miércoles, 18 de enero de 2012

Aparatosa simplicidad



Huyo del los elogios desmesurados, lo he comentado varias veces. Como regla general, aplicados a una película, un libro o cualquier otra expresión artística, colocan el listón a tan elevada altura que es difícil no tirarlo cuando finalmente nos atrevemos a dar el salto. Hay excepciones, por supuesto, pero, lo más normal es que terminada la proyección, si de cine, hablamos, uno vuelva a casa con la extraña sensación de haberse perdido algo o de haber entrado en la sala contigua a aquélla en la que proyectaba esa maravilla de la que todos hablan.

La última en incorporarse a esta lista de decepciones anunciadas a sido la celebrada "Drive", del danés Nicolas Winding Refn, Palma de Oro en el último Festival de Cannes, thriller de referencia para generaciones venideras y acontecimiento cinematográfico del año y casi del siglo, por no decir de la historia del cine- no me invento una coma, en Filmaffinity puede uno leer calificativos similares- y que, para quien esto escribe, es un artefacto presuntuoso, saqueador y terriblemente previsible.


Y es que la historia de "Drive" da para poco. Un joven con talento especial para los coches (Ryan Gosling, confundiendo la contención con la parálisis facial) se mete en líos con un grupo de mafiosos por intentar echar una mano al marido imbécil (no hay más que verlo para saber que es incapaz de andar y pestañear a la vez) de una vecina (Carey Mulligan, ella sí, impecable) por la que se siente atraído casi a primer requerimiento. Poco más, la verdad; cualquiera que haya visto un par de películas en su vida sabe casi al detalle lo que va a ocurrir y no hay que estar licenciado por la Sorbona para saber los personajes que van a comer el turrón y los que van a terminar en el cementerio más próximo. Por si fuera poco, ya a finales de los setenta, Walter Hill había contado- y mucho mejor, por cierto- gran parte de lo que aquí se cuenta en la rescatable "Driver", con la que la película de Renf guarda no pocas similitudes.



Si en el fondo, la cinta peca de tópica y previsible, en la forma, tampoco puede uno decir que "Drive" sea la cuadratura del círculo: mucha cámara lenta y mucha violencia heredera de Sam Peckimpack, silencios y eternos planos fijos que harían emocionarse a Sergio Leone, un tratamiento de la noche heredero de Ridley Scott; nada nuevo bajo el sol.

Y todo esto sería disculpable de no ser por ese aire de estoyencantadodehabermeconocido que el director danés inocula en cada secuencia, en cada encuadre. De no ser por ese envoltorio de pretenciosidad y pedantería con el que el compatriota de Michael Laudrup rodea su película, estaría dispuesto a reconocerle la gracia a algunas ideas como la chaqueta con el escorpión o la carencia de nombre del protagonista, a pesar de que Neil Jordan y Walter Hill, respectivamente, ya activaran mucho antes esas espoletas.


Pero seamos justos: no todo es decepcionante en "Drive". La dirección de Refn, a pesar de su pretenciosa frialdad, logra momentos brillantes (la escena inicial o la excelente aunque inverosímil secuencia en el ascensor, perfecta mezcla entre la belleza y el horror) y buenas interpretaciones como la de Carey Mulligan o Ron Perlman (Albert Brooks tampoco lo hace mal, pero sale tan colocado de botox que no sé si el mérito es suyo o de su cirujano plástico). El aire a película de los ochenta también se agradece (esos títulos de crédito, esa música de sintetizadores) y el tramo final, para los amantes de las emociones fuertes, hay que reconocer que cumple su cometido de impresionar al espectador. Escaso botín para una cinta que aspira a convertirse en la esencia del cine moderno.

El problema de "Drive", en definitiva es el altísimo concepto que la película tiene de si misma. En lugar de fabricar una serie B discreta, ligera y disfrutable, que es lo que la historia pide a gritos, los responsables de la cinta han pretendido enmendar la plana a Ingman Bergman convirtiendo una trama clásica de buenos y malos en un producto lastrado por su propia trascendencia que no tarda en naufragar y, dada su vacuidad, hundirse en el tiempo sin dejar rastro. Triste, sin duda, pero también inevitable. Y merecido.

13 comentarios:

Mike Lee dijo...

Comprendo lo que comentas, muchas veces las expectativas son tan altas que luego uno queda decepcionado al ver la película.
En mi caso, Drive me gustó bastante, sobre todo por los homenajes a tópicos del cine de atracos y tipos duros.

¡Saludos!

Tarquin Winot dijo...

Por las mismas razones, Mike, miedo me esta dando entrar en "The artist". Injusto, lo sé, pero, también inevitable.

Angel dijo...

A mi me pareció una buena película, muy buena, aunque por ejemplo no me gusta demasiado la interpretación de Goslyn.

Un saludo amigo Tarquin, un placer volverle a ver.

Daniel Bermeo dijo...

Bueno, es lo malo de ir con altas espectativas y a la final no te guste, me ha pasado a mi, pero tambien sé que muchas de esas joyas que son supuestamente unas maravillas no llegan a emocionarme lo suficiente. Drive me encantó por estética y por su planteamiento de fondo, como dices con escenas brillantes como el inicio y la del ascensor.

Un abrazo.

Mister Lombreeze dijo...

Previsible sí que es, de hecho George Stevens ya contó exactamente la misma historia en Raíces Profundas en 1953. Pero la originalidad de una propuesta es solamente uno de los valores que puede ofrecer una obra de arte y a mí Drive me parece que posee una belleza narrativa arrebatadora. Es una digna sucesora de un montón de cintas de cine negro y de losers. El papel del misterioso protagonista huele a clásico y Ryan Gosling lo borda y lo contiene al estilo del Samurai de Melville. Drive perdurará. Completamente en desacuerdo con tu impersión this time, my friend. Pero, por supuesto, pongame a los pies de su querida esposa y un abrazo gusano a todo el clan Winot.

Tarquin Winot dijo...

Que bueno tenerte nuevamente en danza, Angel. Por cierto, vigila tu antiguo blog, porque me da que te lo han hackeado y manda unas actulizaciones de lo más erótico festivo.

La primera escena me enganchó por completo, Daniel. ME pareció redonda desde todo punto de vista: ritmo, planificación..... pero luego todo se vino abajo. Una pena.

Disentir, disentir, hermano Lombreeze. Ahí está la clave de este asunto. Me disgusta justamente todo lo que a ti te gusta, pero también me pongo a los pies de ti y de tus mil entradas gusanas.

Athena dijo...

A mí me empezó pareciendo un anuncio de "¿Te gusta conducir?" y no seguí viéndola, pero luego parece que se vuelve un pelín violenta. Ni una cosa ni otra, vamos.

"The artist" es una de las grandes chorradas del siglo, en serio. No sé qué pretende, porque ni es muda ni deja de serlo. Y encima piratean al gran Bernard Herrmann, no sé a cuento de qué. Lo mejor es que la veas y saques tus propias conclusiones.

Saludos.

Rodi dijo...

Creo que has juzgado severamente a la película, concuerdo contigo en que no es esa obra maestra que nos han vendido, pero sí es un buen film de género, filmado con precisión matemática, una fotografía exquisita, un buen plantel de actores, la mejor banda sonora del año y algunas escenas para el recuerdo (la del ascensor o el golpe inicial). Lo que no está nada mal.

Como siempre es un placer leerte.

Saludos.

Tarquin Winot dijo...

¡Ay, madre, Athena! Con esto que me cuentas, sumado al buen ojo que tuviste con "Drive", me da que "The artist" me va a dejar como un cubito de hielo.

Primero Angel y luego tú, Rodi. Este 2012 parece el año de los reencuentros. Me alegra mucho volver a verte, amigo mío. Se te echaba de menos.

Angel dijo...

Hola Tarquin, el dominio de mi antiguo blog al cabo de un tiempo pasó a estar libre y alguien lo cogió para mandar esas actualizaciones tan festivas...no puedo hacer nada

Tarquin Winot dijo...

Pues carpetazo a tu antigua bitácora, Angel. larga vida a la nueva.

León dijo...

Yo solo encontré de positivo la labor de Craston y la presencia de la Hendricks, que por lo menos te alegra la vista. La primera secuencia esta bien, pero el resto es una chorrada de calibre mayúsculo, que sorprendentemente, dejo embobada a la platea. Los protagonistas estan horribles, y la trama es una chorrada, y por favor no nombres a Leone en la misma frase que el sujeto este, que está a años luz de alcanzar al maestro. Te advierto que además no es cosa de una película, porque "Bronson" es una chorrada importante.
Saludos

Tarquin Winot dijo...

Con lo aburrido que me pareció todo, León, perdí el menor interés por seguir al muchacho, de modo que "Bronson" va a quedar en el limbo de forma perpétua.