miércoles, 14 de julio de 2010

En ebullición


Está comprobado que, si de efectividad letal se habla, las bajas temperatras baten con holgura a las altas. Los estudios demuestran que, cada año, unas 200.000 personas mueren en Europa a consecuencia del calor. No es poca cosa. Sin embargo, cuando los termometros se despeñan, la cifra se eleva hasta el millón y medio de víctimas. Si el frío fuera un asesino en serie, Freddy, Jason, Michael y el resto de la alegre parentela llevarían mucho tiempo jugando al Trivial.

En cualquier caso y digan lo que digan los estudios, donde haya una buena racha de viento siberiano que se quiten el bochorno y los cuarenta grados a la sombra. ¿Que entra el viento racheado y nos congela las lágrimas? Gorro y guantes ¿Que se desprenden del firmamento canicas de hielo y no se puede salir a la calle? Sin problema. Un capítulo de "How I met your mother", la mantita de rigor y un café calentito. Mano de santo, oiga usted.

Sin embargo, cuando el aire se solidifica, y aplasta al transeúnte convirtiendo la gravedad en una plomada, cuando el suelo se deshace bajo tus pies y el agua apenas tiene tiempo de evaporarse antes de deslizarse por nuestra garganta en carne viva, entonces.... entonces, ¿qué hacer salvo dormitar, sudar y andar en una especie de resaca interminable, fruto del insomnio asesino que genera el fuego nocturno de estos meses estivales?

Mis días pasan en una rueda inagotable de sudores, pañuelos y botellas de agua. El plácido y agradable viaje hasta el trabajo enfrascado en algún libro se ha convertido en un suplicio que me empapa hasta los huesos y en el que no poco tienen que ver los sindicalistas caníbales que pueblan el subterráneo madrileño y nos torturan con sus huelgas agónicas e incomprensibles. La comida es más pastosa, los hielos se limitan a aguar las bebidas, incapaces de cumplir la misión que, por naturaleza les corresponden y las camas se convierten en sarcófagos de aire caliente en los que agonizamos cada noche y de los que solo nos levanta la esperanza de que ayer, como antiguamente, se equivocaran con el pronóstico del tiempo y en lugar de barras de fuego, la mañana nos sorprenda con una granizada en condiciones y sea posible volver a sacar nuestros abrigos de los armarios en los que cumplen condena. La fe mueve montañas.

9 comentarios:

Mike Lee dijo...

Totalmente de acuerdo con las sensaciones que dejan las temperaturas de estos días y gran apunte el de las "huelgas" de metro, que daría para otro post entero.

¡Saludos!

Anónimo dijo...

Amosnomejodas: donde esté el calor achicharrante, que se quite el puto frío, que para algo somos ¡ESPAÑOLES! Por cierto, ¿podrías escribir frases más cortas, que con la penúltima por poco me ahogo?
Otis Ballstoucher

El brujo dijo...

Hombre, yo veo dos cosas. Por un lado yo también aguanto mejor el frio que el calor. Por el otro creo que la vida es más fácil y agradable con calor que con frio. En conjunto, prefiero el calor.

Saludos.

Tarquin Winot dijo...

Me va salir una entrada muy apocalíptica, Mike, pero les tengo unas ganas a los facinerosos del metro.....

Recuérdame que te pase el famoso estudio "Las comas y su función respiratoria", Otis, que nos tienes que durar mucho.

Mientras no haya lluvia de por medio, amigo Brujo, yo lo tengo claro: calefacción antes que aure acondicionado.

cosmic girl dijo...

Me gusta el invierno que es tope cósmico, te abrigas, las mañanas con sol y frío son súperbonitas, pero...
es que ahora hay jaleo en la calle a todas horas, y eso es impagable!!

Yo como soy pesada, sigo insistiendo en mis recomendaciones musicales. De la útlima no me acuerdo, creo que era I'm a little retarded de Bigott. Pues bien, del mismo tipo te recomiendo Sparkle motion y de Fanfarlo Fire Scape
Buenos días!!!!

Angel "Verbal" Kint dijo...

No voy a aplaudir su texto porque el esfuerzo me haría sudar!!!
Viva el crudo invierno!!!

Tarquin Winot dijo...

El tema "jarana" es el único que me hace ver el verano con cierto cariño, Cosmic..... esas terracitas son impagables. Apunto la recomendación.

Jajajajajaja... Te comprendo, Angel. Estos dos días en Madrid, están siendo para no aplaudir, ni apenas respirar. El infierno en la tierra.

Azid Phreak dijo...

Desde que tengo uso de razón... adoro el Otoño y su melancolía y evito el verano y su bullicio pegajoso.

Soy de zona costera y el calor se lleva mejor, aunque la etiqueta que marca el trabajo, convierte cualquier prenda de vestir en algo molesto y pegadizo (la humedad por estos lares rara vez baja del 85%). Es por ello que me uno a la moción. ¿No estamos en crisis? Pues a ahorrar calor para cuando venga el invierno, que uno quiere llegar sano y salvo a comer las uvas.

Ánimo y al horno (digo, al toro).

Tarquin Winot dijo...

Padezco la misma cruz, Azid. La obligada presencia del traje en esta época no contribuye, precisamente, a mitigar el sofoco. Una pena, porque a servidor, ir con traje no solo no le molesta sino que, al contrario, constituye su atuendo favorito.