jueves, 19 de enero de 2017

Sin palabras

"Blacksad" ha llegado a mis manos desde las siempre acertadas de mi fraternal amigo Otis Driftwood. Acostumbra este hombre a acertar con cada uno de los regalos que me entrega en mis onomásticas, pero debo reconocer que, en esta ocasión, tuve algún recelo. No por el contenido, del que ignoraba todo, sino, más bien, por la monumental lista de espera que se acumula desde que decidí ampliar el campo de batalla y aventurarme, en esto del comic, fuera del Universo Marvel.

De modo que con los más de 1.200 gramos de libro en la mano me acerque al Fnac enarbolando mi ticket regalo con la intención de seguir avanzando con "Paletos cabrones", "Lazarous", "Fábulas", "Sandman" o cualesquiera otras series inconclusas que ando siguiendo. Allí, tuvo lugar la siguiente conversación que, les juro, transcribo casi palabra por palabra:

  • Tarquin: Buenas tardes, vengo a cambiar este libro.
  • Empleado: Mmmm... "Blacksad". Ya lo tiene, ¿no?
  • Tarquin: Pues no, no lo he leído, pero tengo en mente un montón de obras. Prefiero darles prioridad.
  • Empleado: .........
  • Tarquin: ......
  • Empleado: Mire, se lo voy a cambiar, faltaría más. Pero me tiene que prometer que se lo va a comprar más adelante.
  • Tarquin: ¿Disculpa?
  • Empleado: Si le gustan los comics, no tiene más remedio que leer "Blacksad". Prométame que lo comprará o que lo pedirá prestado en otro momento. Tiene... debe usted leerlo. Prométamelo.
  • Tarquin: ...
Sobra decir que no tuve coraje para cambiar el regalo de mi querido Otis, que mis series incompletas lo siguen estando y, que como supondrán por el nombre de la entrada, guardo en un lugar priviliegiado de mi santuario al mencionado empleado del Fnac que acertó de pleno y no exageró un ápice al presentarme la obra de Juan Diaz Canales y Juanjo Guarnido como un producto redondo y extraordinario, un auténtico punto y aparte, se mire por donde se mire.

Damas y caballeros, John Blacksad

Y "Blacksad" es extraordinaria, en primer lugar por su planteamiento. Canales coge los mejor de Elmore Leonard o Raymond Chandler, lo mezcla con imágenes y tramas que podrían haber salido de "L.A. Confidential" o "La brigada del sombrero", lo pasa por un capítulo de National Geographic  y crea al detective John Blacksad al que coloca en el Nueva York de los años cuarenta, en plena caza de brujas, con Hitler en su apogeo y con los problemas raciales en su punto de ebullición. Historias magníficas, diálogos de lija, acción, sexo, romance, carga social. Si se hubiera quedado aquí, "Blacksad" no pasaría de ser otra interesante serie negra, pero Canales no se queda ahí, no. Hay más. Mucho más.

Y es que, como pueden suponer por la portada y la viñeta que les he puesto un poco antes, los protagonistas de los cinco arcos argumentales que contiene esta edición integral no son exactamente personas. John Blacksad, de hecho es muy probable que les parezca un gato, pero si se fijan, tampoco es exactamente  un animal. Lleva gabardina, fuma... salvo por su rostro y un par de detalles, podrían pasar perfectamente por humanos (Canales, al parecer los definió como "zoomorfos". Pues vale).  Pues así es todo. El jefe de policía, con quien Blacksad no termina de encajar es un pastor alemán (perros, gatos, no es casual), los miembros de una Hermandad Racista son zorros y osos polares y uno de los sicarios del rey del crimen de la ciudad (un sapo, por cierto) es una sucia rata. Son personas pero se comportan y lucen como animales, manteniendo instinto natural y sus aversiones innatas. La cuadratura del circulo, la dualidad humana en su máximo esplendor.

Una de las maravillas de Guarnido como miniaturista.


Y si los argumentos y el planteamiento son extraordinarios (atención al segundo arco, "Artic Nation", una obra maestra, ya se lo adelanto), ¿que puedo decir del dibujo de Juanjo Guarnido? He leído por ahí que sin sus pinceles, "Blacksad" no pasaría del cinco raspado. No lo acuño ni lo apoyo, pero no se puede negar que la fascinación que producen los dibujos del artista madrileño ayudan a dar a la serie el "cum laude". La expresividad de los personajes es deslumbrante y el tratamiento de la acción superlativo (no se pierdan la secuencia en el cementerio de "Un lugar entre las sombras" o la pelea entre Blacksad y un reptiliano sicario en "Alma roja"). Su atención por los detalles no le va a la zaga. Les invito a que se detengan en las viñetas con superpoblación de personajes (el ahorcamiento de un buitre al inicio de "Artic nation" podría ser un buen ejemplo)  y los revisen uno por uno para hacerse una idea de por qué razón en 16 años solo se han publicado cinco volúmenes de la serie y porqué Guarnido tiene dos Eisner en una estantería de su domicilio. Alma de miniaturista y justicia poética respectivamente.

Busquen debajo de las piedras, saqueen las huchas de sus hijas, no salgan de copas un par de semanas, descubran el chope como sustitutivo del Joselito, fumen tabaco de liar o pidan prestado. Acudan a su pariente más cercano o a su banco de confianza, no dejen propina en los bares o háganse los tontos si les devuelven de más en la compra. Hagan, en fin, lo que tengan que hacer para juntar los 50 euros que cuesta esta maravillosa edición integral en tamaño gigante de "Blacksad" que se ha sacado Norma Editorial y les garantizo personalmente que no se van a arrepentir y que les aguardan varias horas de placer creciente e ininterrumpido. Ya me irán contando.