sábado, 14 de abril de 2007

Sonrisas y lágrimas


Más de un millón de ejemplares vendidos en España, veinticuatro ediciones, numero uno de ventas durante nosecuantos meses.......¿Dónde está el secreto de "La catedral del mar", la novela del abogado barcelonés Ildefonso Falcones?

Sin duda, no en la foto que le han sacado al autor para la portadilla interior del libro, con los brazos en un escorzo imposible, la mano izquierda reposando sin sentido alguno en el antebrazo derecho y con la otra mano sujetando una presunta pluma o posible bolígrafo (aunque podía ser perféctamente un test de embarazo o un termómetro). El cuerpo aparece absurdamente curvado en unos treinta grados a la izquierda, sin que podamos saber si es por una lesión de cadera o, sencillamente, que el fotógrafo se levanto creativo esa mañana. De cualquier modo, es gratuito y poco favorecedor. En su rostro se adivina cierta urgencia, parece estar pensando: ¿Podrías terminar tus fotos de una puñetera vez y dejarme seguir trabajando (o seguir tomándome la temperatura o empezar a buscar a mi hija para preguntarle un par de cosas), que llevas toda la mañana para una foto? Respecto a ese tristísmo fondo blanco (¿Dónde estan las estanterías colmadas de libros, los mapas, las cafeteras?), anodino, que no dice ni invita a nada me ahorro los comentarios.

No, sin duda, la foto del autor no es el secreto principal de la novela. Los logros de "La catedral del mar" se concentran en otros aspectos.

Para empezar, la historia es un inmenso folletín medieval que recorre más de 60 años del siglo XIV. En ella, se narra la vida de Arnau Estanyol, hijo de un payés al que a las veinte páginas ya le han robado sus tierras, violado a su mujer, humillado y golpeado sin que todavía hayas podido quedarte siquiera con su nombre (Bernat, por cierto). Para evitar que la historia se convierta en un catalogo de desgracias, el habilidoso Ildefonso nos traslada a Barcelona y aprovecha para amortizar los libros sobre Barcelona que ha debido comprar para escribir la novela y dedica un buen número de páginas a darnos una plomiza descripción de la ciudad y sus gentes: las juderías, las casas de los nobles.......y por supuesto el lugar donde 55 años después estará la catedral a la que se refiere el título de la obra, Santa María de la Mar y que en ese momento inicia su construcción.

Desde ese momento y, en paralelo, a la edificación de la iglesia, asisitimos al desarrollo de Arnau y los que le rodean, en una acumulación vertiginosa de peripecias. Así, en los 60 años que se incluyen en la novela, Arnau, convertido en "bastaix" carga con piedras imposibles por toda Barcelona para colaborar en la construcción de la iglesia, se salva de la peste, se arruina y se enriquece con la misma facilidad que otros nos quitamos o ponemos los zapatos, reparte cuchilladas a diestro y siniestro en un par de guerras, se gana el favor del rey, lo pierde, rechaza el solito a todo el ejército de Castilla, es golpeado, seducido, traicionado, amado y odiado por un sinfin de hombres y mujeres........aburrirse no se aburre el amigo Arnau.

Toda esta amalgama de historias está narrada con ritmo y cierto estilo, uniéndo más que bien unas historias con otras y haciendo aparecer y desaparecer con habilidad a todos y cada uno de los personajes para el lícito fin de sorprender y llamar la atención del lector. En ese sentido, la labor del autor es meritoria y en cada palabra y cada frase se aprecia un esfuerzo por que todo cuadre, sea históricamente irreprochable (De hecho, incluye un curioso apéndice al final del libro en el que recoge de manera detallada las licencias que ha adoptado en la obra) y, además resulte entretenido. Y, de verdad que lo consigue. Sí que es cierto que la historia tarda unas 100 páginas en arrancar de verdad y tiene un final, bastante flojo y lacrimógeno, pero, dejando a un lado estos detalles, el libro puede acabarse en tres o cuatro sentadas y no terminar con la sensación de que has perdido el tiempo.

Otra cosa es que los enemigos de Arnau sean malos hasta la caricatura y que sus amigos sean tan nobles y trabajadores que den un poquito de grima. El libro es maniqueo hasta la nausea. Todos los nobles son unos vagos de órdago, que solo piensan en calzarse a las doncellas, arruinar la vida de sus vasallos y conspirar para pasar el rato. Por su parte, los honorables "bastaixos" se pasan la vida cargando piedras como molinos con el cuello lleno de yagas sangrantes y, no por eso, dejan de mostrar unas sonrisas de museo.
Tampoco ha sido llamado el amigo Ildefonso por los caminos de la metáfora arriesgada o del símil ocurrente. En "La catedral del mar", las lagrimas "ruedan por las mejillas", los hijos "cogen cariñosamente el brazo de sus padres", las sonrisas "dejan al descubierto blancas dentaduras", los nobles "visten sus mejores galas" y los personajes enfadados "braman". Me juego algo a que a Juan Manuel de Prada no le ha gustado el libro.
Seguro que mucha gente pasará por delante de las montañas de ejemplares de la obra que se renuevan cada semana en las principales librerías del país y lo despreciarán sin más por vender más de un millón de unidades. No sería justo. Ildefonso Falcones no es Proust, ni lo pretende (De hecho, yo, personalmente, se lo agradezco), pero es un artesano habil, limitado en sus recursos, pero honesto, que escribe con el sano y reinvindicable objetivo de entretener, sin más......pero también sin menos. Nadie empezó a leer con "La montaña mágica" y si gracias a las aventuras de Arnau Estanyol alguien entra en el mundo de los libros, pues bienvenida sea "La catedral del mar II".

5 comentarios:

Otis Driftwood dijo...

Leí no me acuerdo dónde que "La catedral del mar" había sido poco menos que despiezada y recompuesta por un ejército de expertos de su editorial, de manera que el producto final poco tiene que ver con el original del amigo Ildefonso. En cualquier caso, ¿qué más da? Lo importante es lo que uno acabe leyendo y que en un libro como éste no espere encontrar el sentido de la vida sino pasar el rato.

pajaro dijo...

Collons, non fotis amb un escriptor de la meva terra...para uno que triunfa y entretiene sin hablar del statut, el uso del catalá ni del barça, tú vas y me lo hundes.

Tarquin Winot dijo...

Bienvenido, Pájaro. Añoraba sangre nueva en este blog perdido. Sólo el inefable Otis (del que te recomiendo su fantástico blog en www.rankingdefobias.blogspot.com) me ayudaba a soportar la soledad del desconocido.

Gracias y anímate....esto engancha

BUDOKAN dijo...

Parece ser uno de esos libros que lo suemrgen a uno sin ser demasiado pretenciosos. No lo conocía. Saludos!

Tarquin Winot dijo...

Espero que te guste, Budokan. Aburrirte no vas a aburrirte.