces andábamos en los picores de la juventud, fue difícil no dejarse arrastrar por la irreverencia, la provocación y el humor negrísimo que destilaba sin pausa el espectáculo que Gordon, Band y el gran Brian Yuzna (sus brillantes efectos especiales aguantan con holgura el paso del tiempo) presentaban a su alborotada y hormonal audiencia.

Y tras varias semanas alejada de la medalla de oro (algo nada habitual en ella), esta semana, Athena retoma su papel de "ganadora nata" y enfila hacia los 100 puntos añadiendo cinco más a su abultado casillero. Lughnasad da un paso de gigante hacia el segundo puesto y comienza a consolidarse en él con su plata de hoy. La tercera plaza es en esta ocasión para Charlie Furilo que para debutar a estas alturas del concurso entra con fuerza inusitada. Por último, Michel y Mike Lee arañan un puntito adicional y continúan el ascenso hacia los puestos de cabeza.

Tomen fuerzas durante la "semana de reflexión". La melodía que se fragua en mis calderas ya no va a ser esquiva o retorcida, sino complicada, dura de digerir, como un bocadillo de tuercas. Seguro que os encanta. Saludos a todos y gracias por participar.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

La melodía escurridiza (XXIII)



Como os anuncié hace un par de semanas, comienza el tramo final del concurso y los tres obstáculos que quedan por delante prometen hacerlo sumamente interesante. Si alguien ganara las tres melodías que faltan sumaría cinco puntos adicionales en forma de triplete, por lo que, en realidad, quedan aún veinte puntos por disputar. Esto convierte la carrera por el segundo y tercer puesto en una noria que aún debe de dar muchas vueltas.

Para empezar, esta semana triunfa mi lado más oscuro y os presento una melodía que, más que escurridiza, es equívoca. Muy equívoca, en realidad, verdadero trilerismo musical. Estuve a punto de incluirla a mitad de concurso, como una broma, pero, finalmente, he decidido colocarla como primera muralla de la trilogía final del mismo y experimento para premiar a quien lea la entrada antes de precipitarse sobre el reproductor (son pocas lineas pero las escribe uno con mucho cariño- jejejejeje.....). Mucho ojo ya que parece lo que no es y, tal vez, no sea beneficioso fiarse de la primera impresión. Parece muy conocida, pero puede no serlo tanto.

Os recuerdo que el objetivo del concurso es averiguar a qué película corresponden los pocos segundos que, cada miércoles incluyo del tema principal de su banda sonora. Hay de plazo hasta el viernes para participar y hasta entonces, la entrada tendrá moderados los comentarios para mantener la intriga y para que quienes hayan dado en hueso en su primer intento puedan seguir intentándolo. Por tanto, sólo aparecerán publicados los comentarios incorrectos: si el tuyo no aparece, sólo te falta saber los puntos que te llevas. El primero en dar con la respuesta correcta obtendrá cinco puntos, el segundo, tres y el tercero, dos, quedando con un punto los demás acertantes.

No perdamos tiempo: la dificultad es elevada, pero el premio también lo es, de modo que suerte y a por ella.
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miércoles, 23 de noviembre de 2011

Sin cariño ni respeto.

 
Un buen amigo acostumbra a cerrar sus comentarios más cáusticos y mordaces con una coletilla que se ha instaurado como hasthag entre nosotros y que es patrimonio de todos aquellos que lo conocemos y tratamos. "Desde el cariño y el respeto" es la frase que suele poner el capuchón a diatribas contra una determinada forma de pensar, una película que provoca urticaria o unas zapatillas que no cumplen los mínimos requisitos que dicta el estilo y el buen gusto. Con ella, quien la coloca detrás de un litro de vitriolo verbal, manifiesta su disconformidad frente a algo hecho, dicho o perpetrado sin, por ello, perder la perspectiva de que quien es sujeto activo de tales comportamiento no deja de ser un buen amigo o una persona digna de confianza o estima. 

Teniendo en cuenta estas circunstancias y que esta entrada pretende servir de anhelado punto y final,a las muchas y muy críticas que en los últimos años un servidor ha dedicado al presidente saliente de este país en ruina creo que nadie se va a sorprender si digo que no existe posibilidad alguna de utilizar la conocida frase al final de este texto.

No hay cariño a pesar de que lo hubo al principio. Confieso que las primeras decisiones del presidente, especialmente la salida de Irak, me parecieron sumamente coherentes con cuanto anunció en la campaña electoral. Recuerdo escuchar a Jiménez Losantos recomendar a Rajoy tras la primera entrevista concedida por el presidente ( a la Cope... casi nada) que no lo subestimara y que le diera el peso específico de un contrincante formidable. Aquello me gustaba, me generaba ilusión y me hacía reverdecer la confianza en las siglas que dejaron de representarme durante los últimos años de Felipe González. Pero pronto empezó el carnaval y el cariño se tornó en sorpresa (la baraja de los estatutos de autonomía), la sorpresa en la incredulidad (la negociación con ETA) y la incredulidad en indignación (la crisis y su tratamiento,o, por mejor decir, la falta del mismo).

Y tampoco hay respeto porque el presidente ha traicionado lo único que nunca debe traicionar un político y que no es otra cosa que la confianza. "España no se merece un gobierno que mienta" anunció Rubalcaba hace ya varios años y Aznar salió por la puerta que atraviesan quienes mancillan la verdad con embustes y artimañas innobles. Ahora le ha tocado el turno al presidente, que ha convertido la mentira en la insignia de una legislatura en la que con burdo e inverosímil cinismo se ha faltado a la verdad de todas las formas posibles: negando la evidencia, haciendo trampas en las cuentas o, sencillamente, acusando de falsarios y saboteadores a quienes nos negábamos a creer las inconcebibles sandeces con las que se nos pretendía hacer comulgar. Lo ha hecho de manera directa, siendo a la vez artífice y emisor de la patraña, pero tampoco ha dudado en utilizar a otros (mediocres y sectarios en su amplia mayoría, botarates diplomados atentos a la consigna de turno para estrechar el círculo y acercarse al líder. De estos, el presidente ha dispuesto en abundancia) para esparcir los mensajes engañosos y falsarios con los que ha sembrado estos casi ocho años de suplicio que, afortunadamente han tenido su fin hace unos días.

Hace unos meses se anunció el descubrimiento de los neutrinos, unas partículas que además de poner en tela de juicio la propia Teoría de la Relatividad, amparaban, al menos desde un punto de vista teórico, los viajes temporales. Ojalá avanzaran en esta investigación y fuera posible retroceder en el tiempo para borrar de la historia al presidente, su pandilla de mendaces palmeros y el bardal ruinoso en el que dejan el sistema político, el empleo y la economía del país. Sé que no es posible, que me adentro en la ciencia ficción y que este deseo no es más que un sueño, pero reconozco que me alivia. Al menos, soñar, ha sobrevivido al naufragio.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Y la respuesta es...... (XXII)


BLADE RUNNER, DE RIDLEY SCOTT (1982)

Poco se puede decir de esta película que no se haya dicho ya: el visionario diseño de producción, su marcado carácter alegórico lleno de referencias filosóficas y religiosas, las inolvidables secuencias finales, sus múltiples montajes y remontajes.

Como les pasó a muchos, cegados por un trailer excelente pero tramposo, recuerdo salir del cine tras ver la cinta de Ridley Scott con cara de paisaje (Imana dixit) al encontrarme una presunta película de acción sin límites, plagada de diálogos farragosos, enormes lagunas de ritmo entre persecución y persecución y un trasfondo de solida materia gris que por entonces me dejó con un sabor de boca ciertamente amargo.

No fue hasta su primer "director's cut" que volví a retomar la historia de Deckar (excelente, Harrison Ford) y su peculiar cruzada interna y externa contra los replicantes capitaneados por el inquietante Roy Batty (Rutger Hauer, mucho antes de dejar de ser un excelente actor). Entonces sí que me enganchó por completo el guión que escribieran Hampton Fancher y David Peoples con base en la ya célebre novela de Philip K. Dick, "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?" y me entusiasme con la habilidad de Scott para filmar la acción sin dejar de lado la delicadeza de la que hace gala en los momentos de intensidad emocional más poderosa (la escena final en la azotea entre Roy y Deckard, una referencia desde hace casi treinta años). Una película que gana cada vez que uno tiene la oportunidad de verla, una referencia para la ciencia ficción, una joya de valor incalculable. Una cita anual.

Ahora que se anuncia su temible secuela (o precuela, para el caso, lo mismo da) me ha parecido un buen momento para recuperar aquí su excelente banda sonora, cortesía de Evángelos Odiseas Papathanassiou, o, por no tener que fabricar los discos compactos más grandes, Vangelis.

Esta semana, ha sido el maestro Lughnasad de Zentolos quien se ha alzado con el oro y los cinco puntos que lleva aparejado el primer puesto. La única, imparable e incombustible Athena sigue empeñada en llegar a los 100 puntos y esta semana ha reducido la distancia en tres puntos como consecuencia de su segundo puesto y el concursante revelación del torneo, el inenarrable Tripi sigue escalando posiciones y añade dos puntos más a su casillero. Con un muesca más en sus respectivos revólveres acaban la semana Mike Lee, Mister Lombreeze, Daniel, Michel y Azid Phreak.

Como ya avisé el miércoles, empieza el tramo final del concurso y no va a ser fácil. Los dos puestos que quedan libres pueden cambiar de dueño en cualquier momento y el que los ocupe va a tener que sudar tinta en estas cuatro entregas que faltan. La emoción está asegurada.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

La melodía escurridiza (XXII)


En 1984, las emisoras de radio de todo el planeta saturaron los oídos de sus oyentes con el pegadizo tema que Ray Parker Jr creara para la película "Ghostbusters". Lo curioso del asunto es que cuando uno pasaba por taquilla y acudía al cine para verla, temiendo pasar los noventa minutos de metraje con la cancioncilla de marras sobrevolándolo todo, se encontraba con la sorpresa de que sólo en los minutos finales la voz de Ray Parker hacía acto de presencia. Eso no evitó que por siempre jamás, la banda sonora de esta cinta quedara ineludiblemente vinculada a la canción en detrimento de la espléndida partitura que Elmer Bernstein creara para la ocasión. Con la melodía de esta semana, pasa algo parecido, si bien hay que aclarar que todos los temas de la banda sonora son del mismo compositor.

Al igual que ocurría con la película de Ivan Reitman, la popularidad de la música que cerraba la obra se hizo tan grande que el muy superior e infinitamente más interesante tema principal de la banda sonora quedó enterrado por el peso colosal de la música que adornaba los títulos de crédito. Dado que las melodías que han aparecido durante todo el concurso han sido los "Main theme", he creido oportuno matizar que lo de esta semana es un "End tittles" como un piano.

Os recuerdo que el objetivo del concurso es averiguar a qué película corresponden los pocos segundos que, cada miércoles incluyo del tema principal de su banda sonora. Hay de plazo hasta el viernes para participar y hasta entonces, la entrada tendrá moderados los comentarios para mantener la intriga y para que quienes hayan dado en hueso en su primer intento puedan seguir intentándolo. Por tanto, sólo aparecerán publicados los comentarios incorrectos: si el tuyo no aparece, sólo te falta saber los puntos que te llevas. El primero en dar con la respuesta correcta obtendrá cinco puntos, el segundo, tres y el tercero, dos, quedando con un punto los demás acertantes.

Disfrutad de estas dos últimas y muy sencillas ediciones del concurso, ya que,a partir de ahora, la trilogía que tengo en mente os va a hacer sudar la gota gorda. Los puntos que quedan en juego son aún muchos, cualquier cosa puede pasar y va a haber que lucharlos con tesón. Suerte a todos.



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miércoles, 9 de noviembre de 2011

El rugido de Camille


Mi primer recuerdo cinematográfico permanece ligado inevitablemente al "King Kong" que John Guillermin rodara a mediados de los setenta. Tal vez hubiera entrado antes en un cine, pero en mi mente son los bramidos aterradores de la bestia que creara Stan Winston para la ocasión los que dotan de banda sonora a mi bautismo cinematográfico. Fue la primera vez y, tal vez, la más breve (como por otra parte suele pasar siempre en "las primeras veces") ya que tan pronto hizo acto de presencia en pantalla el colosal primate, servidor tuvo casi que ser sacado en camilla para no fallecer de la impresión dentro de sala. Acerca de lo adecuado que fue llevar a un infante de apenas seis años a una película de estas características, prefiero correr un velo de silencio por devoción paternofilial.

En lo que a música clásica se refiere, este carácter iniciático, de llave maestra, corresponde al francés Camille Saint- Saëns (1835- 1921) cuya "Danza Macabra" abrió para un servidor el mundo inflamado y vertiginoso de los pentagramas y las batutas.

El compositor francés apareció en mi vida por pura casualidad, como esqueleto musical sepultado bajo algún disco ochentero de Duran Duran o Spandau Ballet que alguien había grabado en una "cassette" sin el menor respeto a su vida o a su obra y que salió a la superficie como un muerto viviente en los minutos finales de la cinta con una melodía hipnótica e inquietante que se introdujo en mi cabeza y se negó a salir.

Me acerqué a una de las míticas tiendas de discos MF, donde los dependientes, a diferencia de lo que ocurre hoy en día, sabían de lo que hablaban y en unos pocos minutos de audición, aquel pozo de ciencia me ubicó acerca de lo que tenía entre manos y que no era sino la ya mencionada "Danza macabra". Salí de allí sumamente satisfecho, muy bien asesorado y con su tercera sinfonía y una recopilación de música orquestal en el bolsillo.

La música de Saint Saëns exige relativamente poco del oyente "entra con facilidad" que diría Javier Elzo y eso le ha servido a un amplio sector de la crítica para ningunear el descomunal talento melódico del compositor de, entre otras, "El carnaval de los animales". De hecho, algunos de sus coetáneos como Debussy o Franck pulieron las primeras columnas de su mausoleo criticándolo con dureza por no abrir la mente a las nuevas tendencias y atrincherarse en lo que conocía sin tampoco realizar la más mínima aportación novedosa. También he leído en algún lado que su inteligencia superlativa (leía y escribía con total corrección cuando apenas contaba con tres inviernos en su haber y además de compositor fue un excelente pianista, prestigioso escritor y un matemático y astrónomo que debatía con los mejores especialistas europeos) lastra sus composiciones con una corrección formal tan irrefutable como gélida.

Las revoluciones (en cualquier ámbito. También, por supuesto, en la música) se producen de generación en generación y a quienes les toca vivir entre una y otra les corresponde llevar a cabo la importante aunque no siempre reconocida tarea de los zapadores, es decir, preparar el terreno y fijar los cimientos sobre los que los genios del futuro puedan proclamar su grandeza. Por esta razón, devaluar un legado musical tan extenso, rico y variado como el de Saint Saëns por no aportar novedad o no ser "punta de lanza" es tan inapropiado y falto de criterio como no disfrutar de una sabrosa, esponjosa y delicada tortilla de patatas por no suponer un avance de la vanguardia culinaria.

Si alguien busca una nueva forma de expresión musical, un sonido desconocido para el oído humano o la cuadratura del círculo, es mejor que no se acerque a la obra de Saint Saëns y gaste sus zapatos en otros senderos. Por el contrario, quienes disfruten con bellas melodías, quienes tengan una vena romántica y lírica destacada o quienes, sencillamente, sepan embriagarse con la belleza sin reparar en lo que pueda o no aportar a la historia, ahí tiene su música concertante (especialmente para violín y piano), sus obras de cámara (atención a sus sonatas para instrumentos de viento: una verdadero manjar) y por supuesto la racial e incandescente "Sansón y Dalila", extraordinaria aportación al repertorio operístico del compositor parisino. No saldrán defraudados. Mucho menos si es su "primera vez".

viernes, 4 de noviembre de 2011

Y la respuesta es...... (XXI)

INSTINTO BÁSICO, DE PAUL VERHOEVEN (1992)

A pesar de tener más trampas que la contabilidad pública griega, el guión de "Instinto básico" que escribiera Joe Eszterhas por la módica cantidad de tres millones de dolares (por entonces el precio más alto jamás pagado a un guionista) logró un descomunal éxito en las taquillas de todo el mundo gracias a su explícita violencia, sus muñecas rusas argumentales, sus ingentes cantidades de sexo y la química incandescente existente entre Sharon Stone y Michael Douglas, la pareja protagonista que se revolcaba con mucho garbo a los compases que creara Jerry Goldsmith para su banda sonora y a los que hemos recordado en la melodía de esta semana.

El director holandés Paul Verhoven, conocido amigo de lo extremo y polémico fue la acertada elección para trasladar a la pantalla esta historia de policías perturbados, escritoras con picores y asesinos con debilidad por los picahielos. Nada se puede reprochar a su labor en un espectáculo para adultos lleno de ritmo y emoción que sirvió para convertir a Sharon Stone en el mito erótico de los noventa por excelencia (ese inolvidable cruce de piernas, esa secuencia con espejo horizontal incluido....) y que, incluso, conoció una deplorable secuela que, por pudor me niego a comentar.

Nunca sabremos qué hubiera pasado de no haberse producido el cambio horario, pero, una vez presentadas las correspondientes disculpas al respetable (Lughnasad dixit) y formulado el necesario proposito de enmienda, podemos dar la enhorabuena a Tripi que, en esta ocasión se ha llevado los cinco puntos del primer puesto por madrugador intensivo. Athena, la virtual ganadora del concurso (virtual porque no me he puesto a calcular Si me pongo seguro que se convertirá en real) recoge los tres puntos de la medalla de plata y el gran Lughnasad araña dos puntos más poniendo el podium en un puño. Con un punto acaban hoy la semana Kinski, Mike Lee, Michel y Azid Phreak.

No se olviden de pasar hoy por "Zentolos", la nueva entrega de "Esto suena a cine" dará inicio a las diez de la noche...... si el cambio horario no lo impide. Saludos y permanezcan atentos al ladrillo.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

La melodía escurridiza (XXI)


Tripi, que siempre aprovecha para meterse conmigo, va a tener pocos motivos en esta ocasión para arremeter contra mi encopetada testa. Y es que uno, que viene de disfrutar de un puentecito de esos tan españoles en compañia de la bella señora Winot y las dos herederas, se encuentra de tan buen humor y con el nivel de angustia en tan paupérrimas marcas que nada mejor que compartir con vosotros tan deseable y poco habitual estado mental a través de una melodía cuyo misterio reside en si se batirá o no el record de aciertos que, por el momento, mantiene "Desafío Total".

Os recuerdo que el objetivo del concurso es averiguar a qué película corresponden los pocos segundos que, cada miércoles incluyo del tema principal de su banda sonora. Hay de plazo hasta el viernes para participar y hasta entonces, la entrada tendrá moderados los comentarios para mantener la intriga y para que quienes hayan dado en hueso en su primer intento puedan seguir intentándolo. Por tanto, sólo aparecerán publicados los comentarios incorrectos: si el tuyo no aparece, sólo te falta saber los puntos que te llevas. El primero en dar con la respuesta correcta obtendrá cinco puntos, el segundo, tres y el tercero, dos, quedando con un punto los demás acertantes.

Con el primer puesto ya muy claro, la segunda y tercera plaza se antoja un balancín en el que varios de vosotros tendreis que luchar con vuestras mejores armas para no caer en el último minuto. La respuesta al enigma de esta semana, en un par de días. Mucha suerte.

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miércoles, 26 de octubre de 2011

Un hombre de su tiempo


El mundo en el que vivimos se asienta sobre una asombrosa pluralidad de paradojas. Por mencionar solo un par de ellas, me parece indiscutible que en plena era de Facebook, Twitter y demás redes sociales, es muy posible que el hombre viva su periodo de mayor soledad y desarraigo desde hace siglos. Y eso, a pesar de estar más rodeado de semejantes que en ningún otro momento de la historia. Por otra parte, una época tan aficionada a marcar la diferencia, a cumplir un anhelo de éxito e individualidad que no goza de precedente, no puede evitar tender a homogeneizar, clasificar y despersonalizar a todo y a todos usando para ello una multiplicidad de excusas que parecen (y solo lo parecen) perseguir justo lo contrario: la prioridad del individuo frente al grupo.

Algunas de estas paradojas y otras muchas tienen espacio en el magnífico, perturbador, y deslumbrante discurso visual que Jaume Balagueró acaba de presentar en "Mientras duermes", a la espera de "No habrá paz para los malvados", la mejor película española del año y una de las citas imprescindibles en general para los aficionados al cine de este 2011.

César (Luis Tósar) es el portero de un edificio de vecinos en Barcelona. Reparte su vida entre visitar a su madre enferma, hacer su trabajo de la mejor manera posible y ayudar a los vecinos con sus problemas diarios, especialmente a Clara (Marta Etura) por quien siente una especial predilección. Pero César no es feliz. Y no le gusta que la gente que le rodea lo sea.

Lo notamos en muchas ocasiones: a uno se le ocurre anunciar que es feliz y las miradas se vuelven como no lo harían de presentarse Rubalcaba en tanga de leopardo. Algunos de esos ojos, la mayoría, suelen transmitir una empatía reconfortante y una sincera alegría por la felicidad ajena. Pero en muchas ocasiones, alguna mirada se nubla y tras una apariencia de regocijo, no existe más que una envidia hosca, en realidad, un profundo desagrado por lo que no siendo de uno, cree merecerse. Si a eso le sumamos una existencia solitaria, un deambular vital sin objeto de esos que se encienden en la madrugada y pueden empujar a una persona a subirse a una azotea y acabar con todo, tenemos una idea muy aproximada de lo que es César en realidad: un hombre de su tiempo.

Y a este hombre deshabitado y vació que solo vive a través de las vidas de quienes le rodean, le otorga Luis Tósar una intensidad cegadora con su apropiación del personaje creado por el guionista y escritor Alberto Marini obsequiando al espectador con una interpretación mayúscula, colosal, solo al alcance de los más grandes. Sin duda, la mejor interpretación de su carrera, aunque, dada la capacidad de este hombre para superarse no parece que vaya a durar mucho tiempo en el pedestal. Sus compañeros de reparto, Marta Etura o Carlos Lasarte cumplen muy dignamente y resultan creíbles en sus personajes, pero la calidad de la interpretación del actor gallego, unido a una presencia casi continuada en pantalla hacen difícil fijarse en otra cosa que en su recital. No quiero acabar este apartado interpretativo sin mencionar a a Alberto San Juan, por quien sentí una profunda aversión en sus primeras películas y que, poco a poco se va convirtiendo en un actor muy a tener en cuenta como demuestra en su breve pero crucial papel en "Mientras duermes".

Quienes acudan a ver la película con las dos entregas de "Rec" en la cabeza (atención a la tercera, ya sin Balagueró a los mandos. El teaser, que puede verse aquí, es de lo mejorcito que he visto este año) se van a encontrar con un producto que poco o nada tiene que ver con aquel lucrativo experimento visual del director catalán y su amigo Paco Plaza: un edificio de vecinos como escenario, algunos actores recurrentes en las películas de Balagueró y poco más. Sin embargo, quienes, como un servidor tienen en la mente el estilo y la atmósfera de la ópera prima del director, la extraordinaria "Los sin nombre" disfrutarán sin límite con el ritmo cadencioso pero imparable que Balagueró entrega a la película, como un vaso en el que, incesante, fuera derramándose una pasta densa que crece sin prisa hasta que, llegado al final se desborda imparable enlodando todo a su paso hasta cubrir la pantalla por completo.

Y es tal vez en ese desbordamiento final, terrible, sin concesiones, a corazón abierto cuando la película de Balagueró alcanza su más alta calidad, cuando tras tanta paradoja, la conclusión a la que uno llega no deja hueco a la disputa o a la interpretación : si en algo el hombre no ha cambiado en estos siglos que lleva sobre la tierra es en su capacidad de infligir dolor a sus semejantes. En eso, parece que no hemos llegado al límite de nuestras posiblidades. En eso, Balagueró ha sido muy brillante, pero también muy explícito.

viernes, 21 de octubre de 2011

Y la respuesta es...... (XX)


REFLEJOS, DE ALEXANDRE AJA (2008)

El realizador francés Alexandre Aja decepcionó profundamente a la mayor parte de sus admiradores (o al menos al que esto firma) con "Reflejos", su versión de la cinta coreana "Al otro lado del espejo". Tras dos magnas obras como "Alta tensión" o "Las colinas tienen ojos", esta historia de fantasmas que se desplazan a través de los espejos en busca de venganza peca en todo aquello que el francés bordeara hábilmente en sus obras anteriores: golpes de efecto innecesarios, volumen que se dispara, giros previsibles o truculencias innecesarias.

Vehículo creado a mayor gloria de Kiefer Sutherland, en un fallido intento de huir de su encasillamiento como el adrenalítico Jack Bauer de la serie "24", la cinta sólo funciona durante su primer cuarto y derrapa estrepitosamente tras una espeluznante secuencia en una bañera que marca el canto del cisne de una obra inverosímilmente vacía para un director de la categoría de Aja. Eso sí, la idea de Javier Navarrete, compositor de la banda sonora, de adaptar al genero de terror el celebérrimo "Asturias" de Albéniz, es de matrícula de honor.

Y aunque parezca increíble, en esta ocasión, no ha ganado Athena. De verdad, palabrita del niño Jesús. Tras incontables victorias, en esta ocasión, los cinco puntos no viajan a Grecia, sino que que se trasladan con todo merecimiento al casillero del gran Lughnasad que da un paso de gigante hacia el podium final. El segundo puesto es para Mister Lombreeze que acertó poco después y, tras un par de tiros al aire, el bronce es para Azid Phreak que se lleva dos puntitos más a su marcador. El incuestionable líder del concurso, Athena, así como Michel y Mike Lee tampoco se van de vacío y suman un gallifante más a sus casilleros.

Nos vemos esta noche en "Esto suena a cine" del maestro Lughnasad. Buen fin de semana y, una vez más, permanezcan atentos a la pantalla.

miércoles, 19 de octubre de 2011

La melodía escurridiza (XX)



Como ya he dicho en repetidas ocasiones, no deja de sorprenderme la puntería que tenéis a la hora de desenredar los enigmas musicales que oculta "La melodía escurridiza". No parece uno apañárselas para lograr crear la némesis adecuada, el enemigo imbatible que precise de una o varias pistas para empezar a clarificar el asunto. La edición de esta semana es un nuevo intento de doblegaros que, imagino, volverá a caer en saco roto, pero que no sea por no tentar a la suerte.

Os recuerdo que el objetivo del concurso es averiguar a qué película corresponden los pocos segundos que, cada miércoles incluyo del tema principal de su banda sonora. Hay de plazo hasta el viernes para participar y hasta entonces, la entrada tendrá moderados los comentarios para mantener la intriga y para que quienes hayan dado en hueso en su primer intento puedan seguir intentándolo. Por tanto, sólo aparecerán publicados los comentarios incorrectos: si el tuyo no aparece, sólo te falta saber los puntos que te llevas. El primero en dar con la respuesta correcta obtendrá cinco puntos, el segundo, tres y el tercero, dos, quedando con un punto los demás acertantes.

Los puntos de esta semana van a costar sangre, sudor y lágrimas. Yo, desde luego, no hubiera tenido ni idea de no haber visto la película hace unos días, pero eso, la verdad, es flojo argumento a favor. Suerte y a por ella.

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martes, 11 de octubre de 2011

Justificado y merecido


Nunca imagine que dedicaría elogio alguno a un actor tan deplorable como Timothy Olyphant y sin embargo, el año pasado, no tuve más remedio que reconocerle aquí el merito de haber creado un personaje tan redondo como Rayland Givens, el carismático agente del FBI protagonista de la serie "Justified".

Estas cosas pasan una vez en la vida y no soy de los que se cierran en banda a la hora de dar segundas oportunidades, pero entraba de lleno en la categoría de ciencia ficción el que semejante acontecimiento pudiera volver a repetirse. La realidad, que se empeña en poner a prueba todos mis juicios ha vuelto a jugármela y, apenas un año después, aquí estoy nuevamente, asombrado ante el buen hacer del amigo Olyphant y exponiendo en público mi sentido agradecimiento hacia él y hacia todas las demás personas que han convertido la segunda temporada de "Justified" en un monumento catódico de primera categoría en todos sus aspectos. Puede sonar exagerado, pero doy mi palabra que tanta alabanza esta justificada y es merecida.

Por lo que se refiere a los guiones, se aprecia una mayor participación en los mismos del padre de la criatura, el escritor norteamericano Elmore Leonrad, que se saco el personaje de la chistera en su novela "Pronto". El enfrentamiento entre el carismático Rayland y la siniestra familia Bennet esta narrado con una mayor cohesión y un ritmo más dinámico que el existente en la anterior entrega de la franquicia. Y eso beneficia tanto al tronco principal de la historia como a los arcos argumentales paralelos, que se integran en la trama y la enriquecen, cosa que no ocurría en la anterior etapa, en la que esas historias accesorias, a pesar de su interés, dispersaban un tanto la acción y no podían evitar parecer un parche para cumplir con los trece episodios de rigor por temporada.


Si a una buena historia le sumamos unos buenos intérpretes empezamos a olernos que las alabanzas desmedidas del principio empiezan a tener peso específico. Olyphant sigue comiéndose la pantalla con su creación de Rayland Givens y la explosiva Joelle Carter continua derritiendo fotogramas. Walton Goggins convierte al lunático Boyd Crowder en una bomba de relojería impredecible y la bella Natalie Zea abandona el papel de comparsa asignado en la pasada temporada y convierte a la ex-mujer de nuestro cowboy favorito en uno de los personajes más logrados de la franquicia. Casi todos los que compartieron escena con Rayland reaparecen y sus caracteres, nuevamente, sin duda, por obra y gracias del amigo Leonard, se perfilan y enriquecen en esta segunda entrega adquiriendo un valor añadido imprescindible para que "Justified" no sea "Rayland y compañía".

¿Y que decir de las incorporaciones del año? Pues que son, sencillamente, inmejorables, hacen referencia a los villanos de la función y son un acierto de casting de los que incorporan ceros a los cheques: Margo Martindale (merecidísimo Emmy en la edición de este año como mejor actriz secundaria por este papel) borda su papel de Maggs Bennet matriarca del clan criminal del mismo nombre y mezcla perfecta entre madre abnegada, vecina comprometida, honesta empresaria, asesina sin escrúpulos y mente alambicada sin (apenas) rastro de conciencia. No menos reconocimiento se merecen sus hijos: Jeremy Davies como el tullido Dixie, ese armario ropero de fuerte temperamento llamado Coover (Brad William Henke) y, por supuesto, Doyle, el mayor de todos al que Joseph Lyle Taylor presta su mirada de zorro sanguinario para convertirlo en el agente de la ley menos digno de confianza desde Hank Quinlan.


Todo esto se podría venir abajo si un servidor o alguien de similar talento se pusiera tras la cámara o se encargara de la música o la fotografía de la función. Afortunadamente, no es así y en el apartado técnico, "Justified" está a la altura de su categoría desde los excelentes títulos de crédito hasta el final de cualquiera de los trece episodios que componen esta temporada y para la que los responsables de la serie han contado con gente de la talla de Jon Avnet ("Tomates verdes fritos" ) o John Dahl ("La última seducción") moviendo la cámara y escogiendo encuadres.

No digo más (ni menos. Al final, como en tantas ocasiones, me he pasado de frenada); en vuestra mano está dar una oportunidad al policía más expeditivo de este lado de la frontera para que pueda demostrar que las cosas son muy distintas en el viejo Kentucky y que cada bala que sale de su revolver tiene una justificación clara: alguien la merecía y viendo cómo se las gasta el señor Givens, no seré yo quien le quite la razón.

viernes, 7 de octubre de 2011

Y la respuesta es...... (XIX)


LA PROFECÍA, DE RICHARD DONNER (1976)

El gran Jerry Goldsmith compuso su obra maestra para esta cinta terrorífica de Richard Donner en la que Gregoy Peck y Lee Remick pasan el calvario de traer al mundo a Damien, el mismísimo hijo del demonio. Como los planes de papá para la humanidad no incluyen, precisamente, galletitas y leche caliente, todos aquellos que se interponen en el camino de tan angelical muchacho acaban para el desguace en una sucesión de memorables y "accidentales" muertes que incluyen decapitaciones, empalamientos y demás adorables truculencias. Imposible no mencionar al perrazo siniestro del que Damian no se separa salvo cuando recorre con su triciclo los largos pasillos de su mansión en unas secuencias que, se adelantan varios años a las que Kubrick hiciera famosas en el "El resplandor"

A pesar de las deplorables secuelas, la cinta de Donner sigue funcionando como aterrador artefacto cinematográfico y conserva gran parte de su encanto, manteniendo su lugar como referente del género más de treinta años después. Aprovechando la acumulación de seises que confluyeron en junio de 2006 (06/06/06) y su encaje con el célebre "número de la Bestia", el mediocre John Moore rodó una nueva versión de la cinta de la que no puedo decir gran cosa sin que me entre la risa floja, lo que encaja bastante mal con la temática satánica y terrorífica de esta semana.

¿A que no imaginan ustedes quien ha sido la ganadora de esta semana? ¿Quién? ¿Aterra? ¿Atora? No, no, no, se equivocan, en esta ocasión, ha sido Athena la que se ha llevado los cinco puntos. Pobre, hacía mucho que no ganaba. Siguiendo sus pasos, me complace anunciar que el gran Azid Phreak ha pisado la meta en segundo lugar y no menos alegría me da informar al respetable que Mike Lee obtiene el bronce de esta semana y sus dos puntos correspondientes. Con un puntito más acaban esta semana Michel y Lughnasad que, poco a poco van marcando su territorio.

Dentro de quince días, nueva edición del concurso y nueva oportunidad de acercarse al podium. Hasta entonces, permanezcan atentos a la pantalla.

miércoles, 5 de octubre de 2011

La melodía escurridiza (XIX)


Último trimestre del año y recta final de esta primera edición de "La melodía escurridiza". El liderato de Athena es incuestionable y como no soy amigo de las matemáticas soy incapaz de deciros si la reina del triplete es o no ya inalcanzable para sus perseguidores: lo que parece seguro es que mucho deben cambiar las cosas para que el triunfo se le escape de las manos, aunque ya se sabe que de apariencias está el cementerio lleno. La segunda y la tercera plaza, también con premio, adquiere cada semana mayor interés, con algunos concursantes destacados (Dickson, Mike Lee y Lughnasad) pero sin nada decidido ni mucho menos.

Os recuerdo que el objetivo del concurso es averiguar a qué película corresponden los pocos segundos que, cada miércoles incluyo del tema principal de su banda sonora. Hay de plazo hasta el viernes para participar y hasta entonces, la entrada tendrá moderados los comentarios para mantener la intriga y para que quienes hayan dado en hueso en su primer intento puedan seguir intentándolo. Por tanto, sólo aparecerán publicados los comentarios incorrectos: si el tuyo no aparece, sólo te falta saber los puntos que te llevas. El primero en dar con la respuesta correcta obtendrá cinco puntos, el segundo, tres y el tercero, dos, quedando con un punto los demás acertantes.

La melodía de esta semana pertenece al segmento "esa la sé hasta yo", de modo que los cinco puntos caerán en el zurrón del más rápido. Suerte y a por ella.

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miércoles, 28 de septiembre de 2011

El príncipe oscuro


Joe Hill es uno de los tres hijos del célebre escritor norteamericano, Stephen King. Y, al igual que su famoso progenitor, se gana muy bien la vida escribiendo novelas inquietantes y terroríficas donde anidan monstruos, fantasmas y demás fauna oscura.

Y con el párrafo anterior, servidor se ha cepillado de una tacada toda la campaña publicitaria que los editores del primer libro de Hill, "20th Century Ghosts", idearon para lanzar la obra. Y es que cuando este más que recomendable libro de cuentos terroríficos se puso a la venta, nada se dijo acerca de los precedentes familiares de su autor. Sólo cuando el libro fue objeto de elogiosas reseñas y no sin antes coronar lo más alto de las listas de ventas, la editorial anunció que el autor de tantas novelas maravillosas como "El resplandor", "La mitad oscura" o "Carrie" había traído al mundo un nuevo talento para tejer pesadillas en celulosa. Obviamente hubo que sacar nuevas ediciones de la obra.

La maniobra fue sin duda arriesgada: no aprovechar el empujón que supondría lanzar las obras de Joe Hill como "las novelas del hijo de Stephen King" llevó con toda seguridad a más de un directivo de la compañía a duplicar su medicación. Sin embargo, es de agradecer que no fuera así ya que el lector pudo juzgar la prosa del hijo sin aplastarla bajo el descomunal legado de su padre, con el que, por el momento, la obra de Hill no es comparable ni por cantidad ( cuando he llegado a los cuarenta libros del autor de "Apocalipsis" me he cansado de contar) ni por calidad ( Stephen King tiene, al menos, cinco o seis novelas que pueden considerarse clásicos del género, con "It" a la cabeza) ni por temática (Hill recurre con asiduidad a los espíritus y demás habitantes del otro lado, mientras que en las obras de su padre podemos encontrar desde extraterrestres a hombres lobo, pasando por admiradoras desequilibradas y perros con malas pulgas).

Con esto, no quiero decir ni mucho menos que la obra de Joe Hill no merezca atención o sea poco recomendable (la propia existencia de esta entrada así lo certifica): "Fantasmas" (nombre con el que se ha bautizado en España la ya mencionada "20th Century Ghosts") incluye algunos cuentos muy recomendables como "El desayuno de la viuda" o "Hijos de Abraham", algunos excelentes como "La capa" y dos de ellos, "El teléfono negro" y "Reclusión voluntaria", que podrían haber sido firmados por papá sin menoscabar su prestigio.


El difícil salto a la novela también fue saldado de manera notable por Hill con "El traje del muerto" 0 "Heart shaped box" en su "nirvaniano" título original. Las vicisitudes de un músico de rock con gusto por lo macabro a quien atormenta un espíritu con malas pulgas se convierten en manos del escritor norteamericano en una pesadilla angustiosa con dosificados golpes de efecto y una muy destacable habilidad para crear imágenes perturbadoras, especialmente cuando de describir al testarudo fantasma se trata. Es cierto que la historia tarda en arrancar y que en su tramo final los acontecimientos se precipitan a tal velocidad que todos los personajes parecen tener prisa por volver a casa a tiempo para la cena pero es innegable que la historia atrapa y los personajes resultan cercanos y están meticulosamente diseñados. Por lo que he leído, todo lo bueno de "El traje del muerto" se mantiene y la mayor parte de sus errores se corrigen en "Cuernos", su siguiente novela, que aguarda turno de lectura y de la que he oído maravillas. Seguiremos informando.

Pero donde, sin duda Hill ha resultado todo un descubirmiento para un servidor ha sido en su faceta de guionista de comics, en la que ha dado forma a "Locke & key", una pesadilla con aromas de Lovercraft que, a pesar de estar aún inconclusa (en España se han publicado únicamente los doce primeros números. En USA ya andan por la vigésimosexta) resulta un espectáculo deslumbrante en que brilla tanto el guión de Joe Hill, lleno de casas encantadas, asesinos en serie, llaves misteriosas y posesiones infernales como el extraordinario dibujo del chileno Gabriel Rodríguez cuya habilidad para crear atmósferas opresivas sin gastar el tubo negro de pintura convierte cada número de la serie en una delicatessen.


No me digan que no tienen dónde elegir: relato corto, relato largo, comic.... No hay excusa para no adentrarse en el mundo tenebroso de Joe Hill y tomar uno de los senderos que ascienden hasta su morada. Da igual cual sea el elegido: todos conducen al mismo palacio, un palacio en el que ante la futura e inevitable desaparición del Rey, un príncipe oscuro comienza a forjar las armas que necesitará para volver a imponer la autoridad que instauró el padre entre sus fervientes devotos. Por el momento, el relevo parece asegurado.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Y la respuesta es...... (XVIII)

LA EXTRAÑA PAREJA, DE GENE SACKS (1968)

Si bien fue el maestro Wilder quien disfrutó en más ocasiones de la sobrenatural química entre Jack Lemmon y Walter Matthau, es tal vez en "La extraña pareja", donde ambos brillan con más fuerza: la divertida obra de teatro de Neil Simon sobre dos amigos completamente opuestos en sus costumbres (cavernícolas las de uno, refinadas y pulcras las del otro) que se ven obligados a convivir en el mismo piso podría haber sido un clásico aún más grande si quien se hubiera sentado en la silla del director hubiera sido el genial Wilder y no el simplemente correcto Gene Sacks.

Pero los diálogos son tan cáusticos (atención a la partida de poker que se desarrolla en el apartamento antes de la primera llegada de Lemmon) los gags tan logrados (Matthau poniendo de los nervios a su compañero tras estropear éste una cita con dos jovencitas, la pareja en un restaurante mientras el desquiciado Félix, es decir, Lemmon, lucha contra sus oídos taponados) que incluso de haber estado yo tras las cámaras seguiría siendo considerada una de las mejores comedias de la historia.

El tema principal de la película, que ha dado forma al enigma musical de esta semana, es obra de Neal Hefti, un compositor poco conocido que desembarcó en el cine tras triunfar en las orquestas de Count Basie y Woody Herman y cuya aportación más destacada a la historia de los pentagramas cinematográficos y televisivos es esta partitura y la que creara para la serie de televisión "Batman" que, por cierto, le reportó un Grammy.

Y nuevamente es Athena la que pone el cascabel al gato sin que sea posible seguir ya la cuenta de las veces que así ha sido: dos más y el enésimo triplete se hará realidad. En segunda posición y con tres puntitos más para su casillero, ha quedado esta semana Mike Lee y con dos se acostará esta noche el amigo Lughnasad que para eso ha quedado tercero. Azid Phreak, Mister Lombreeze, Michel y OscarP amasan un puntito más para sus respectivos hornos melódicos.

Dentro de un par de semanas, nueva entrega y nueva oportunidad de acercarse al podium. Recordad que los tres primeros tendrán premio y, en consecuencia, todo es aún posible. Saludos y permanezcan atentos a la escombrera.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

La melodía escurridiza (XVIII)


Sí, lo sé: sesenta y cinco puntos son muchos puntos; y parece que no hay modo de alcanzar a la supersónica Athena. Pero, la segunda cosa más importante de "La melodía escurridiza" (la primera, por supuesto, son sus intrépidos concursantes) es la facilidad con la que uno puede hincharse a ganar puntos si adelanta el despertador unas horitas o, en su defecto, vierte somníferos en los brebajes matutinos de los que van por delante en la clasificación. De modo que no desesperen, damas y caballeros, barrenen con energía sus conductos auditivos y pulsen "play" porque la decimoctava edición de la competición más enladrillada de la blogosfera está a punto de empezar.

Os recuerdo que el objetivo del concurso es averiguar a qué película corresponden los pocos segundos que, cada miércoles incluyo del tema principal de su banda sonora. Hay de plazo hasta el viernes para participar y hasta entonces, la entrada tendrá moderados los comentarios para mantener la intriga y para que quienes hayan dado en hueso en su primer intento puedan seguir intentándolo. Por tanto, sólo aparecerán publicados los comentarios incorrectos: si el tuyo no aparece, sólo te falta saber los puntos que te llevas. El primero en dar con la respuesta correcta obtendrá cinco puntos, el segundo, tres y el tercero, dos, quedando con un punto los demás acertantes.

Como en tantas ocasiones, soy incapaz de saber si la partitura de esta semana es de las complicadas o de las fáciles: yo la reconocería en cualquier lado, pero parafraseando al showman americano Arsenio Hall, "yo soy Tarquin Winot y ustedes no lo son". Si eso es una suerte o una desgracia, está por ver. Suerte a todos y a por ella.


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