Retomamos la sección de los relatos breves en el ladrillo y, a pesar de mi habitual tendencia a ello, vuelvo a obviar la temática trágica y atormentada que siempre me suele salir a flote cuando me dedico a estos menesteres. De un tiempo a esta parte, entre las angustias que me generan los unos y los otros, las incertidumbres que activan éstos y aquéllos y las sombras que pintan los de aquí y los de allá, me tiran más dos sonrisas que un millón de lágrimas. Al menos, mira tú, en este tema, menos es más.
Como la canción
- Así no podemos seguir, lo nuestro no tiene ningún sentido. Si estoy, porque estoy. Si no estoy, porque falto. Por una razón o por otra, cuando tú vas, yo vengo de allí y así es difícil construir algo duradero.
Y el otro columpio, no tuvo más remedio que asentir
Dedicado a aquéllos que miran con los ojos abiertos
2 comentarios:
Amor imposible, jejeeje.
Muy bueno.
Gracias, amigo Lombreese. Vio usted ya "New World". Cuente, cuente...
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