miércoles, 29 de febrero de 2012

Bienvenidos a Prairie Rose


Uno puede subir la escalera peldaño a peldaño o intentar adelantar camino tomando atajos. Con la segunda vía, las posibilidades de llegar a la cima son altas, pero también lo son las de clavarse los dientes en un escalón y dejar la tarea a medias. Esa misma tesis plantea, por ejemplo, en el ámbito de la música el sociólogo Javer Elzo- al que ya he hecho referencia en otras ocasiones- cuando, al hablar del compositor austriaco Anton Bruckner dice que "es difícil, aunque no diré que imposible, escuchar su música siendo joven". Para disfrutar de todas las maravillas de la madurez, es preciso haber tenido infancia. Para amar debe uno haber coqueteado y no es posible dirigir un negocio si antes no se ha sido empleado.

En el mundo del comic pasa lo mismo y es difícil captar toda la grandeza de una obra como "Scalped" sin antes no haber pasado por las garras de Francisco Ibáñez o por las de Stan Lee. Difícil, al igual que Javier Elzo, no diré que imposible.

Bienvenidos, damas y caballeros, a la reserva india de Prairie Rose, Dakota del Sur. Los escasos supervivientes de la tribu lakota languidecen aquí entre alcohol, drogas y timbas clandestinas a la espera de que algún miembro del cuerpo de la policía tribal venga a llevárselos a casa en coma etílico o a  reventarles la cabeza si no les entregan sus magras ganancias a cambio de protección. La corrupción se filtra por todos los ámbitos del poder y la fuente de la misma no es otra que el intimidante Lincoln Cuervo Rojo, jefe del Consejo Tribal, empresario de éxito y capitán general del crimen organizado en la reserva. Todo marcha bien para él: la gente le respeta, el dinero fluye sin pausa, su nuevo Casino está siendo un éxito y de no ser por una pandilla de nostálgicos que le acusan de pudrir la reserva espiritual de la tribu, al frente de los cuales se encuentra su antigua novia, Gina Caballo Loco, la vida no podría irle mejor. Pero el hijo de Gina, Dashiell, tras muchos años de ausencia acaba de volver a la reserva. Y nada volverá a ser igual.

Acudí a "Scalped" atraído por el nombre de su creador literario, el norteamericano Jason Aaron, cuya lograda aproximación al matón más pendenciero de Marvel- el amigo Frank Castle, también conocido como el Castigador o, más recientemente, Punisher- es, en la actualidad, una de mis series favoritas de cuantas publica la Casa de las Ideas. Desde el primer momento me impresiono el modo en el que compatibiliza el necesario espectáculo con el cuidadísimo diseño de personajes (Castle nunca ha resultado más perturbador que en sus manos y, al mismo tiempo, es imposible no sentir por él una afinidad melancólica como uno no debería sentir nunca por quien resuelve los conflictos a balazos.) y tenía una curiosidad infinita por ver cómo se movía el escritor de Jasper, Alabama en un terreno tan espinoso como el de las reservas indias, verdaderos territorios alegales en los que casi todo está permitido. ¿La respuesta? Como un niño goloso en una pastelería: disfrutando como un lunático.

Los personajes que habitan Prairie Rose viven a millones de kilómetros de los arquetipos y los tópicos más manoseados sobre indios y blancos, policías y ladrones, padres e hijos. Las aristas con las que Aaron mueve sus personajes por los desiertos de Dakota del Sur son tan enormes que el roce es inevitable y de la fricción saltan chispas que nunca llegan a quemarlos sino que los marca - en ocasiones, incluso físicamente- para que su deambular por la reserva nunca vuelva a ser el mismo. ¿O acaso el joven Dino puede volver a ser un joven sin sentido de la responsabilidad tras cruzar su camino con el del aterrador Doctor Brass? ¿Y Dashiell Caballo Loco? ¿Puede volver a ser el mismo tras sellar su pacto de sangre con Cuervo Rojo? ¿Y la espiritualidad lakota? ¿Puede convertir a un asesino en un viejo desfondado por la culpa y el remordimiento? ¿Viajan aquellos que mueren a la espalda de sus asesinos o son grava que cruje en las tripa de quienes apretaron la soga o el gatillo?

A esas preguntas y otras muchas responde Jason Aaron con unos guiones milimétricamente planificados en los que el tiempo es fracturado y recolocado a su capricho- con saltos temporales que pasan de los minutos a los siglos, pasando por meses y años- sin que en ningún momento la narración resulte confusa o, como en tantas ocasiones, un ornamento artificial y fallido que solo sirve para ocultar la falta de ideas. Y no hablo de su sentido del ritmo, de que cada capítulo pasa en un suspiro y de que uno puede morir de ansiedad hasta que el nuevo volumen llega a las librerias, por que esta entrada sería ya excesivamente larga.

Respecto al encargado de plasmar en imágenes las ideas del muchachote de Alabama, el espectacular R.M. Guéra, confieso con rubor que nada sabía de él ni de su arte hasta que abrí el primer tomo de "Scalped". Desde entonces recorro el mundo predicando la grandeza de este dibujante serbio cuyo trazo salvaje e histérico dota a la obra de una atmósfera inflamable en la que todo puede saltar por los aires en cualquier momento. Algunos autores como Jason Latour o Danijel Zezelj le han dado un respiro y se han encargado de los lápices en algunos números con bastante acierto, pero Prairie Rose siempre será serbia, por extraño que parezca.

Los creadores de "Scalped" han anunciado recientemente que la serie terminará en el número sesenta, de modo que, teniendo en cuenta los siete tomos publicados en España, estamos a once escasos ejemplares de presenciar el estallido final de una bomba atómica que lleva anunciando su explosión casi cinco años.Todos aquellos que se mofan de los comics y se burlan de quienes consideramos que algunas de las mejores obras de ficción que han visto la luz en la última década se encuentran en las viñetas de obras como "Preacher", "From hell" o "Born again" deberían darse un paseo por Praire Rose para comprobar en sus propias carnes que no siempre es necesaria una veintena de páginas para describir un estado de ánimo, que los personajes de "carne y hueso"de las novelas no pierden su corporeidad cuando aparecen encerrados en viñetas y que poco tienen que envidiar Jason Aaron y R.M. Guéra a Elmore Leonard, James Ellroy y demás autores de novela negra que triunfan- merecidísimamente, por cierto- en todo el mundo. Si lo hacen, si deciden visitar el casino de Cuervo Rojo, que vayan con ciudado: allí, las cabelleras duran poco sobre la cabeza.

miércoles, 22 de febrero de 2012

La melodía escurridiza 2.0


Bajo la denominación de "La melodía escurridiza 2.0" dará inicio en un par de semanas la segunda edición del concurso cinéfilo-musical que tantos buenos momentos proporcionó a está bitácora el año pasado. La competición arrancará el próximo día 7 de marzo y se extenderá hasta finales de año, concretamente hasta el día 26 de diciembre. Entre ambas fechas, unas veinte melodías con periodicidad quincenal que sufrirán el parón estival durante el mes de agosto. Y digo "unas veinte" y no "veinte" porque tengo previstas dos ediciones especiales, posiblemente la última antes del verano y la que ponga broche final al concurso, en la que habrá muchos puntos a ganar, pero también varios enigmas.
 
Para refrescar la memoria a quienes participasteis el año pasado y por deferencia hacia quienes no lo hicieron y puedan sentirse intrigados por el tema, os recuerdo que el objetivo del concurso era determinar la película a la que correspondían unos pocos segundos del tema principal de su banda sonora a la que se accedía pulsando en el reproductor incluido en la entrada. El primero en dar con la respuesta correcta obtenía cinco puntos, el segundo, tres y el tercero, dos, quedando con un punto los demás acertantes. Al final, los tres primeros en la clasificación se llevaban un premio a casa.

Y ya que hablamos de puntos, creo que es el momento de anunciar que hay novedades en este tema. Fusilando el sistema que el maestro Lughnasad utiliza en Zentolos, habrá seis puntos para quien acierte primero y cinco para todos aquellos que acierten posteriormente y antes de la primera pista que saldrá, más o menos, a media tarde del miércoles. Esa misma noche saldrá la segunda y, a partir de ese momento, serán cuatro los puntos que obtengan los que acierten. La tercera saldrá en la mañana del jueves que supondrá una bajada a tres puntos y la cuarta a eso de mediodía, que dejará en dos los puntos a embolsarse. La quinta y última tomará lugar en la noche del jueves y quien acierte no se irá de vacio y, al menos un puntito encontrará hueco en su casillero. La figura del triplete no desaparece y como en la edición del año pasado, quien obtenga tres victorias consecutivas se llevará otros seis puntos adicionales. Si tenéis alguna duda de como funciona esto del triplete podéis preguntar a Athena que algo sabe sobre el asunto.

También hay modificaciones por lo que respecta a los enigmas, ya que el concepto "tema principal" va a ser sustituido por algo más genérico como "anda, pero si es la la música de......". Es decir, no será ineludiblemente, la melodía que suene durante los títulos de crédito de la película, sino que, perfectamente puede sonar en cualquier otro momento mientras sea claramente identificable con la cinta a cuya banda sonora pertenezca. Además la melodía será sometida a un retoque liviano (ligero, no se vayan a pensar, que uno apenas ha abandonado el Spectrum hace unos años) para combatir el fuego con el fuego si bien, para compensar, la duración del extracto será algo superior a la edición anterior- aproximadamente, unos cuarenta y cinco segundos.

Ojo también a las imágenes que acompañarán a la entrada, que dejarán de ser las tediosas imágenes de instrumentos musicales, pentagramas y orquestas que aparecían el año pasado- aburrido estaba, oiga usted, de buscar este tipo de fotografías- para convertirse en hilos de los que tirar para resolver el rompecabezas ya que estarán ligadas a la propia película (un fotograma- con permiso, Crowley- un trozo de cartel- con permiso, Scotty-, un objeto cuya importancia en la película sea indiscutible, etc). Muy probablemente, la primera pista consistirá en resolver qué se oculta tras dicha imagen.

Por último, mencionar que el sistema de premios no cambia y solo quienes ocupen las tres primeras plazas al final del concurso obtendrán medalla. Tal y como ocurrió en la anterior edición, aún no tengo claro en qué consistirán los regalos, pero Athena, Lughnasad y Mike Lee pueden dar fe de que existen y, lo más importante, llegan a sus destinatarios...... Tarde, pero llegan.

Nada más amigos. La orquesta está preparada, el proyector no se queda atrás y las melodías se agolpan en la puerta para salir a pasear por vuestros ordenadores. Espero veros a todos los que el año pasado convertisteis el concurso en toda una experiencia digna de vivirse y, por supuesto, tenéis invitación de oro para acceder al concurso todos aquellos que quieran apuntarse a la edición de este año. Estoy convencido de que no os arrepentiréis.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Con voz de mujer

La elaboración de "Tu rostro mañana"estuvo a punto de secar el pozo de las ideas de su autor, el escritor madrileño Javier Marías. Las casi 1.600 intensas y magistrales páginas distribuidas en tres volúmenes y siete partes que, no obstante lo anterior, se podrían leer de un tirón si la espalda diera más de si, supusieron un esfuerzo tan titánico que el propio Marías llegó a declarar en más de una ocasión que no se sentía con fuerzas suficientes para escribir otra cosa que no fuera una simple propina tras tan colosal banquete literario 

Así lo reconoció en muchas entrevistas concedidas tras la publicación del último volumen de la trilogía, "Veneno, sombra y adiós" en 2007 y así lo fuimos asumiendo quienes le admiramos tras comprobar que el tiempo pasaba y nada nuevo aparecía en las librerías, excepción hecha de algún que otro recopilatorio de sus hazañas como columnista en El País.

Pero por algo este hombre, por quien servidor siente una legendaria reverencia y una rendida admiración es la mente literaria más brillante de cuantas existen en la actualidad y, el año pasado, el escritor madrileño entregó al público "Los enamoramientos", su nueva novela y una prueba más de que su ingenio y su maestría aún andan alejados del fondo del vaso.

En este sentido, "Los enamoramientos" no supone un paso adelante en las cotas marcadas por sus obras precedentes- sencillamente, es imposible mejorar lo ya alcanzado- por lo que quienes odien sus circunloquios verbales o sus enredaderas de palabras que no parecen tener sentido hasta que la última de ellas se posa en el lector y todo cobra vida propia, tienen en "Los enamoramientos" un suplicio en toda regla. Por el contrario, quienes disfrutamos deambulando por sus inmensos y bellísimos laberintos lingüísticos, los que nos sentimos completamente a merced de sus maremotos sentimentales y de sus caústicas peroratas humorísticas, en definitiva, quienes desde hace años recibimos cada nueva obra del escritor madrileño como una cantimplora llena en pleno desierto, esos, estamos de enhorabuena.

De nuevo, como en tantas ocasiones en la obra de Marías, un hecho luctuoso (en este caso, la violenta muerte de un empresario de éxito a manos de un mendigo desquiciado) es el punto de arranque de la trama, con aroma policíaco, en esta ocasión, que, si bien respira sola y de manera coherente a través de un encadenado de enamoramientos no correspondidos, no es sino una excusa para hilvanar reflexiones sobre la dependencia que crea el amor, la muerte y los vacios que genera, la culpa y el modo en el que el tiempo la difumina y, por encima de todo, el estado de enamoramiento y la zozobra absoluta que lleva aparejado.

No faltan los momentos humorísitcos tan del agrado del escritor madrileño, como la divertidísima conversación entre María Dolz, el narrador (una mujer, por primera vez en la obra de Marías. Simplemente curioso, nada aporta en realidad a  la trama y nada diferencia al personaje de sus predecesores masculinos) y un escritor empeñado en documentarse sobre drogas duras. Tampoco faltan las conversaciones mastodónticas- la práctica totalidad del ùltimo tercio de la novela lo ocupa una "distendida" charla entre María y su amor no correspondido- que, más exactamente podrían definirse como concursos de monólogos y en las que Marías desata toda su maestría verbal. Y, por supuesto, el lector encontrara, como en todas sus obras, referencias literarias que actúan como contrapunto de la trama (Balzac en esta ocasión) y, en muchos momentos, como columna vertebral del pensamiento de uno o varios personajes.
 
"Los enamoramientos" no alcanza el nivel de perfección de "Tu rostro mañana"- probablemente el rey de Redonda nunca llegue a superar ese umbral. Probablemente pasará mucho tiempo hasta que alguien lo haga- pero no desentona lo más mínimo en un catálogo que incluye maravillas como "Mañana en la batalla piensa en mi" o "Corazón tan blanco".Si este es el concepto de propina que tiene Javier Marías, a los camareros de las cafeterías de su barrio les deben temblar las canillas de emoción cada vez que le vean entrar por la puerta.

jueves, 9 de febrero de 2012

En otras palabras: OscarP


El caústico y acertado OscarP, azote de las medias tintas, caudillo de las ideas claras y adalid de los debates con enjundia aporta su granito de arena (casi una playa) a "En otras palabras" con un texto marca de la casa en el que la lógica de sus plateamientos solo admite comparación con la agudeza de sus conclusiones. Imagino que Ana Botella no pensará lo mismo, pero, sinceramente, eso poco importa. 

Aprovecho para recordaros que quien quiera participar en esta sección de "firma invitada" sólo tiene que enviar el texto y las consideraciones que estime oportunas para su publicación a clanwinot@hotmail.com. Tan pronto como haya un hueco, la colaboración aparecerá publicada en el ladrillo a mayor gloria de su autor.


INDEFENSIÓN. EL AYUNTAMIENTO DE MADRID NOS ROBA.

"El ayuntamiento de Madrid nos roba. Podemos pensar que es una metáfora al nos referimos a los elevados impuestos o demás asuntos legales que hacen que nos apretemos el cinturón de forma desmesurada pero que son legales gracias a la mayoría absoluta del partido que nos gobierna que nosotros le hemos dado.
Pero no, me refiero a un acto ilegal que conscientemente realizan los funcionarios, seguro siguiendo órdenes de estamentos superiores. Les cuento:

La vida ha querido que coincida con una persona funcionaria de un ayuntamiento de una población cercana a Madrid. Esta persona tiene, entre otras, la función de gestionar las multas y los recursos que los ciudadanos de esa población presentan cuando han sido multados. Debido a su trabajo y como abogada que es, se conoce la normativa como la palma de su mano.

Bueno, pues el otro día se invirtieron los papeles y fue ella la que tuvo que presentar papeles para recurrir un par de multas que habían sucedido en Madrid. Dos multas leves, estas multas de 90 euros. Acudió a la calle Albarracín, donde se gestionan estos trámites.

Ya les voy avisando de que las multas leven prescriben a los tres meses, es decir, si a uno de ustedes le ponen una multa, desde la fecha en que le ponen la papeleta hasta que usted la recoge, el ayuntamiento tiene TRES MESES y si no ha prescrito. Ocurre que si no se recoge la multa, el ayuntamiento tiene TRES MESES para publicarla en el BOCM. Eso es lo que se llama “Denuncia”. Pero ahora viene la sanción. Una vez que usted ha recogido la multa y sabe que ha sido denunciado o ha sido publicada en el BOCM empieza un nuevo plazo de TRES MESES para comunicarle la “Sanción”. (Cuidado, no confundir denuncia con sanción. Cualquiera puede denunciar. Yo le puedo denunciar a usted por el motivo que yo crea, después la autoridad pertinente sancionará. Sólo las autoridades pueden sancionar). Luego la multa sigue su camino y la administración tiene un año para ejecutar la sanción. Sea como fuere, si la administración no cumple con cualquiera de los plazos la multa prescribe. Y es más, prescribe DE OFICIO. No es necesario que el contribuyente pida la suspensión de la multa. No.

Bien, pues esta persona, ya en Albarracín mantuvo una conversación que a usted o a mi nos habrían colado pero a ella no. Sus dos multas habían prescrito porque ambas se habían publicado en el BOCM fuera del plazo de los tres meses. Y cuando ella advirtió de este hecho el funcionario de Madrid le dijo que había recibido en casa varios avisos, los cuales hacían que las fechas se reiniciaran. Y esto no es así, porque al cartero se le ha podido caer el aviso, se ha podido confundir… es decir, NO afectan estos avisos a la fecha de inicio del trámite administrativo. Y cuando ella le rebatió esa explicación el funcionario le contestó:

-    “Jo, se sabe usted la ley mejor que yo”

Dejando claro que había intentado colársela y esta vez le había salido mal.  Pero lo peor es que cuando le dice que le anule las multas, el funcionario le dice que no puede, que sólo puede su superior. Tampoco pasa nada, todo es tan sencillo como que venga el superior. Ah… ingenuos. NO HAY SUPERIOR. Si se quiere hablar con él se debe hacer una instancia para pedirle audiencia.

Al final, bajo la amenaza de embargo nuestra amiga la abogada, paga sus multas prescritas y pidió audiencia papal para pedir que le devuelvan el dinero a aquella persona que sí tiene poder.

El ayuntamiento de Madrid prevarica porque va en contra de la ley a sabiendas, primero, dando curso a una multa ya prescrita, después, obligando a sus propios funcionarios a ir contra la ley y tercero obligando a pagar para que se anule la multa a posteriori cuando una multa prescrita se anula de oficio sin necesidad de instancias ni peticiones ni bulas papales.

Ella dice que va a recuperar el dinero aunque sea lo último que haga en su vida. Igual es verdad que sea lo último que haga en su vida, y allá, cuando pase de los 90 igual recupera el dinero."

miércoles, 1 de febrero de 2012

No hay dos sin tres

En el ladrillo se habla mucho. Y de muchos temas. Pero hay un par de cosas que me llaman la atención. Por una parte, que tras "La melodía escurridiza", ha quedado patente que una de mis pasiones la constituyen las bandas sonoras. Y sin embargo, en los casi cinco años que cumplirá próximamente el blog, concursos cinéfilo- musicales aparte, sólo he publicado una reseña sobre el asunto, "El heredero de la corona". Y de eso hace ya un buen puñado de meses.

En aquella ocasión, además de glosar las antológicas partituras del francés Alexandre Desplat en general, alababa, en particular, su trabajo con la batuta en "El velo pintado". Y aprovechaba para anunciar en los comentarios mi idea de reseñar periódicamente tan bello y fructífero genero musical. He aquí la segunda cosa curiosa: que de esa idea nada más se supo hasta hoy- tal vez lo menos llamativo, conocida como es mi habilidad para la dispersión mental-  y que, al igual que entonces, el amigo Desplat vuelve a ser el protagonista del asunto, en esta ocasión, gracias a lo logrado en "Los idus de marzo", la nueva y excelente (no se la pierdan, amigos, de lo mejorcito del año, sin la menor duda) película de George nomepuedosoportardeguapoquesoy Clooney a cuyas imágenes presta lujoso envoltorio el compositor francés.

Ya lo dije entonces y lo mantengo hoy: Desplat es actualmente la estrella más brillante del firmamento musical, sección banda sonora. La calidad de sus trabajos es deslumbrante- ahí están monumentos como "El discurso del rey", "Deseo, peligro", "El escritor" o la que hoy nos ocupa, sin ir más lejos-  y su enorme productividad- una media de siete partituras por año desde 2006- en vez de ser, como pudiera imaginarse, una rémora por saturación, ha logrado crear un sello particular y diferenciador, un "Efecto Desplat" que dota a las composiciones del músico francés de un sabor inconfundible que, por supuesto, puede detectarse en las notas que acompañan las tribulaciones de Ryan Gosling, Paul Giammati y el resto del espectacular reparto de "Los idus de marzo".


Como siempre, Desplat huye de las orquestaciones ampulosas y, salvo en "The candidate", donde los instrumentos se acumulan sobre el tema principal hasta un crescendo colosal en el que aparecen hasta guitarras eléctricas y campanas, todos los cortes deambulan por una atmósfera etérea en la que el piano, sin duda el instrumento predilecto del compositor, toma la posición dominante, bien para dirigir el tema- la bellísima "Stephen Meyer"- bien como elemento atmosférico, caso de la inquietante "Zara vs Duffy" que lleva al oyente a preguntarse cuándo caerá una banda sonora para una película de terror (Y no me vale "Crepúsculo- Luna nueva", como podrás imaginar, Alexandre). Imposible no mencionar, por último, "The campaign" la curiosa variación del tema principal con la que se cierra el disco y cuyo ritmo de marcha militar se ha instalado en mi cerebro hace unos días y se niega a abandonar tan cómodos aposentos.

Me gustaría en esta ocasión, ganar la batalla a mi disgregación mental y que, de verdad, pueda mantener una cierta periodicidad a la hora de recomendaros este tipo de obras por las que siento tan rendida admiración. Lo voy a intentar, aunque no os prometo nada. Lo que tampoco puedo prometer, ya que no hay dos sin tres, como se suele decir, es que el inconmensurable Alexandre Desplat no vuelva a ser el compositor a elogiar. Como siga por este camino, tiene todas las papeletas.