viernes, 30 de mayo de 2008
Salir del armario
domingo, 25 de mayo de 2008
La luz de las lámparas fundidas
se rompieron nuestras soledades,
se alborotó el instinto,
se llenaron de luz las lámparas fundidas.
Se murieron del susto, nuestros primeros padres,
y tu pena y mi pena,
se suicidaron juntas
la tarde
de nuestro encuentro
viernes, 16 de mayo de 2008
Fama colateral
sábado, 10 de mayo de 2008
La certeza de lo improbable
Por eso me cuesta tanto creer que una obra tan redonda, apasionante y genial como "From Hell", que supera el concepto de comic para sumergirse de lleno en el verdadero significado de novela gráfica, haya salido de las mismas manos y de la misma mente que lograron conducirme en más ocasiones de las previstas al borde del sopor con "Watchmen" o "V, de vendetta", cuya adaptación cinematográfica, por cierto, me resulto mucho más interesante y adictiva que su original gráfico.
Porque el gran triunfo de Alan Moore es lograr que tan sangrienta y salvaje historia no pueda ser definida sin más como una novela de terror. A pesar de la brutalidad del argumento, que no ahorra detalles escabrosos y nada cómodamente en un océano de sangre y sexo, el escritor británico logra que el verdadero horror se sienta, no al mirar el objeto, sino al fijar la vista en su contexto. En realidad, los crímenes de Gull son solo la excusa para mostrarnos una sociedad que se desarrolla alrededor del insondable abismo que separa unas clases de otras. El cuchillo del asesino se hunde con atroz violencia en sus víctimas para demostrar que lo que habita bajo la superficie es la misma materia, una materia sucia y corrupta, que se adhiere con tenacidad en cada tribunal, cada comisaría, y cada noble mansión con la misma intensidad con la que se acumula en las rincones de las tabernas y en los patios traseros de los barrios más miserables de Londres. Nadie esta a salvo. Los héroes no existen y cuando las nubes deciden ocultar el sol y sumergir en la oscuridad y el olvido la realidad, nada existe sobre la tierra capaz de detener su acción.
Si brillante es la labor de Alan Moore como guionista e ideólogo de la obra, no es menor la del dibujante Eddie Campbell a la hora de plasmar en imágenes tan enrevesada y ambiciosa trama. En desasosegante blanco y negro, sobre un Londres fantasmagórico, repleto de símbolos y manifestaciones arcanas, Campbell constituye uno de las obras más deslumbrantes y sorprendentes que han visto la luz en el ámbito del cómic. Se aprecia en su trabajo un interés especial en establecer en su dibujo, las mismas diferencias sociales que Moore pone en palabras, retratando a través de un trazo febril y furioso los acontecimientos que se desarrollan en el ambiente hosco y viciado de los bajos fondos, mientras que el dibujo académico y formalista es reservado para los hechos que tienen lugar en los palacios, clubes y salas de reunión en la que deambula la alta sociedad victoriana. El paseo de Gull y su cochero por Londres (Capítulo 4) , el terrible desarrollo de la muerte de Mary Kelly, última víctima del Destripador (Capítulo 10) o el onírico y asombroso último capítulo, son verdaderos monumentos gráficos todavía insuperados.
martes, 6 de mayo de 2008
Más palomitas, por favor
Esto no hay quien se lo crea", dijo alguien mientras salíamos de la sala. Pues sí, lamentablemente es así. Aquí, hay armaduras que vuelan más rápido que los aviones de combate, batallas inimaginables entre robots gigantes, bombillas que mantienen vivo un corazón .... Sí, por si alguien no se había enterado, en "Iron man" hay pocas cosas creíbles. Es lo que tienen los superheroes y lo que les otorga el sufijo que los distingue de Ulises. Para el que ya sabía eso, que se prepare para asistir a un espectáculo demoledor y adrenalítico, con unos actores que se calzan con precisión personajes bien trazados y que interactúan como si llevaran toda la vida trabajando juntos.
Estamos ante una de las mejores adaptaciones que se han realizado sobre un personaje de comic, con unos treinta minutos iniciales que son un prodigio de síntesis y respeto por el personaje como no se veía desde el primer "Spiderman" y otros noventa plagados de guiños al comic (incluido uno genial tras los título de crédito. Que nadie se levante hasta que concluyan) en los que no falta el humor (Stark probando su nueva armadura en el garaje), el romanticismo (Stark y Pepper en la terraza de un hotel) ni, por supuesto, la acción pura y dura (Iron Man probando su nueva armadura contra un grupo de terroristas, nuevamente, afganos) que el director, Jon Favreau, maneja con soltura y habilidad a pesar de ciertos excesos innecesarios de montaje que resultan poco favorecedores en la inevitable (y algo confusa) batalla final.
Gran parte del acierto de la película se encuentra en el ajustado y bien elegido reparto en el que hasta la habitualmente sosa y desdibujada Gwyneth Paltrow resulta creíble e, incluso inocentemente seductora en algunas secuencias, como la que acontece en la fiesta tras la vuelta de Stark desde Afganistan. Jeff Bridges (y van....) está perfecto, además de irreconocible en su papel de Obadiah Stane , oscura némesis de Stark con el que comparte algunos de los mejores momentos de la película (la conversación es la escalinata del hotel o la del robo en casa de Stark). Lo de Robert Downey JR es caso aparte. No es que esté impecable como Tony Stark. es que ES Tony Stark. El problemático actor hace suyo al personaje hasta un punto tal que es imposible imaginar a otro interprete en el papel. La personalidad compleja, adictiva e, incluso, autodestructiva del personaje de Marvel es acogida como propia por el actor norteamericano que se consagra en el cine de acción con un papel que puede significar para él lo que Indiana Jones fue para Harrison Ford. Un trabajo de Óscar al que, por supuesto, no tendrá opciones de acceder.