Cuando uno contempla la violencia explícita que le rodea, supone un esfuerzo importante, cuesta asumir que las palabras puedan generar mucho más dolor, una angustia sensiblemente más intensa que las patadas y los puñetazos. Las marcas físicas pueden llegar a desparecer en el tiempo, pero las palabras son como las sanguijuelas: una vez que se adhieren a la piel cuesta un descomunal esfuerzo despegarlas de quien las alimenta.
La gran ventaja que tienen las palabras es que son reversibles y del mismo modo que pueden demoler el mundo de quienes son destinatarios de las mismas, también contienen el poder de apuntalar un edificio en ruinas, de hinchar las velas de quienes han quedado a la deriva o a los que las fuerzas y las ganas han abandonado a su suerte.
Sobre esta poderosa arma que es la palabra es sobre lo que trata el pequeño relato que hoy les traigo. Espero que les guste.
Una palabra suya
Contempló la bóveda de estrellas y subió el otro pie.
- ¿¡Amor!?
Fue como la primera vez que la escuchó, mucho antes de convertirse en la voz que daba cuerda a su vida. Ni siquiera giró la cabeza para contemplar su rostro. Sin pensarlo, bajó del alféizar y decidió darse una nueva oportunidad.
Dedicado a las voces que cambian vidas. Yo conozco una.
10 comentarios:
Pues no me ha gustado el relato.
Me han gustado el relato y la entrada. Mucho, Tarquin. Totalmente de acuerdo en lo que apuntas y cuánto dice ese relato siendo tan breve.
Un saludo.
No sé si te ha traicionado el subconsciente, David, o es que te ha gustado tanto que te ha lenguado la traba.... jajajajaja
¿lo dices por la primera frase? Jaja..Pretendía hacer un chiste. En plan "No me ha gustado. Me ha encantado". Tenía que haber dejado más espacio entre la primera y la segunda frase. Pero en serio... muy bueno.
bello, mucho
Te han faltado los puntos suspensivos, David... jajajajaja. Gracias en todo caso.
Me alegra que te guste, Angel de mis entretelas. Te confieso que a mi tampoco me disgusta... jejejeje.
Un buen relato breve, agridulce y contundente, como un trago de Bloody Mary.
Saludos, Tarquin!
Borgo.
Me encanta tu definición, Borgo. Gracias por el comentario.
Creo que hay que tener cuidado con el uso que damos a las palabras y no decirlas a la ligera.
Un relato estupendo, contundente en su idea
Besos
Es cierto, las palabras cortan más que las cuchillas, Mientras leo. Me alegra que te gustara.
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