En febrero de 1974, hacía aparición en el mercado, el número 129 de The Amazing Spiderman, la cabecera principal de nuestro trepamuros favorito. A los lápices, Ross Andru, quien un par de años después dibujaría el mítico "Superman vs the amazing Spiderman". A la máquina de escribir, Gerry Conway, el asesino de Gwen Stacy. En el interior, la primera aparición de quien, con el tiempo, se convertiría en uno de los personajes más populares del mundo del comic, el señor Frank Castle o, como se le conoce en el mundillo, The Punisher y que, junto al mencionado cabeza de red y Daredevil, componen la Santísima Trinidad de superhéroes de quien esto escribe.
Y eso que, inicialmente, el propietario de la camiseta más chula de todo el Universo Marvel (esa calavera.... Puro glamour, cortesía de John Romita Sr), nació con marchamo de maldad y con la sucinta misión de dar el paseillo al amistoso Spiderman a través de una ensalada de tiros y violencia como pocas veces se había visto antes en el comic. Cierto es que el personaje, sin demorarse mucho, enfila hacía horizontes más nobles, pero lo cierto es que el bueno de Frank siempre ha tenido un acomodo difícil en este mundo de leotardos y máscaras donde lo políticamente correcto es moneda de cambio habitual.
Para los héroes, Punisher es un engranaje desajustado, una perversión, el lado oscuro de su propia existencia, el abismo al que pueden precipitarse si se dejan llevar por sus instintos más básicos. Para los villanos, la blanca calavera de su uniforme es sinónimo de problemas serios, mortalmente serios. Frank no los va a dejar colgando de una tela de araña para la policía sino de una soga para que se retuerzan hasta morir o, en el mejor de los casos, cosidos a balazos. Ni con unos, ni con otros, ni al lado de la ley ni a su sombra, como diría aquel, en el mismo centro de la contradicción.
Para los héroes, Punisher es un engranaje desajustado, una perversión, el lado oscuro de su propia existencia, el abismo al que pueden precipitarse si se dejan llevar por sus instintos más básicos. Para los villanos, la blanca calavera de su uniforme es sinónimo de problemas serios, mortalmente serios. Frank no los va a dejar colgando de una tela de araña para la policía sino de una soga para que se retuerzan hasta morir o, en el mejor de los casos, cosidos a balazos. Ni con unos, ni con otros, ni al lado de la ley ni a su sombra, como diría aquel, en el mismo centro de la contradicción.
Cuando Frank se enfunda su camiseta negra y da inicio a su cruzada contra el crimen, Charles Bronson acaba de reventar las taquillas de medio mundo con su película "Death wish", la primera encarnación de Paul Kersey, el hombre que resuelve sus problemas con los criminales a base de pistoletazos, administrando una justicia primigenia, pero, indudablemente, eficaz que adquiere en Estados Unidos carácter de deporte nacional. Marvel, siempre atenta a las mareas, encuentra en la figura de Frank Castle el canal perfecto para subirse al carro: un veterano de Vietnam que ve como su familia es asesinada por unos mafiosos, aprovecha su extraordinaria formación militar para hacer pagar por sus crímenes a los asesinos de su mujer y de sus hijos sellándoles la garantía con plomo. No contento con ello, para evitar que más personas pasen por su mismo trance, da inicio a una cruzada contra el crimen en la que actúa de juez, jurado y ejecutor. Ponganse en situación ¿Como resistirse al personaje? Ya les digo que de ninguna manera.
Desde entonces, Punisher ha dejado un body count que ni la Gran Muralla China, ha disfrutado de hasta tres series simultaneas y ha gozado de una versión "para adultos" en el sello Max, creado ad hoc por Marvel que, de la mano del irlandés Garth Ennis se coloca como uno de los hitos del comic de los últimos años. También le ha dado tiempo a morir un par de veces, ser un angel vengador (palabrita, no es broma) e, incluso, a homenajear a Mary W. Shelley y su mítica criatura en la delirante etapa en la que Rick Remender movía los hilos del personaje. Ha tenido un par de cruces con Batman, se ha partido los morros con casi todos los superhéroes de la casa e, incluso ha llegado a formar parte de los Thunderbolts, repartiendo leña en compañía de Elektra, Masacre o Veneno. El bueno de Frank, incluso, ha tenido sus momentos de gloria en la gran pantalla con tres encarnaciones que, sin ser nada del otro mundo han permitido al amigo Frank escalar en el ranking hasta convertirlo en uno de los tipos más respetados del mercado y, sin duda, de los más populares.
Ahora que se cumplen 40 años de esa primera y espectacular aparición del torturado Punisher- o Castigador, como le conocimos los que ya peinamos canas y leíamos comics en elos ochenta, el personaje vive una época de transición y anda dando bandazos tras el final de la memorable etapa en Jason Aaron y Steve Dillón para el sello Max y el muy digno colofón que Greg Rurka ha puesto a la serie regular. Se anuncian cambios para Frank e, incluso, un nuevo proyecto cinematográfico que podría sacar a sus admiradores el mal sabor de boca que su paso por la pantalla les ha dejado (¿una idea, amigos de Marvel Studios? Aquí tienen una inmejorable) Ojalá sea así, y tengamos Punisher para muchos años más, porque en buenas manos, el gatillo más fácil de Marvel es un excelente caballo ganador. Muchas felicidades, Frank y bienvenido a los cuarenta.
6 comentarios:
Vaya, no me había dado cuenta del aniversario del amigo Castle. Todavía tengo que ponerme al día con sus etapas más recientes, que no he leído nada de lo que le dedicaron Aaron ni Rucka, y esperemos que en medio de las fases cinematográficas de Marvel y de tanto vengador no tarden en darle una versión cinematográfica digna.
¡Saludos!
La de Aaron es brutal, Mike, de lo mejor que he leido: coherente, violenta y totalmente fuera de continuidad a pesar de que por allí pululan Kingpin, Bullseye y Nick Furia entre otros muchos. Una joya en cuatro tomos para enmarcar.
Frank Castle es también uno de mis personajes de cómic preferidos, como tú dices ¿cómo resistirse al personaje? Lástima que sus 3 adaptaciones cinematográficas no hayan hecho justicia al personaje, tal vez la más salvable es la de "War zone" con Ray Stevenson. Larga vida al Castigador.
Pd: Enorme el corto de Thomas Jane, no recordaba lo violento que era.
Saludos.
En "War zone" me fallaba Stevenson, Rodi, pero la historia encajaba en el marco del personaje. THomas JAne me gusta mucho más, pero reconozco que su película era bastante floja, salvo el tramo con el Ruso. Seguiremos a la busqueda del casting perfecto.
Me quito el sombrero ante tan excelente entrada. Nada más que decir, señoría.
¡Feliz cumpleaños, Frank!
Sobre las pelis, la verdad es que para mí, cada uno de los tres actores representaba bastante bien el Punisher de su época, pero tendría muy dificil el quedarme o con Thomas Jane, MUY carismatico y friki, o con Ray Stevenson, una bestia parda.
Gracias, Tony. Por lo que veo, ambos descartamos a Dolph Lundgreen. Buena señal jajajajajajaja.
Publicar un comentario