Y como en cualquier secuela que se precie, en esta tercera entrega de las reseñas cinematográficas más breves, pétreas y agusanadas de la blogosfera, sus admiradores encontrarán todo lo que aman del concepto elevado una octava y los que abominan del mismo, pasarán nuevamente de largo por este refinada selección de la producción cinéfila que más ha impactado (positiva y negativamente, por supuesto), al Clan en general y a servidor en particular en los últimos meses. No me alargo más que hay mucho turrón que repartir.
- La gran enfermedad del amor (The big sick): Peliculón. La mejor comedia romántica de los últimos años es, también, la gran película del desamor que necesitábamos. Magnífico guión, actores al borde de la epifanía interpretativa (sale Holly Hunter, no les digo más) y sin (apenas) espacio para el error. Lo que el genero necesitaba desde hace una década (*****).
- Headshot: Saqueo asiático a la saga Bourne que se alarga unas innecesarias dos horas pero que, no obstante lo anterior, nos regala las mejores secuencias de acción del año, cortesía de esa inexpresiva pero demoledora máquina de repartir estopa que es el ¿actor? indonesio Iko Uwais. Atención a la larga secuencia en la comisaría. No se la cree nadie, pero tampoco hay quien pueda olvidarla (*).
- Una historia de fantasmas: Un tostón mayúsculo. Tan entretenida como ver hervir el agua, la última película de Casey Affleck es el mayor despilfarro de celuloide de este ejercicio. Cómo ha podido David Lowery, su director, convencer a un tipo como Affleck de participar en este despropósito supuestamente poético sobre la soledad y el amor es un misterio difícil de resolver. Tal vez Affleck viera la maravillosa "Pedro y el dragón" que Lowery rodó apenas doce meses antes. Otra explicación, la verdad, no encuentro (•).
- El amante doble: El guión es un colador. Algo poco más potente que la flatulencia de una pulga sería capaz de tumbar todo el entramado argumental de la última cinta de Francois Ozon pero es innegable que el hombre sabe rodar y que tiene una habilidad innata para crear música con un simple plano. Además, no vamos a negarlo, es irresistiblemente erótica, recupera a Jacqueline Bisset para la causa y cuenta en su reparto con una belleza tan deslumbrante y perturbadora como la de Marine Vatch. No me digan que, al menos, no he picado su curiosidad (**).
La primera teta del ladrillo solo podía ser la de Marine Vatch |
- Thor: Ragnarok: Marvel no falla a su cita y, como es habitual, lo hace con nota. El Dios del Trueno siempre ha sido un poco oscuro y un poco pesado. Sus entregas previas se cuentan entre lo más discreto de Marvel Studios, pero con este tercera oportunidad, sus responsables han cambiado el bote de la trascendencia por el de la sátira y les ha salido casi una sitcom de lo más entretenida. Al principio se hace bola tanto humor, pero la digestión es de lo más placentera (***).
- Feliz día de tu muerte: Irresistible batiburrillo entre "Scream" y "Atrapado en el tiempo". la protagoniza una extraordinaria actriz de la que nada sabía (Jessica Rothe) y logra que no puedas despegar el culo de la silla en los apenas 90 minutos que dura. Mucho mérito para una cinta modesta, imaginativa y, creanme, perfecta para aquellos que no se identifican con el genero terrorífico. Como la bella señora Winot a la que por cierto, las peripecias de la odiosa protagonista atraparon desde el primer momento (****).
- El Bar: Pobre cosecha de la este año para el cine español (tambien es cierto que aún no he visto "Oro" ni "Verónica"), pero con "El bar", Alex de la Iglesia abandona un poco el despanzurramiento mental de sus últimas obras para recuperar plantemientos algo más modestos sin renunciar, por supuesto a su natural tendencia al exhibicionismo. Como es habitual, brillante idea inicial que no termina de cuajar pero, en esta ocasión, con un desarrollo interesante, barroco y coherente. Es cierto que al final, la propuesta da en hueso, pero no quita méritos a todo lo previo (**).
Tengo la impresión de que ya he pasado por esto... |
- El Bar: Pobre cosecha de la este año para el cine español (tambien es cierto que aún no he visto "Oro" ni "Verónica"), pero con "El bar", Alex de la Iglesia abandona un poco el despanzurramiento mental de sus últimas obras para recuperar plantemientos algo más modestos sin renunciar, por supuesto a su natural tendencia al exhibicionismo. Como es habitual, brillante idea inicial que no termina de cuajar pero, en esta ocasión, con un desarrollo interesante, barroco y coherente. Es cierto que al final, la propuesta da en hueso, pero no quita méritos a todo lo previo (**).
- It: Me duele decirlo. La obra de Stephen King es una de mis obras de cabecera dese hace más de 30 años. El reparto es extraordinario y Bill Skarsgård borda al aterrador Pennywise. Reconozco que veré sin atisbo de duda la segunada parte y que hay momento de gran cine en los excesivos 135 minutos de la cinta de Andres Muschietti, pero.... Pero algo chirria en alguna parte, tal vez hayan sido las expectativas (la campaña de marketing ha sido de lo más brillante que se recuerda) o el agotador climax, pero creo que con dos estrellitas, todos flotan (**).
- Barry Seal: La mejor interpertación de Tom Cruise en años. La sintonía con Doug Liman es evidente y ambos nos entregan una de las mejores películas de la temporada. Me quedo con los encuentros con Escobar y su banda y la fase más "Godfellas"a mitad de metraje con los armarios llenos hasta los topes de dinero, los trayectos inverosímiles en cualquier medio de transporte y el primo imbécil que no puede faltar en este tipo de obras. Mención especial para la banda sonora que es, así, a las bravas, la mejor del año (***).
Segundas partes, ¿serán mejores? |
- Llega de noche: El director y guionista de esta propuesta, Trey Edward Shults, no duraría un dia en el teléfono de la esperanza. Más vale que vean esta sombría propuesta sobre el futuro que nos espera con los depósitos de optimismos a rebosar porque, Shults pone todo su empeño en dejarnos la moral y la fe en el ser humano por los suelos. Interesantísima propuesta de (casi) política ficción con un Joel Edgerton que borda un papel desagradable, complicado y lleno de matices. No es la mejor película del año pero sí la más desasosegante. Decidan ustedes (****).